Capítulo 9.

1.4K 219 88
                                    

Por mucho que mi vida parecía estar cambiando a bien, teniendo nuevos amigos y estar viviendo dentro de innumerables comodidades, algo de remordimiento atacaba mi corazón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Por mucho que mi vida parecía estar cambiando a bien, teniendo nuevos amigos y estar viviendo dentro de innumerables comodidades, algo de remordimiento atacaba mi corazón. Esto es una mafia, un lugar en el cual la droga se vende como pan caliente, ese polvo blanco, que para muchas personas es una necesidad tan grande, hasta el punto de que la creen vital, se encuentra en alguna habitación privada, por montones.

Los asesinatos están a la orden del día, cada ser que transita por estas instalaciones, lleva al menos un arma, y esto era una obligación impuesta por el mismo Itachi.

Por si un día las cosas se llegan a tornar feas, cada uno de ellos debe llevar al menos una pistola para poder defenderse─ todavía recuerdo sus palabras y se me hiela la sangre.

Y más que todo eso. . . Estoy conviviendo con el clan Uchiha, la familia más peligrosa y sádica que ha tenido registro la policía, en los últimos años. Seres que se les asocia incluso con demonios.

Y aquí estaba yo, tratando al heredero de todo un mundo retorcido, como si fuera un hombre más. Hablando con su hermano y la pareja de este, hasta altas horas de la noche, acerca de cualquier tema. Entrenando con su primo en el gimnasio que tienen aquí.

─Alguna vez. . . ¿Alguna vez has sentido miedo? ─ cuestioné a Naruto, mientras abrazaba mis piernas contra mi pecho. Ese rubio estúpido, era el único de los hombres con el cual yo abrí levemente mi corazón, mientras él hacía lo mismo conmigo.

─ ¿Miedo? ─ se giró para verme, su rostro parcialmente cubierto, por la mascarilla que se estaba aplicando. Un regalo de su novio. ─Necesito que seas más específica─ y volvió a mirar su reflejo en el espejo.

─Tengo miedo, Naruto─ confesé, sintiendo como se formaba un nudo en mi garganta, y las entrañas se me revolvían. Aquí hasta las paredes tienen oídos, aunque nadie quiera decirlo abiertamente. ─Esto. . . Esto es una mafia. Itachi, Sasuke y toda su familia, son conocidos por el sadismo, por tener alguna que otra relación con el mismo diablo─ lentamente, el Uzumaki dejó el contenedor sobre la mesa, junto al aplicador que estaba utilizando, y se giró para verme.

Su mirada demostraba comprensión. Como si entendiera mis temores.

Escondí levemente mi cabeza entre mis piernas, al tiempo que un peso más se sintió sobre la cómoda cama. Y luego unos brazos atrayendo mi cuerpo a un fuerte pecho.

─La primera vez que estuve involucrado con los Uchiha, pensé lo mismo que tú─ murmuró, mientras deslizaba su mano sobre mi espalda, acariciándola. ─Tenía tanto temor por mi, por mi familia, por mi vida. . . Conocer a Sasuke, fue como mi salvación─ no tenía que mirarlo, para saber que estaba sonriendo, como cada vez que hablaba de su amado novio. ─Se acercó a mí, se hizo mi amigo, me ayudó en todo momento, sin pedir nada a cambio, y se metió en mi corazón tan a fondo, que creo que si algún día llegamos a terminar, por un motivo u otro, yo seguiré estando ahí para él─ sus dedos subieron a mi cabello, deshaciendo la trenza a medio hacer, que llevaba. ─Aquí puedes sentirte segura, pequeña. Nos tienes a nosotros, a Shisui, pero por sobre todo, tienes a Itachi a tu lado─ levanté el rostro, para poder mirarlo.

─Estoy aquí, como una garantía de un pago─ murmuré.

─Estás aquí─ el rubio tomó mis manos entre las suyas. ─Para vivir nuevamente, para ser feliz, para amar, y también para aprender a perdonar. Estás aquí, para volver a sentir mariposas en el estómago, para crear momentos inolvidables─ no pude evitar sonreír ante sus palabras. ─Estás aquí, para reencontrarte contigo misma, princesa─ mis ojos picaron, y aparté la mirada.

─Estás aquí, porque te lo mereces─ la contundente voz de Sasuke llamó mi atención. Vestía de negro, el color preferido por su familia. Sin embargo, la camiseta dejaba apreciar parte de sus tatuajes. Me encantaba la mezcla de ellos, algunos coloridos, otros en matices más oscuros. 

─Todos merecemos una oportunidad de renacer, de volver a la vida y vivirla como queramos. Bueno, una no, miles que sean necesarias─ aclaró Naruto, al tiempo que Sasuke se sentaba a mi lado. 

─Aquí no debes tener miedo, si es verdad que es un saco de mierda, pero al menos estás protegida y no te faltará nada. Itachi se volvería loco, si eso llegara a pasar─ enarqué una ceja. 

─ ¿Y eso por qué? ─ la pequeña risita de su hermano menor, me resultó como un cantar de ángeles. Sasuke se reía tan lindo y calmado. . . 

─Mi hermano te ve como una mujer fuera de lo común, una guerrera, y creeme, si algo tiene Itachi, es que es muy fiel a sus ideales, y está centrando en ayudarte a salir adelante─ sonreí levemente, pensando el aquel personaje. 

No había día que no compartiera con él, aún fuera un tranquilo café, viendo juntos el amanecer, sin decir palabra alguna. Estaba agradecida con él, pero eso no evitaba que le temiera. 

Había algo oscuro en él, en su aura, en lo reservado de su actitud, en la forma en la cual sus ojos destellaban con tristeza. En la manera en la cual se desaparecía durante casi todo el día, y cuando llegaba, yo ni siquiera estaba despierta, y eso, que soy una criatura que le encanta dormirse a altas horas de la noche, viendo películas o series, arropada con una manta gruesa y el aire acondicionado de la habitación encendido. 

Ambos hombres notaron mi incomodidad, y se miraron en forma cómplice, yo simplemente me levanté y caminé por la habitación, abrazándome a mí misma. 

─Veo que te colocaste la mascarilla que te compré. Y más te valía, después de rogarme tanto por ella, no era para menos─ Naruto emitió un ruidito que interpreté como una risa. 

─Cállate Uchiha, con mis productos faciales no te metas. Y además, si no me la comprabas tú, yo me las arreglaría para conseguirla─ pequeño zorro, fue lo que pensé, justo mientras escuchaba su pequeña conversación.

─No pararé de saciar tus caprichitos, idiota─ me acerqué más al espejo, y me enterneció ver la manera en la que Sasuke abrazaba al rubio, y besaba su hombro. ─Así que no debes de preocuparte─ concluyó, y luego besó su cuello. 

Me estremecí. 

─Bueno, yo creo que les daré privacidad y. . . ─ caminé sin mirarles hasta la puerta, no esperaba que me detuvieran. 

─Si bueno, hablamos─ Naruto sonaba distraído, sucumbiendo ante los encantos de su amado. 

─Maldita sea, ve a quitarte esa mierda de la cara, por poco y me intoxico─ mi risa acompañó a la del rubio, mientras me marchaba. 

El resto del día, lo pasé encerrada en mi habitación, buscando universidades y opciones de carrera que llamaran mi atención, o que fueran acorde a las cosas que me gustan. Fue entrando la media noche, cuando mis párpados pesaban, que escuché la puerta abrirse y unas pisadas lentas. 

El aire acondicionado indicó que estaba siendo encendido, con un pequeño pitido. Mi celular me fue arrebatado de las manos, y un cuerpo masculino se aferró a mi espalda. Podía sentir la respiración de Itachi a mis espaldas. 

Cuando intenté girarme, él me detuvo. 

─Solo. . . Solo quedémonos así durante unos segundos─ murmuró. Su voz sonaba como si hubiera corrido todo un maratón. 

Esa noche, mientra él se aferraba a mi cuerpo y me impedía ver su cara, supe que este hombre estaba roto. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Madness [Itachi Uchiha].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora