Capitulo 25 - Arreglo.

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POV JOSH

Doy dos golpes suaves a la puerta y espero unos cuantos minutos hasta que me abre. 

—Pasa.                                                                                                                                                                              

Se corre y me da lugar de adentrarme en su casa. Espere que cerrara la puerta y la seguí hasta el living. 

—¿Quieres algo de tomar? —pregunta.

—No, estoy bien. Gracias.  

—Entonces iré por mis cosas arriba, vuelvo en seguida.   

Asiento sin problemas y me acomodo en el sillón. 

Deje el cuaderno sobre la mesa y comencé a leer las consignas del trabajo. La verdad es que no había abierto esto desde hoy.  Parecían preguntas fáciles pero había algunas que no entendía.

Mi concentración solo duro unos segundos, mi mente solo me llevo a lo que estuve pensando todo el día. ¿Merezco otra oportunidad?, pensé. El ultimo beso solo me dio más dudas de lo que ella quería, podría haber cambiado de opinión en ese tiempo, sin embargo, quería luchar contra eso. 

—Conseguí estos libros. —habla, una vez estando sentada a unos metros de mi. No la había escuchado llegar.   

—Bien. Entre más rápido terminemos mejor. —comente.   

No quise dar a entender que quería irme lo más pronto posible pero era tarde. Su reacción fue solo bajar la cabeza y alcanzarme uno de los libros, sin llegar a mirarme.

—Comienza por este.—me gruía.

Busque en el indice los temas relacionados con el trabajo y me puse a leer. Por suerte, me pude enfocar en responder algunas preguntas. Ella por su parte, se le estaba dificultando. Quise preguntar en que pensaba, parecía que su mente estaba en otro lado y no con la atención puesta en el trabajo. 

— ¿Quieres descansar?—inquirí, ya había pasado dos horas desde que comenzamos. 

— No, estoy bien.

—No parece, ¿Ocurre algo?  

Intente mantener mi distancia como me lo prometí. Se me estaba haciendo difícil. 

— Quizá debas continuar en tu casa, Josh.—musita, mirándome— Te falta poco, así que no necesitas mi ayuda. Puedes hacerlo solo. 

— ¿Por que pones una excusa tan estúpida?—Cuestione, un tanto exaltado.  

Ella bajo un momento la cabeza y pareció costarle hablar.

— Necesito estar lejos de ti.—declara. 

—Te dije que luego de esto, se acabo, lo prometo.  

—No quiero que lo prometas, quiero que acabe ya.—me mira.

Mi corazón se acelero tanto que pude sentir como si pudiera salir de mi pecho.   

—Por favor, necesito esto.—rogó.  

—Si esta es la ultima vez que estaremos así, entonces quiero que sepas una cosa.   

Iba a negarse, pude verlo en sus ojos, así que me apresuré a hablar.

— Te esperaré siempre.—le aseguré— Voy a esperar por ti, Jen. El tiempo que tenga que esperar lo voy hacer. 

—No necesito que me digas esto.  

—Esa no es una decisión que puedas tomar tú. —dije. 

Sus ojos se cristalizaron y por momento me arrepentí de decirle todo eso.

—Te quiero, y sé que lo he dicho tantas veces, pero lo siento y no es algo que pueda negarlo.—Sostuve con seguridad.     

— Lo nuestro ya tuvo su oportunidad y ahora Diego se gano la suya. 

—Lo sé.—admití— Él es...—todo lo que yo no pude ser para ti— Un buen chico. 

—Tú también lo eres.

Pero no el que necesitas, omití decirle. Junte mis cosas de la mesa y las guarde.

 — Mañana llevaré el trabajo listo. 

Me levante y ella igual. Tras unos segundos nos dirigimos a la puerta. Me abrió y salí, me di la vuelta con intenciones de saludarla y verla ahí, expectante a lo que pudiera decir, le pedí algo que para mi era mucho.

—¿Me puedes abrazar? Una ultima vez—pedí.

Temí que se negará rápidamente, pero lo pensó y eso me daba una pizca de esperanza. 

—Claro, Josh.—respondió, sin problemas. Como si quisiera dar a entender que no significaría nada para ella.

Sus brazos lentamente me rodearon y en ese momento solo quise que todo esto fuera solo una mala pasada. Esos segundos me restauraron por completo, me sentí vivo. 

—Gracias. —susurre.

—No olvides que eres un buen chico.— se separo de mi y me miro— Cuídate, Josh.

Si, sonaba como una despedida y aunque nos viéramos en la preparatoria, sería una tortura, tenerla tan cerca pero no poder estarlo lo suficiente. 

Me giré y vi un auto aparcarse enfrente. Rápidamente lo reconocí. Él bajo y se dirigió hacía nosotros. No parecía tener un buen humor. 

—¿Ocurrió algo?—Jen se adelanta para estar enfrente de él. 

— ¿Por que no me dijiste que él te beso?—me señalo. 

—Quería encontrar el momento adecuado para hablar de eso.—responde.

—Mira, no fue su culpa.—me metí— Estaba borracho, no estaba consciente de lo que hacía. 

— ¿Consciente?—pregunto— Es mi novia. 

—Lo sé, no volverá a pasar.—declaré, con dificultad. 

—Claro que no, porque no volverás a acercarte a ella.

Quisiera que no me hubiera molestado el tono el que uso, pero lo hizo.   

—No me vas a decir lo que tengo que hacer. —masculle.   

Si, sé que no me iba a acercar a ella después de hoy, pero no porque él me lo este diciendo y eso era algo que tenia que dejarle claro. 

—Quizá debamos hablar adentro, Diego. —sugirió.

Ella agarra su mano para seguramente evitar que haga algo estúpido. 

—No, primero quiero aclararle algunas cosas.—se soltó y se paro frente a mi.  

—Será mejor que hables con ella y te calmes. 

—No te hagas el vivo.—me empujo y provoco que retrocediera unos pasos— Si vuelvo a ver que la molestas, te buscaré. 

—No será necesario, no me voy a esconder.—lo provoque. 

—Suficiente.—declara Jen— Si quieres saber lo que paso, vamos adentro, de otra forma te puedes ir. 

Diego parecía un chico razonable, quizá este enojado ahora pero esta consiente de que debe escuchar su parte de la historia. Él es bueno para ella y lo puedo ver, por ese motivo no dije nada más y los deje. Tendría que empezar a aceptarlo.

  

¿El Amor podrá Curar Heridas? [T1]  |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora