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Cuando Frank pronunció esas palabras, mi corazón quería salir de mi pecho.

- ¿Para qué querías verme? -le pregunté a Frank.

- No lo sé, sólo quería hacerlo. -respondió.

Cerré los ojos, llevé mi mano hacia la sien, este chico podía ser estresante si se lo proponía.

Cuando abrí mis ojos, Frank estaba a centímetros de mis labios, sentí su respiración contra mi barbilla, él se acercó y me besó.

Me besó.

Me besó.

Sentí mariposas en el estómago y a pesar de que parecía imposible, mi cuerpo me decía otra cosa; estaba enamorado.

Y a pesar de que el amor no existía para mí, porque desde pequeño Dios me lo había negado; sentí que Frank era la cura a mi alma rota.

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Estomi madre, está recostada en el sillón mientras tiene su brazo encima de sus ojos, su cabello es largo y rubio, su cuerpo delgado pero ceñido. Ella voltea a verme y me hace un gesto con la mano, dándome a entender que me acerque.

- ¿Qué tanto me miras? - Cuestiona Donna.

- N-nada - susurro algo nervioso.

- Entonces quítate de mi vista - respondió Donna con enojo.

- ¿Por qué tu no nos abrazas a mí y a mi hermano? - Pregunté con tristeza.

- Porque yo no los quiero - respondió con tal frialdad.

Ella rompió mi corazón, ella me lastimo y ella era mi madre. Mi propia madre no me quería, tampoco quería a mi hermano. Entonces desde eso no creo en el amor, no creía en nada, yo sólo me propuse querer a Mikey y así fue.

Hasta que llegó Elena y me enseño que mientras una puerta se cierra, otra se abre.

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Cuando el besó terminó, Frank tomó mi barbilla con su mano derecha, se paró de puntitas y me susurró al oído.

- Gerard, tal vez tú puedas salvar mi vida.

Yo sentí que mi corazón se detuvo, ¿Yo podía salvar su vida?... Este chico si era raro, pero me gustaba, Frank me gustaba demasiado... Y apesar de que sólo llevaba días de conocerlo, sentía que él me devolvería la alegría que me habían quitado.

- Y tal vez yo, pueda reparar tu corazón - Susurró al ver que no le contestaba.

Yo sólo tomé su mano, la acerqué a mi pecho, en la parte donde está mi corazón.

- Frank, tú has hecho que mi corazón vuelva a latir.

Él me miro y soltó una risita nerviosa, entonces se paro de puntitas y me besó en los labios.

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"Frank, cumpliste tu parte del trato, sanaste mi corazón, lo arreglaste. Pero yo no cumplí la mía, yo no pude hacerlo y ahora me arrepiento".

Something About You | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora