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Show 03

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—Muchas gracias —habla alegre, abrochándose el cinturón de seguridad, la fiesta terminó hace unos minutos y JongIn se ofreció para llevarlo a casa.

—Fue idea de mi padre —enciende el motor y emprende camino al hogar del omega.

TaeHyung se cubre la boca para no reír, el padre omega de JongIn le dijo que todo fue idea de él y que debía ser un secreto. — ¿Podrías llevarme a la farmacia? Necesito hacer unas compras.

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—No me siento bien —habla JungKook aletargado sujetándose el estómago.

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Las puertas de sensor se abren y TaeHyung entra a la farmacia, necesita comprar supresores e inhibidores, su celo se acerca.

La alfa tras el mostrador lo saluda a lo lejos y TaeHyung corresponde el saludo un poco incomodo, de todos los vendedores de la farmacia ella tenía que ser la de turno, Dioses, si le preguntaran acerca de alfas insistentes y sin futuro prometedor definitivamente ella sería la primera en la lista, es que acaso la alfa no conoce la palabra "no" como respuesta.

Sonríe por cortesía y se pierde en el pasillo tres, debe encontrar las pastillas e irse antes que la alfa se acerque. —Hola —demasiado tarde.

—Buenas noches —contesta para no ser grosero.

— ¿Buscas algo en especial? —La alfa invade su espacio personal y coloca un paquete de preservativos frente al omega, debe ser una maldita broma.

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—Quiero vomitar —habla JungKook con voz gangosa cubriéndose la boca con ambas manos.

— ¡Abre la maldita ventana! —Le grita YoonGi histérico a NamJoon, lo haría él mismo, pero conduce su automóvil nuevo, ni loco y dejaba que cualquiera de sus amigos condujera.

— ¿Qué hacemos? —Pregunta HoSeok al borde de un colapso.

— ¡NamJoon! —Llama YoonGi —llama a SeokJin.

— ¡¿Quieres que me mate?!

—Es tu hijo —habla HoSeok desde el asiento de copiloto.

—Quiero vomitar —repite JungKook.

—Lo sé, lo sé, estoy pensando... —le habla NamJoon a los tres alfas en el auto.

— ¿Cómo se te ocurre darle alcohol? Maldita sea —YoonGi gruñe y acelera, aunque no sirve de nada porque sólo está dando vueltas alrededor de la manzana.

— ¿Quién fue el hijo de puta que le dio tequila? Fue tu culpa, fuiste el imbécil que lo hizo combinar el alcohol.

— ¿Yo? ¡Ja! ¿Quién fue el pendejo que le dio vodka?

— ¡Maldita sea! Cállense de una puta vez —interrumpe HoSeok —ambos tienen la culpa.

— ¡Ja! —Reniega YoonGi.

— ¡También contribuiste! No te hagas el santo —contraataca NamJoon.

— ¡Eso no importa! ¿Qué hacemos? —Continúa HoSeok.

—Necesita comer algo grasoso —sugiere YoonGi.

—No creo que tenga apetito —susurra HoSeok al ver el rostro pálido del chico por el retrovisor.

— ¡Ahí hay una farmacia! –Grita NamJoon.

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TaeHyung se aleja con habilidad y toma el primer paquete de supresores que encuentra, necesita salir de ahí.

— ¡Necesitamos ayuda! —Una voz interrumpe ese extraño encuentro y TaeHyung les agradece a los Dioses por ello, no sabía cómo quitarse a la alfa de encima. La alfa se aleja y corre para auxiliar a los recién llegados.

TaeHyung, por su parte, permanece en el pasillo, en serio necesita los supresores y no puede elegir cualquiera aunque odie reconocerlo, con el paso del tiempo necesita supresores e inhibidores más fuertes porque su omega aún no desiste de buscar un alfa para los dos. —Sigue soñando —se burla del mamífero en su interior, pero éste no le responde. Se siente extraño, deja el paquete de supresores sobre el estante y se aleja; su lobo se comporta extraño, puede sentir como éste da vueltas en su interior, el omega incluso está segregando hormonas —. ¿Qué crees que estás haciendo? —Pregunta con miedo tartamudeando cada sílaba. Retrocede asustado y se detiene al sentir los estantes a su espalda, está sudando helado, se lleva la mano a la frente y siente como ésta está perlada de sudor —. Ni se te ocurra infeliz —habla con su lado omega —, estamos muy viejos para esto —informa. Su lobo gruñe y TaeHyung salta de la impresión, jamás se había comportado así; el lobo en su interior toma un poco el control y obliga a TaeHyung a caminar a la entrada, él intenta con toda su fuerza de voluntad detenerse, pero el lobo es fuerte.

El omega deja de caminar y TaeHyung se oculta en el borde de los estantes, quiere irse, pero al mismo tiempo no, tiene una enorme curiosidad por saber lo que busca su lado omega, aunque lo intuye.

En la entrada hay cinco personas, cuatro son alfas —es evidente—, pero la quinta no logra verla y tampoco puede sentir su aroma, aún no se recupera de su resfriado; los cuatro alfas intentan ayudar a la quinta persona la cual está de rodillas en el suelo con las manos en el estómago, pero no logra ver bien, la alfa le bloquea la vista.

—No, ni creas —habla firme al sentir el ronroneo de su omega —que será ella, primero muerto.

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— ¡¿Qué hacemos?! —Exclama HoSeok.

— ¿Qué pasó? —Pregunta la vendedora de la farmacia, si sabe qué es lo que ocurre tal vez pueda ayudar.

—Lo encontramos ebrio —susurra YoonGi.

—Hijo de puta —murmura HoSeok.

—Le dimos algunos tragos —informa preocupado NamJoon.

JungKook cierra los ojos y ve como el lobo araña, gruñe y se mueve en círculos en su interior, el mamífero está inquieto y lo marea más de lo que está, en la vida vuelve a beber alcohol. El alfa de repente se paraliza y aúlla a los Astros; JungKook no lo soporta, le provoca dolor de cabeza, abre los ojos y se sujeta la cabeza con ambas manos ¿Qué está pasando?

— ¿Qué fue lo que bebió?

JungKook busca al dueño de esa dulce voz y siente como le falta el aire cuando sus ojos encuentran los contrarios, las personas alrededor dejan de existir, su corazón se agita y el malestar desaparece.

—Cerveza, tequila... —enlista NamJoon.

—Vodka —agrega YoonGi.

—Un poco de ron —susurra HoSeok.

JungKook se sienta sobre sus pantorrillas y se deleita con el omega frente a él, es hermoso.

—Necesita tomar... —el omega le ordena a los alfas qué hacer y JungKook siente cosquillas en el vientre, el omega es increíble, y la forma en que pronuncia los farmacéuticos es sicalíptica, jamás la palabra Alka-Seltzer lo había extasiado, ahora ese medicamento tiene un nuevo significado para él.

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El chico auxiliado es un alfa, su omega no pudo resistirlo y tuvo que entrar en acción. Sus ojos lo traicionan y cada tanto aterrizan en el alfa frente a él ¡Maldita sea! ¡Es un niño! ¡Estúpidos Astros! Son unos malditos degenerados. —Hm... —se aclara la garganta —. ¿Cómo te sientes?