Capítulo 3.

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Incluso con el incidente de la tarde, la fiesta no fue cancelada

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Incluso con el incidente de la tarde, la fiesta no fue cancelada. 

El suelo alfombrado de mi habitación ahora tenía un orificio gracias a la bala que lo había atravesado, no tenía ni idea de si había causado daños colaterales, en algún lugar de la casa, pero deseaba en lo más profundo de mi ser que así fuera.

Que en medio de la fiesta, alguna tubería terminara por explotar, y empapar a todos los invitados de los que se consideraban cabecilla de esta residencia. 

La música estaba en su máximo esplendor, cuando deslicé la tela rojo vino de mi vestido, sobre mi piel, escotado y ceñido a mi cuerpo hasta las caderas, permitiendo que su falda con una abertura en mi pierna izquierda, ocultara la navaja envuelta en encaje, que se encontraba en la derecha. 

Esta noche probablemente me dispondría a cazar algún que otro hombre adinerado, saquearía hasta el último billete de su bolsillo, y volvería envuelta en sombras a mi habitación.

Caminé por las escaleras, aprovechando el momento en el cual la música se detuvo, gracias a que el esposo de mi madre tomaba un micrófono, y agradecía a sus invitados por venir a su celebración sin motivo aparente. 

Me encargué de que mis tacones resonaran todo lo posible a cada paso que daba, balanceaba mi cuerpo, al mismo tiempo que mis caderas, caminaba con tanta gracia, que bien pude parecer una deidad vestida de rojo, que venía a reclamar la sangre de los mortales desobedientes. 

La imagen me hizo gracia, mi madre, de pie junto a su hombre, estaba vestida al completo de negro, erguida, como la herramienta que era para esa bestia. Una muñeca que rebosaba maldad e hipocresía. 

─Oh, queridos amantes, no detengan su derroche de dinero por mí, solo vine a dar una vuelta─ la mandíbula del anfitrión se tensó, todavía con su micrófono en la mano. 

No los había llamado como debería, mamá y padrastro, sino amantes. 

Casi pude ver la sangre ardiendo en las venas de mi progenitora, faltandole al respeto frente a todos sus invitados, me pregunto qué castigo estaría decidiendo para mi, dentro de su cabeza de bruja. 

─No es un secreto que esperaba por ti, querida─ se las arregló para decir, la pareja de mi madre. ─Queridos invitados, les presento a mi hijastra. Les puedo asegurar, en nombre a su trabajo como prostituta, que esa boquita puede hacer maravillas, les estará sirviendo esta noche─ escupió cada palabra con odio, mientras hablaba, el corte de su mejilla parecía cobrar vida. 

Un desastre de murmullos se desató, todos miraron nuevamente en mi dirección. 

Con razón ese vestido. 

Su caminar, era demasiado obvio. 

Pues si que tiene cara de puta.

Sonreí levemente, mejorando mi postura, y mirando de frente al esposo de mi madre. 

─Parece que es de familia, siendo que eres un perro atado a la correa que tiene mi madre sobre ti. . . ¿O quizá era al revés? ─ caminé hasta la butaca, en la que se solía sentar él durante las fiestas, una que hace mucho tiempo había pertenecido a mi padre. Me deslicé sobre ella,y coloqué ambas manos en los antebrazos, una reina mirando al pueblo. ─No importa, de todas formas. . . ─recosté mi cabeza en mi brazo, al tiempo que tomaba la copa, aparentemente con Whisky, que me ofrecía una de las sirvientas, probablemente contratadas para esa noche. ─La dueña de los collares, sigo siendo yo─ concluí, dando un trago a mi bebida. 

Los rostros de los adultos estaban enrojecidos por la furia, casi pude sentir como el micrófono se quebraba, gracias a la fuerza que el bruto le aplicaba. 

Sabiamente, el encargado de la música la hizo sonar hasta que sentí como si mis oídos fueran a sangrar. Las personas se dispersaron por el alrededor, yo seguía sentada en la butaca, cuando la mirada de un rubio de ojos azules se encontró con la mía. 

Me dedicó una amplia sonrisa, puedo jurar que ví más de mil soles, iluminados entre esos dientes y su rostro. Era atractivo, y en algún punto, el azul de sus ojos era seductor, pero no era mi tipo. 

Mi vista se desplazó sobre los demás invitados, tomé otro sorbo de mi bebida, cuando mis ojos dieron con la terrible escena, del esposo de mi madre golpeando fuertemente la cara de mi padre, en un puñetazo brutal. 

Mis piernas se movieron antes de que mi propia consciencia lo hiciera, la navaja ya estaba en mi mano, cuando me aparecí ante los desgraciados que molestaban a mi padre. 

─Ya estás colmando mi paciencia─ estaba consumida en mi totalidad por la ira, el estruendo de la navaja atravesando la pared, gracias a mi fuerza bruta, llamó la atención de varias personas, que hasta hace unos segundos, preferían ignorar la escena que estaba ocurriendo. 

La idea de que mi padre estuviera en esta fiesta. . . No era algo que yo me esperara, pero de todas formas, le protegería, aún si debía de tornar esto una lluvia de sangre y vísceras volando por doquier. Aún si yo salía lastimada en todo esto. 

─No te metas en los asuntos de Kai, niña─ mi madre se encontraba tras la espalda del animal mayor, una sombra de él, en eso se había convertido ella, por puro placer a permitir que fuera su esposo, el que me hiciera trizas, mientras ella mantenía el acrílico de sus uñas intacto. 

Ni siquiera se atrevió a llamar al hombre a mis espaldas tu padre, no estaba segura de los motivos de ello. 

Le dí una leve mirada a mi padre, la nariz le sangraba, y el moretón en su mejilla estaba empezando a tornarse casi azul, apreté mi puño libre, justo cuando mi mejilla recibió el fuerte impacto de un puño. 

Me desequilibró, y las manos de mi padre fueron como un soporte para que no cayera. 

Ese animal. . . Se había atrevido a golpearme. 

Cuando su mano se levantó otra vez, un disparo se escuchó, y yo cubrí mis orejas, mi padre me abrazó con fuerza, cuando el grito proveniente del esposo de mi madre, superó incluso la música. 

Gotas de sangre estaban en uno de mis brazos, mis piernas y mejilla. 

Una bala había atravesado la mano del hombre frente a mí. Justo la mano, con la que había tratado de golpearme, una segunda vez.

 Justo la mano, con la que había tratado de golpearme, una segunda vez

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Madness [Itachi Uchiha].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora