Capítulo 7.

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La risa de Itachi todavía bailaba en mis oídos, cuando salí casi corriendo de su habitación

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La risa de Itachi todavía bailaba en mis oídos, cuando salí casi corriendo de su habitación. El muy bastardo se estaba burlando de mi, de eso estaba segura. 

No paraba de mirar a mis espaldas, tenía la ligera sensación de que el Uchiha saldría en cualquier momento de su alcoba, y se encargaría de torturarme de formas creativas. Después de todo, ese hombre es un mafioso, y lo último que le hace gracia a este tipo de personas, es que les hagas daño. 

Y yo le había tirado no uno, sino dos cojines. Creo que estoy loca. 

Cuando mi nariz chocó contra un fuerte pecho, no pude evitar retroceder unos pasos, mientras llevaba una mano a mi cara. Gemí levemente por el dolor que me había provocado aquel golpe. 

─La puta madre─ murmuré, antes de que una risita picara me llamara la atención. 

Frente a mí, se encontraba el mismo rubio de la fiesta, solo que esta vez solo llevaba unos pantalones deportivos, y su bien marcado abdomen era exhibido en su totalidad. Recé a Dios, para que me diera la fortaleza de manejar mis hormonas y no mirar más abajo, de lo que debería. 

Los ojos azules del muchacho resplandecieron, mientras me miraba con cierta burla. 

─Ya era hora de que te trajeran─ su mano me revolvió el cabello, de forma juguetona. Pude ver que llevaba un tatuaje que se me hacía conocido. 

─ ¿De qué estás hablando? ─ cuestioné, totalmente perdida. ─ ¿Acaso me conoces? ─ otra risa de su parte, esto no me estaba llevando a ningún lado. ─Yo no te conozco, ¿por qué me hablas como si fuéramos viejos amigos? ─ alguien me abrazó por detrás, causando que me apartara del rubio. 

─Cuando dijiste que era una fiera, Shisui, no estabas equivocado─ levanté la vista, para toparme con un sonriente Shisui. 

Con el pecho al descubierto, también. 

─Lo sé, Naruto─ así que ese era el nombre de ese chico, volví a mirarlo. 

─ ¿Es una moda el andar sin camiseta? ─ pregunté, al tiempo que me escapaba del agarre proveniente del primo de Itachi. ─Avísenme, no me molestaría andar con los senos al aire─ ambos chicos compartieron una mirada, antes de reír. 

─Confieso, querida, que me encantaría apreciar la vista─ los ojos del pelinegro se posaron en el escote de mi vestido, mientras se mordía el labio inferior. ─Pero Itachi nos arrancaría la cabeza, y yo prefiero seguir viviendo─ Naruto carraspeó. 

─Habla por ti, hombre─ le dijo al Uchiha, antes de mirarme a mí. ─Por mi, puedes andar como quieras por estos establecimientos, a mí no me importará en lo más mínimo─ y se encogió de hombros. 

¿Este idiota me estaba diciendo poco sexy o qué? 

─Naruto es más propenso a unirse a ti, y saltar los dos juntos, desnudos, hasta el amanecer─ me reí de tan solo pensarlo. 

A lo lejos, una puerta se escuchó cerrarse, y solo el ver la espalda de Itachi al descubierto, fue suficiente para que apretara los muslos, y tratara de ignorar la obvia humedad entre mis piernas, que comenzaba a sentir. 

Ver a Itachi y a Naruto fue. . . Como para limpiarme los ojos, pero ahora. . . ¿Ver esa trabajada espalda? 

¡Dios, bendiga mi pecadora existencia, para que se dé la vuelta y pueda observar esa tableta de chocolate!

Mis hormonas estaban a flor de piel, con tan solo imaginarlo. 

─Llamen a la señora que limpia, alguien, ha dejado la llave abierta─ sentí el calor subir a mis mejillas, y casi le suelto un derechazo a Naruto, el cual se apartó de mí, riendo. 

─No la molestes Naruto, sabemos que Itachi está como le da la gana, ¿no es cierto, querida? ─ asentí, sin prestar mucha atención a lo que decía. ─Tierra llamando a Perséfone, ¿ya es esa época del año, en la cual Hades se la lleva? ─ sonreí negando. 

─Me encanta la mitología─ dije, al tiempo que me daba la vuelta, para ver a los dos sementales frente a mí. ─Ustedes tampoco es que estén tan mal─ y les guiñé un ojo. 

Me di cuenta de que había tocado una fibra sensible en el orgullo de estos dos, cuando empezaron a realizar poses de fisicoculturistas, tuve que morderme el labio inferior para no reirme. . . Ellos lo tomaron como que me estaba gustando.

─Tu también estás como quieres, belleza─ el rubio tomó mi  mano, y me hizo dar una vuelta. ─En otros tiempos, hubiera tratado de llevarte a la cama─ fruncí el ceño, levemente. 

─ ¿Ah sí, y por qué no ahora? ─ Shisui abrió los ojos de par en par, y dirigió su mirada hacia Naruto, y luego otra vez hacia mi, una y otra vez. Como si mi pequeño juego le sorprendiera. 

─No esperaba ver una reunión matutina─ antes de que alguno de los dos dijera algo, Itachi habló, y yo sentí mis piernas temblar levemente. ─Y menos con esta ratoncita, el cual me ha tirado un par de cojines, para después salir corriendo toda despavorida─ ante su esposo, me giré para decirle una grosería, y casi me caigo de espaldas, al llevarme tremenda vista. 

Nunca en mi vida había visto un abdomen tan trabajado como ese, Naruto, Shisui, a ver si se me ponen las pilas muchachos. 

─Cierra la boca princesa, hay moscas─ una mano se deslizó por mi hombro, no necesité ver quien era, lo sabía perfectamente. Desde anoche, este Uchiha demostró lo muy sociable que es.

─Me gusta el chocolate─ pronuncié, casi en un balbuceo. 

Naruto y Shisui estallaron en carcajadas. 

Itachi, por su parte, me miró con cierta diversión, antes de tomarme del mentón, y acariciar mis labios con su pulgar. Su cabeza se inclinó levemente, hasta mi cuello, y sentí su respiración caliente y pesada, contra mi piel. 

Sentía el calor aumentar, en mi zona íntima. 

─Eso es bueno, ya que. . . ─el dedo índice de este dios griego, amenazó con adentrarse dentro de mi boca. ─Puedo darte todo el que desees─ y su pulgar presionó contra mis labios, cuando los remoje de forma inconsciente.

Me derretí. 

─No sé si decir buenos días, o consíganse una habitación─ me giré rápidamente, para recibir un cuarto balazo justo en mis hormonas, que ya de por sí estaban enloquecidas. 

Sasuke estaba de pie, justo al lado de Naruto. Sosteniendo una camiseta y llevando unos pantalones muy apretados, creo que pude alcanzar a ver algo de pelo negro, sobresaliendo por estos. 

Santo Dios, perdone los pensamientos pecaminosos, líbrame de toda lujuria y. . . 

─No es necesario, hermanito─ Itachi relamía el dedo que justo había estado en contacto con mi lengua. 

Y lléveme usted mismo a las puertas del infierno. si gusta, porque eso que acabo de presenciar, es lo más cerca que estaré del paraíso.

 si gusta, porque eso que acabo de presenciar, es lo más cerca que estaré del paraíso

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Madness [Itachi Uchiha].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora