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Pienso que cada persona decide como contar una historia, algunas la cuentan trágicamente, otras positivamente, y por último alguns como yo, que la cuentan tal y como sucedió.

Desperté a las 8:00 de la mañana, miré a un lado, ahí estaba Mikey; acostado. Sus ojos cerrados y su boca abierta, un hilo de baba rodeaba su barbilla, reí, incluso cuando estaba dormido tenía cara seria. Me levanté de la cama tratando de no hacer ruido, no quería que mi hermano se despertara, se veía tan lindo así y entonces; recordé cuando eramos niños.

††††††††††††††††††††

Años atrás.

Escuché la puerta de mi casa abrirse, eran las 3:00 de la madrugada. Donna, mi madre había llegado de dónde sea que estuviese; al fin estaba tranquilo, hasta que escuché una segunda voz, era un hombre.

Mikey dormía plácidamente en mi cama, estaba hecho un ovillo y completamente tapado a excepción de su pequeña carita, él apenas era un niño, tenía 8 años, yo tenía 11.

¿Cómo mi madre podía ser tan descarada para traer hombres a la casa?

La puerta del cuarto de mi madre se abrió, las risas de aquél hombre y Donna, se escuchaban claramente en mi habitación. Mikey se removió en la cama, recé a Dios porque no se despertara; no funcionó, abrió sus ojos y yo le sonreí.

Él me devolvió el gesto, acaricié su cabello y comencé a cantar una canción que yo mismo le había escrito. S/C/A/R/E/C/R/O/W.

Move your body when the sunlight dies.

Everybody hide your body from the scarecrow, everybody hide

Love, love, love wont stop this bomb, bomb, bomb

Love wont stop this bomb, bomb, Love wont stop this bomb, bomb

Run, run, bunny, run

Run, run, bunny, run

Move your body when the sunlight dies

Everybody hide your body from the scarecrow

Everybody hide

Mikey sonrío y se quedó dormido de nuevo.

La canción la escribí porqué él le tenía miedo a los espantapájaros...

†††††††††††††

Mikey se removió en cama, reaccioné, me rasque la nuca y me dirigí hacía el baño, me lave la cara, después me fui directo a la cocina. Busqué en el refrigerador algo para cocinar, encontré harina para panqueques.

Cuando estaba preparando la masa, escuché un ruido proveniente de la sala, caminé hacía allá y vi a Frank tendido en el sofá.

Se había quedado a dormir.

- Buenos días, Gee -saludó.

- Ehm, buenos días, Frank.

Él sonrió, yo di la media vuelta dirigiéndome a la cocina, Frank me siguió y se sentó en una silla de la barra de cocina, yo seguí haciendo la masa para el desayuno.

Sentí que me observaba, estaba seguro que sus ojos se encontraban en mi nuca, voltee y lo miré.

- ¿Qué tanto miras? -le cuestioné.

- Nada... -Frank sonrió.

- ¿Qué es tan gracioso? -pregunté con ironía.

- Nada, amargado -él me miró a los ojos, y sin más soltó- Es sólo que creo que me gustas, Gerard.

Honestamente no me esperaba esa respuesta, mis ojos reflejaron la sorpresa. Traté de que aquello no me afectara y seguí preparando el desayuno.

- No es buena idea enamorarte, si planeas suicidarte, Frank -admití, mirando fijamente sus enormes ojos- ahora, ayúdame a hacer el jugo de naranja.

Él alzo la vista, nuestros ojos toparon, Frank asintió, mostrando su hermosa sonrisa.

- No, cariño, no es bueno que una persona como tú se enamore de un suicida como yo.

Pero, yo no estaba enamorado de él. No puedes enamorarte de una persona en tan sólo un día. Frank era demasiado raro, incluso para mí, también era difícil de comprender.

Something About You | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora