30 Días Con Edward Y Jacob. ( + 18 ) (TERMINADA)

Día 27

Futanari.

Todos los cullen estaban preocupados por Leah y Jacob, el veneno de vampiro ya estaba corriendo por sus venas y ambos estaban inconscientes en un profundo sueño, debido a la morfina que Carlisle les había inyectado.

Rosalie en compañía de Seth cuidaban a la preciosa bebita que debido a la palidez de su piel se podía ver como sus mejillas se sonrojaban de la manera más tierna y graciosa posible, Seth había imprimado en la pequeña criatura a la cual Rosalie llamó, Selene, esto debido a dos cosas había nacido de dos padres lobos y un lobo desde su gestación ya se sentía atraído por ella, es así que Rosalie decidió ponerle ese nombre de diosa griega a la pequeña que ya demostraba sus habilidades de vampiro.

Edward se encontraba cuidando a Leah y Jacob, estaría al pendiente de todo lo que sucediera o por todos los cambios que los dos lobos estaban atravesando, estaban ya en su tercer día de transformación y dolor, en unas pocas horas ya estarían hechos todos unos vampiros, eso a Edward le daba nostalgia era un sentimiento nuevo para él y según él, era peor que ser quemado vivo o inclusive ser asesinado por los vulturi.

Mientras Edward se encontraba en su propia mente y en la de sus hermanos, el subconsciente de los lobos estaba jugando con ellos; Leah soñaba que Emily nunca había existido y Sam era solo para ella, se casaban y tenían un hermoso par de niños, serían los alfas de la manada y todo era cálido y tranquilo en el dulce sueño de la poderosa Leah. En cambio Jacob también estaba soñando, Edward y él estaban en su sueño pero como mujeres, Jacqueline y Eduarda, eran novias desde hace mucho tiempo pero nunca habían tenido relaciones sexuales.

Jacqueline, estaba sobre la cama matrimonial que hace más de un año compartía con Eduarda  su actual pareja y el amor de su vida, la morena vio como su dulce, pura y virginal novia, salía del baño con un bonito camisón rojo y se acercaba a ella, Eduarda con pasos felinos se acercó a Jacqueline y la morena se llevó una gran sorpresa cuando vio a través del camisón un miembro sexual masculino, al parecer la otra chica lo notó y se atrevió a tocar por encima de la vestimenta de Jacqueline encontrando que ella también tenía uno de esos y no sólo eso también tenía un clítoris, tenía ambos órganos sexuales y Eduarda al parecer también los tenía.

La más "pura"y "virginal" de las dos aprovechó la situación de confusión de la otra y metió su nuevo miembro masculino dentro de la morena y tres de sus dedos de su derecha jugaban con el clítoris de la morena y con su mano izquierda, profanaba el orificio trasero de la morena, causando un montón de situaciones raras en Jacqueline, así fue al menos, hasta que sintió otra cosa en su interior, era otro miembro sexual masculino, sintió tanto dolor y placer, que despertó de un sueño muy raro; Jacqueline asustada miró su parte inferior y tocó en todos lados, mirando que no tuviera nada masculino en ella y también decidió sentirse segura de que su amada y dulce Eduarda tampoco y tocó la parte intima de su novia, en donde aseguró que no tenía nada masculino en ella. Se sintió atraída por el clítoris de Eduarda y no se pudo a resistir tocarlo como si de una masa se tratase causando suspiros en Eduarda, de la nada Jacqueline sintió un peso en su pelvis y se dio cuenta que una enorme masculinidad femenina estaba entre sus piernas y con esa misma cosa, le dio placer a su chica; hasta que sintió un fuerte dolor en todo su cuerpo, su sangre quemaba con ímpetu y Jacqueline dejó de existir y le dio paso a Jacob que recién despertaba de ese extraño doble sueño.

Al despertar se sentía demasiado extraño y Edward lo miró muy sorprendido, Jacob volteó a todos lados y se dio cuenta como Leah también había despertado y tenía unas orejas y cola de lobo, además de los ojos rojos y colmillos muy afiliados, quiso reír pero vio que él también tenía una cola, toco sus labios y tenía colmillos, tocó su cabello y tenía un par de orejas de lobo, Jacob no soportó más y cayó desmayado frente a la atenta mirada de Edward y Leah que lo miraban con preocupación.