Capítulo 5

2.5K 314 133
                                    

Mi pequeño espacio se ve iluminado brevemente cuando la puerta se abre, por lo que escondo la cara entre mis piernas y uso mi cabello como cortina. Me abrazo más fuerte, mientras escucho el bufido de Martha y sus tacones resonar por el pequeño espacio privado que me han dado. Espacio que, si no tomo las riendas como se debe, puedo perder.

—¿Thais?

—¿Puedes dejarme sola? —Mi voz suena algo ronca, debido a que he estado llorando un rato mientras Martha hacía su papel de representante. Me tiro a la autocompasión.

—Y luego qué, ¿te cortarás las venas?

—Martha —saco mi cabeza del refugio que poseía, mientras la veo acuclillada frente a mí, gracias a la poca luz que entra por la ventana—, por favor, no estoy para bromas.

Ella frunce el ceño, disgustada.

—¿Y crees que yo sí?

Desvío la mirada, sabiendo que está molesta.

—No fue profesional lo que hiciste, Thais —me recalca lo que me he hecho saber desde hace rato—, si con lo que ibas a hacer, no estabas cómoda, debiste parar como era debido, no salir corriendo. Eso fue estúpido.

—No lo entiendes.

—Pues no, no lo hago. Pero entiendo que se trata actuación, y profesionalismo, Thais —su voz es seria—. Estuviste a nada de tirar tus sueños por la borda. Es tu primer día, y ya te has equivocado tanto. ¿Qué quieres? ¿Qué nadie te vea más después de éste fracaso? ¿Es eso?

Martha.

—No. Martha, no. No te estoy hablando como tu mejor amiga, te hablo como tu representante que soy, y quiero que lo lleves en cuenta. —Ella me mira, con los ojos entornados—. Quieres tirar tus sueños por la borda, porque no puedes actuar. No te mereces ser llamada actriz, si no alejas tus problemas personales de las cámaras.

La miro, los ojos se me llenan de lágrimas, pero sé que tiene razón. No estoy haciendo las cosas como son, me estoy reprimiendo y siento que voy a explotar entera. Y estoy tomando el camino equivocado porque soy una tonta.

Dios, soy una tonta.

—¿Me quitaron el papel —Cuestiono, desviando la mirada. Me abrazo aún más fuerte, dejando mi mentón sobre mi rodilla—, verdad?

—No, aún no. —La morena suspira, echándose hacia atrás en el pequeño espacio. Sé sienta en un rincón, mirándome con atención—. Hablé con Antoni y Lara a solas, les expliqué la situación y me disculpé. Quiero que entiendan que no se equivocaron contigo, pero vi tanta duda en sus rostros. Retraso significa más dinero, y ellos no van a perder ni detenerse, por ti. —Me siento horrible, estoy tirando mis sueños—. Pero pude pedirles la tarde, y que mañana demostrarás de qué estás hecha realmente, ¿lo entiendes? Quieren lo mejor, tú lo tienes.

Quiero abrazarla, pero sólo me limito a sonreír a medias. Ella me devuelve el gesto, estirándose hacia mí para apretar mi mano.

—No eches a perder la oportunidad que se te ha dado, con tus miedos, Thais. No todos los días se te presentan estas oportunidades.

—Gracias.

La veo colocarse de pie, soltando un suspiro.

—Nos iremos en un rato, para que te relajes y todo eso —asiento, mientras la veo girar hacia la puerta, sin embargo, se detiene y me mira sobre el hombro—. Hay una personita que desea hablar contigo. Cuando abandonaste el set en casi una mamada, creo que le dejaste algo preocupado.

—No, —enderezo la espalda, con el semblante pálido—. Oh, no, Martha, no dejes que...

—Está afuera —se encoge de hombros—, y de cierta forma, él también debería tener una disculpa. Recuerda, Thais, profesionalismo.

A puertas cerradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora