The golden eyes-Jasper Hale

7.The new life

El mundo de Charlie se caía a pedazos, su hija se encontraba en observaciones, el balazo le había dado a uno de sus riñones y el sangrado había provocado un paro cardíaco en media cirugía y había entrado en un estado de coma, Charlie se había negado a irse del hospital, la manada había ido en cuanto escuchó la noticia, Harry Clearwater había muerto por el paro cardíaco y un integrante de la manada estaba en coma sin promesas en que despertara, el único que se había negado a ir al horita o había sido Paul, había escapado al escuchar la noticia, estaba furioso al igual que el resto pero el no podía controlarse, se había transformado en cuanto le dijieron, iba a vengarlos, esa chupa sangre iba morir.
Era media noche los chicos de la reserva se habían ido para avisarles de la noticia a los demás miembros del consejo, Sue Clearwater había convencido a Charlie de ir a casa a cambiarse y darse un baño, Charlie se había negado a moverse del hospital desde que la admitieron y tenía la sangre seca de su hija en sus manos, pecho y cara.
Charlie queria morirse, quería poder regresar en el tiempo y ser el a quien le duspararan, su único trabajo como padre era cuidar a sus hijas y ahora se pequeña estaba en coma por que no la había podido proteger, había llorado como nunca lo había echo, no sabía como decírselo a Bella, pero lo sorprendio que al llegar a casa Bella no estaba, se asustó al pensar que algo le había pasado, había habido desapariciones misteriosas por todo Seattle y algunos miembros de la universidad e Forks, asustado la llamó, pero no contesto, le marco una y otra vez pero jamas contestó y no pudo más se rompió en medio de su casa, había perdido a sus dos niñas, ¿Cómo le diría a René?¿Con que cara miraría a todos?¿Cómo viviría a hora?, se había metido a la ducha, los lágrimas se confundían con las gotas de agua que lo ayudaban a quitarse la sangre seca de su hija, no podía dejar de ver en su mente el rostro de su pequeña inconsiente en sus brazos.

Al terminar la ducha salió y escuchó el sonido de su teléfono sonar, corrió a el y lo tomó, podía ser del hospital o de Bella.

-Papá, lamento irme sin decir nad apero tuve que ir a ver a Edward la está pasando muy mal y su familia me pidió que los ayudara a hacerlo entrar en razón, perdón por irme regresare en dos dias, te amo adiós.-escuchó la voz de Bella al otro lado de la línea.

-Bella no, espera.-la llamó Charlie desesperado pero había sido tarde, ya le había colgado.

Charlie suspiro y volvió a intentar llamarla, ¿Cómo podía irse así sin más?, estaba enfadado con ella, pero ¿Cómo le diría lo fe aldhara?, no podía decírselo por un mensaje pero tampoco podía no decirle, tenía que saberlo.

Aquella noche Charlie no había dormido nada, se había quedado en el cuarto de su hija, recordándola, cuando la veía dibujar en su ventana, cuando pintaron la habitación y había terminado pintándose entre ellos por estar jugando, cuando le leía sus libros de Harry Potter antes de dormir, apesar de que podía hacerlo sola pero algo que ellos compartían desde que era bebé, tomó su cuaderno de dibujo y miro sus obras de arte, su niña tenía un don que tal vez ahora jamás podría aprovechar, se recostó en su cama y lloro contra la almohada de su pequeña.

En el hospital se encontraba Aldhara conectada a un respirador y a un monitor para checar su pulso por cualquier emergencia, las enfermeras acaban de pasar su rondas y no notaron a la persona que se escondía entre las sombras del cuarto.

-Mirate ahora.-dijo aquella voz.-Te quería matar y ahora estás apunto de morir pero no creo que sea un castigo suficiente, tu mataste a mi pareja, jugaste con ella.-le gruñó con enojo.

Victoria camino a la camilla de la chica y se sentó a sus pies.

-Recuerdo escuchar que ya no querias una vida inmortal al no tener a tu chico, tal vez el castigo perfecto para ti sea convertirte y que desees morir al ver como la sangre de tu familia te vuelve loca y los mates.-le sonrió sinica.