Día 25

1.2K 64 11
                                    

Con juguetes.

Era un bonito día y la casa Cullen sólo era habitada por los tres lobos que ya llevaban un tiempo viviendo con la familia de vampiros, los cuales por cierto fueron a una larga cacería para no tener tentaciones cuando estuvieran cerca de alguno de los lobos y también por el bienestar de Leah y su pequeña criatura que venía en camino, en menos de un mes ya nacería la o él pequeño, Leah ya iba por su primera semana del cuarto mes, el tiempo había pasado demasiado rápido y Leah cada vez más se sentía débil por la criatura que habitaba en su vientre, Leah le pidió a los Cullen que no la dejarán morir, si algo sucedía debían morderla sin dudarlo. Petición que los vampiros aceptaron no querían perder a la mujer lobo.

Leah, estaba en el sofá del salón muy cómoda bebiendo sangre y comiendo carne cruda mientras que Seth y Jacob limpiaban la casa, en donde Seth ya había terminado su parte, ya había conseguido limpiar toda la parte de abajo de la casa Cullen, por mientras Jacob aún no terminaba la parte de arriba, había limpiado casi todas las habitaciones de los Cullen exceptuando la de Rosalie y la que Jacob compartía con Edward.  

Jacob, no se atrevía a entrar a la habitación de Rosalie por miedo a un pequeño regaño, mas sin embargo entró y sin tocar nada que el considerará importante término su limpieza en esa habitación. En cambio con la habitación de Edward entró de una, después de todo ésa también era su habitación; ya allí presente y limpiando debajo de la cama, aparte de encontrar millones de arañas, encontró también una caja que decía cuidado, es peligroso abrir esto. Jacob decidió dejar la caja sobre la cama, cuando Edward llegará le preguntaría por esa extraña caja y su misterioso contenido. 

Edward llegó a casa en compañía de los demás vampiros, Edward se fue con su lobo y los demás Cullen acompañaron a Leah y a Seth, cuando Jacob se reencontró con él vampiro fue la oportunidad perfecta para preguntarle por la caja, Edward al ser interrogado por Jacob por el contenido de la caja se puso demasiado nervioso y de ser humano le habría dado un para cardiaco. Como Jacob no dejaba de hacerle preguntas, opto por decirle toda la verdad a su actual esposo. 

—Jake, cachorro, en esa caja hay cuatro juguetes sexuales, dos para ti y dos para mi, Alice los compro la ultima vez que fue por vuestra comida humana y los compro pensando en nosotros dos, no quería decirlo por qué no me parecía lo mejor para ambos, se me hacia y se me sigue haciendo muy sucio y por eso no te lo conté con anterioridad. 

—Debiste decirme las cosas con anterioridad como dices tú y esa idea no me molesta en lo absoluto y solo en una ocasión usamos ese que Alice nos ofreció, para así evitar gérmenes y eso. Ahora muéstrame eso que tengo hambre y no necesariamente es de comida lo que quiero. 

Dicho eso, Edward se encargó de desvestir a Jacob y a él mismo a velocidad vampírica y enseguida le mostro los juguetes al lobo que tenía por esposo, para él vampiro habían dos bonitos juguetes, un tapón anal de forma romboide que era una cola de perro que Jacob muy obedientemente se encargo de ponerle con fuerza la cola al vampiro, él cual gimió sin reparo alguno cuando lo sintió allí adentro, el segundo juguete para el vampiro era un muy bonito retractor que le impedía abrir las piernas, una pequeña barrita de metal atado a sus dos tobillos no le permitía abrir más las piernas debido a la barra de metal de unos cinco, diez cm. Para Jacob eran dos bonitos vibradores, uno que sin dudarlo uso y un segundo vibrador demasiado grande y ancho que ni loco metía en sus zonas intimas, así que lo uso para estimular la masculinidad de ambos, despertando así a sus zonas bajas, Edward no le aviso al pequeño lobo cuando fue que saco y metió el vibrador que Jacob traía puesto y le subió todo la potencia y con gran velocidad embistió a Jacob y de paso con el otro vibrador se encargo estimular los pezones y masculinidad del lobo. 

Jacob por su lado se encargo de estimular la masculinidad del vampiro también pero con su mano derecha y con la izquierda se encargo de sacar y meter la cola en vampiro, teniendo así ambos un buen uso para los cuatro juguetes sexuales que después de unos largos minutos el primero en venirse fue Jacob por qué era el que mayor estimulación estaba recibiendo, seguido por Edward que no soporto ver la carita de su cachorro cuando este alcanzo el clímax. 

A Edward se le había hecho costumbre acunar a Jacob entre sus brazos, después de abrigarle y limpiarle, le cantaba la canción que había compuesto  exclusivamente para el lobo y se dedicaba a observarle todo el tiempo en el que él lobo, en el que su cachorro dormía entre sus brazos.  

(Yo aquí casual, publicando un capítulo a las 2:10 de la madrugada, porque no podía dormir y tengo la inspiración al máximo...)

30 Días Con Edward Y Jacob.  ( + 18 ) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora