Capítulo 11.

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─Me pregunto el motivo por el cual estás aquí─ mi rubio amigo se encontraba holgazaneando sobre mi cama, con su celular en mano.

─Sasuke se ha ido con Itachi a resolver unas cosas, así que, como no tengo nada que hacer, he venido a verte─ su tono de voz denotaba el gran aburrimiento que traía encima.

Me acosté a su lado, y observé el techo de la habitación.

─Siempre es un honor pasar tiempo contigo, Naruto─ solté en broma, a lo que él rió.

─Se que estas honrada de que me encuentre aquí, princesa─ sonreí levemente, antes de girarme a verlo. ─ ¿Qué te hiciste en la cara? Hoy estás más hermosa que de costumbre─ le di un golpe amistoso en el hombro, para después girar mi cuerpo en su dirección. Su mano inmediatamente se colocó en mi cintura.

Naruto era, sin duda alguna, un muchacho que estaba lleno de vida, o quizá de ganas de vivir al máximo. Resultaba ser un rubio muy activo, y siempre que no encontraba nada que hacer, me arrastraba con él a una pequeña aventura, en las que nos divertíamos hasta que llegaran los hermanos Uchiha por nosotros, siempre diciendo que nuestra pequeña escapada les había preocupado.

Aunque había salido varias veces de este lugar, todavía no lo conocía a la perfección, ya tendría tiempo para decirle a alguno de ellos que me diera el recorrido completo.

─Y bien─ solté de repente ─ ¿a dónde me llevas hoy? ─ llevó una mano a su mandíbula, y sus labios se movieron como si fuera a pronunciar palabra, antes de que fuertes sonidos de disparos se escucharan fuera de mi alcoba, y una alarma bastante molesta se activara. ─Maldita sea─ gruñó, y se levantó de un salto.

La puerta de la habitación se abrió, dando paso al primo de los Uchiha.

Shisui llevaba una pistola en mano.

─Debemos llevarla a un lugar seguro Naruto, pero ya─ el Uzumaki asintió, y yo de repente me sentí pequeña frente a ellos.

Naruto no se lo pensó dos veces, antes de cargarme y llevarme acorriendo fuera de aquel lugar, que al parecer representaba un blanco fácil. Shisui se quedó atrás, frente a la puerta, disparando a quien sea que trataba de infiltrarse, en ausencia de los Uchiha.

─Tal parece que la aventura de hoy, será tratar de sobrevivir aquí dentro, sin tener una bala en el cuerpo─ mi amigo dió una patada a una puerta que no había visto antes, y luego me dejó con cuidado en el suelo. Más y más disparos se escuchaban, sonaban cada vez más cerca de nosotros.

─ ¿Naruto? ─ custioné, agarrándo con fuerza su brazo, al ver como miraba en dirección a donde parecía estarse desarrollando la muestra de poder. Me miró unos segundos, y luego sonrió. Colocó su dedo pulgar en la extraña cerradura, esta cedió.

─Baja por las escaleras y abre la puerta que está al fondo, te llevará a un lugar seguro. Pase lo que pase, no le abras a nadie, no importa si te dicen que los envió alguno de nosotros─ una explosión sonó, y me encontraba siendo empujada por el rubio, el cual al verme caer dentro de que extenso pasillo, cerró con fuerza la puerta. ─Coloca seguro y corre, no te atrevas a salir de ahí─ su voz sonaba lejana, como si aquel trozo metálico estuviera impidiendo que el sonido entrara a través de él.

─Buena suerte─ mi voz sonó temblorosa, y supe ante la falta de respuesta, que mi rubio ya se había marchado.

El corazón me latía con fuerza en el pecho, mientras corría por el oscuro pasillo, en dirección a las escaleras que me habían sido mencionadas. Al final del largo recorrido, solo había un montón de paredes, que eran levemente iluminadas por una bombilla en el techo. ¿Y qué diablos se supone que haría ahora?

El sonido de los golpes contra la puerta de metal llegaron hasta mí, y rogué a los santos poder salir viva de ahí. Me adentré más en el lugar y blindé mis oídos contra el ruido del exterior, observé las paredes y comencé a palparlas, tenía que ser igual que las películas, debían de tener un mecanismo secreto para ser abiertas, para poder descubrir donde se encontraban las escaleras.

Pero no era así. Los golpes se hicieron más fuertes, y yo me estaba quedando sin opciones.

─ ¡Maldita sea! ─ grité, agarrando mi cabello con fuerza. Estaba desesperada.

No podía permitir que los intentos hechos por Naruto, para mantenerme a salvo, se fueran a la basura solo por no poder seguir adelante, y encontrar las condenadas escaleras.

El sonido de la puerta abriéndose arriba causó que me entrara más pánico. Mis manos temblaron mientras me escondía el doblez de una pared, que conducía a este lugar. Los pasos eran rápidos, quien fuera, al parecer tenía prisa. Controlé mi respiración, para que no resaltara en aquel silencio, y me fundí con la oscuridad de una esquina tanto como pude.

Pero no fue un enemigo el que emergió del pasillo. Reconocí la figura de Shisui al instante. Casi grité de alivio, y me apresuré hasta él.

Solo hasta que los ví, y tuve ganas de que el no me viera a mí también. Sus ojos estaban rojos, con un extraño patrón negro. Retrocedí unos pasos, pasmada ante aquello.

─No hay tiempo─ y como por arte de magia, una pared despareció y las malditas escaleras se dejaron ver. ─Lo único que debías de hacer era decir su nombre, y nuestra IA te daría el paso.

¿Una IA, aquí metida?

El Uchiha tomó mi mano.

─No debes tener miedo, ahí dentro estarás segura─ asentí levemente, concentrada únicamente en aquellos ojos.

Me solté de su agarre, cuando se estremeció la sala.

─ ¡Demonios! ─ el azabache se estaba dando la vuelta, y yo ya estaba con medio cuerpo en las escaleras, cuando me giré.

─Itachi, ¿está aquí? ─ pero ya su primo se encontraba demasiado lejos para responder mi pregunta. Sentía la boca seca.

Por favor, por lo que más quieras Dios, que a ninguno de ellos le hagan daño.

Y comencé a bajar casi corriendo el montón de escaleras, para tener una IA, y este cuarto, pues me parecía un poco anticuado que eso tuviera escaleras, para ser honesta.

Me resbalé en varias ocasiones, y aún así, eso no me impidió seguir corriendo hasta llegar al final. Un ascensor estaba al fondo, con la misma cerradura que tenía la puerta de arriba. ¿Tendría esto mi huella digital? No, no podría ser.

Estaba perdida, ahora verdaderamente lo estaba.

─Bienvenida, señorita─ la voz casi humana sonó.

La inteligencia artificial por fin se había activado, y sentí que un gran peso se iba de mis hombros.

La inteligencia artificial por fin se había activado, y sentí que un gran peso se iba de mis hombros

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Madness [Itachi Uchiha].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora