Día 23

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Juego de rol.

Jacob, Leah y Seth estaban solos en la casa cullen, hablando de un tema de interés, para todos. O debería decir un tema para molestar a Jacob, juzguen ustedes.

—Lo digo enserio Jake, estás casado con un hijo o hija y no has probado el sexo con juegos de rol... —Le habló él lobo más pequeño de los tres. Seth.

—Y que sabes tú de eso, te recuerdo que muy adulto no estás. —Respondió la hermana del lobo más pequeño. Leah.

—Volviendo a mí... Sí, yo llegará a practicar los juegos de rol con Edward, como sería y de que forma, porque no entiendo eso. —Jacob, él alfa, le habló a su manada.

—Edward, es de una época antigua... tú eres él que recibe o él que da. —Preguntó la única mujer presente en ese momento.

—Ambos, pero últimamente Edward es él que recibe y yo él que da... Pero me gustaría recibir alguna vez. —Le respondió Jacob, con duda.

—Bien, Jake, es tú momento de recibir, Edward es de una época antigua por lo que si te vistes de una mujer de esa época probablemente le desagrade esa idea, así que dile que quieres intentar algo nuevo y que piense en algo mientras lo hacen y te de órdenes con ese algo o pídele tú, que actúe como un personaje o algo así...

—Gracias, Leah, por cierto como va nuestro hijo.

—Va, bastante bien, ya termine el primer mes, estoy en la segunda semana del segundo mes. En algunas ocasiones duele bastante y siento como se rompen mis huesos pero mi sistema regenarativo es bastante rápido y eh hablado con Carlisle y me mencionó que al final del tercer mes podría morderme para soportar mejor a la criatura.

—Leah, debés pensar muy bien eso, porque probablemente pierdas tu gen lobo.

—Lo se, Jake. Llegó tu vampiro espera lo en la habitación tengo un plan... —Jacob se despidió de los otros dos lobos y subió a la habitación y terminó por quedarse dormido, por fingir dormir.

Edward llegó a la habitación y vi a su lindo cachorro dormir, pensó en despertarlo pero decidió observarlo, él lobo al término de una hora despertó y se encontró a Edward a su lado y una maravillosa idea pasó por su cabeza.

—¿Ed?. —Preguntó Jacob.

—Dime cachorro.

—Estaba soñando que eras un vampiro de esos antiguos pero se negaba a morder a los humanos porque tenías un cáliz propio y sólo tomabas de esa sangre durante el sexo...

—A qué quieres llegar con eso Jake...

—Lo podemos intentar, no quiero que me muerdas, pero puedo actuar como si fuera tu cáliz y tu puedes darme órdenes.

—Es lo que realmente quieres, cachorro.

—Sí...

—Bien, entonces ahora seré tú amo y tu mi cáliz, para apropiarme de tu sangre necesito que te entregues totalmente a mi y siempre busques el placer de tu amo, antes que el tuyo. Aceptas.

—Si, amo.

No hizo falta alguna palabra más Edward rompió las prendas de Jacob sin piedad alguna y Edward no le importaba dar o recibir, él era feliz sintiendo la calidez de Jacob, pero ahora mismo estaban jugando y eran alguien más, por lo que sin remordimiento alguno empezó a hacer lo que él quisiera al lobo, en todo momento él lobo se sentía otra persona, nunca había estado tan sumiso a Edward y debía decir que le estaba gustando demasiado.

Y no sólo al lobo le gustaba, él vampiro también estaba disfrutando de ese pequeño juego, él sabía que a lo mejor no lo estaban haciendo bien o que ese no era buen juego de rol, pero aun así lo disfrutaban demasiado.

Las caricias y roces se hicieron intensos y dentro de Jacob ya habitaba la masculinidad de Edward que entraba y salía con delicadeza y algo de rudeza dejando al lobo totalmente a su merced, ambos seres gritaban y gemian con fuerza a Edward en nada le afectaba esa acción pero Jacob estaba ya cansado de su garganta y su cuerpo también se encontraba cansado, Edward lo notó enseguida y siguiendo con ese juego, embistió con mayor fuerza a Jacob y con una de sus manos evitó que Jacob eyaculara, él vampiro se emocionó demasiado con el rostro de Jacob, tenía que admitir que había descubierto cuanto le gustaba tener a Jacob de esa forma.

La imaginación es un arma muy poderosa y en Edward causó que llegará al clímax y enseguida le llegó el orgasmo al lobo, quien con un grito casi ahogado o debería decir aullido se liberó, totalmente y Edward le abrazó con cariño y le susurró su dulce canción de cuna y una vez más Edward disfruto de ver y escuchar a su dulce lobo, él lobo que le obligó a descubrir que amaba los juegos de rol en donde el sexo, éste presente.

30 Días Con Edward Y Jacob.  ( + 18 ) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora