Décimo Novena Parte.

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Cuando dejé de visitar a Frank, mi hermano empezó a hacerlo, él me mantenía informado de lo que pasaba con Frank, dándome cada mínimo detalle de lo que pasaba.

Yo hice mi vida con Lindsey, dejando atrás a Frank, no te mentiré, algunas veces pensaba en él, pero ya no tenía importancia. Ya habían pasado cuatro años que él estaba en coma, y los doctores decían que no iba a despertar nunca, entonces ya no tenía esperanza alguna.

Después de dos años de una relación maravillosa con Lindsey, le pedí matrimonio, ella lloró de alegría e inmediatamente me dijo que sí, que aceptaba, cuando le pedí matrimonio, fue espectacular, lo preparé todo cuidadosamente, y la verdad fue lo mejor que pude haber hecho.

Mi esposa era ejemplar, era amorosa, comprensiva y me apoyaba en todo, yo me convertí en un artista reconocido y por ende tenía una buena casa y una buena fortuna, mi hermano Mikey al principio no aceptaba a Lindsey, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que era buena persona y que me hacía muy feliz.

A los seís meses de matrimonio, Lindsey me dio la noticia más grande del mundo, la cual me hizo demasiado feliz.

- Gerard, estoy embarazada - Ella tenía la sonrisa pintada en su cara y la alegría se reflejaba en sus ojos.

Yo por mi parte, lloré, pero lloré de alegría, iba a tener un hijo, y eso me hacía extremadamente feliz, corrí rápidamente hacía Lindsey y la abracé.

Un hijo.

Una pequeña parte de mí.

Los meses pasaban rápido entre mi trabajo y mi esposa, a los 4 meses supimos que el bebé iba a ser niña, yo escogí el nombre, Bandit. Lynz no puso objeción alguna con el nombre, y así se quedó.

Bandit nació con estrella, cuando la vi por primera vez lloré, era tan parecida a Lindsey, era igual de hermosa. Mi esposa y yo siempre la cuidamos y la consentimos, tratando de darle todo el amor que se le puede dar a un hijo.

Y todo esto había pasado en mi vida, mientras Frank estuvo en coma, ¿Ves cómo el tiempo pasa demasiado rápido?, así que si ahora puedes hacer algo, hazlo. No lo dejes para mañana, hazlo hoy.

Entonces el día menos esperado ocurrió, Bandit ya tenía 3 añitos, yo ya tenía 30 años y Lindsey 31. Eramos una gran familia feliz y estábamos celebrando navidad.

Mi teléfono sonó, yo alcancé a contestar, era mi hermano, creí que llamaba para avisarme que vendría a casa pero no fue así.

- Despertó - No entendí al principio, pero después analicé la información, él había despertado - Y está preguntando por ti, Gerard - Agregó mi hermano con desesperación en la voz.

- Dile que voy para allá - Colgué el teléfono y bajé las escaleras, Lindsey tenía a Bandit abrazada, yo la miré y sentí que mi corazón se rompió.

- Lindsey, despertó y tengo que ir a verlo - Le informé, ella hizo un pequeño mojin, pero después asintió con la cabeza y siguió jugando con Bandit.

Tomé las llaves del auto y me subí al él, dirigiendome al maldito hospital que no pisaba desde hace años, mi corazón estaba acelerado, las manos me temblaban y una pequeña gota de sudor recorrió mi frente.

Tenía miedo de lo que fuera a pasar, tenía miedo de la reacción de Frank al enterarse que yo ya había hecho mi vida, que lo había dejado atrás.

Cuando llegué al puto hospital, no podía más y quería salir corriendo, pero no debía hacerlo, quería ver a Frank y sus preciosos ojos color avellana, quería ver su reacción al verme.

Caminé por aquellas pasillos blancos, con olor a medicina y látex, aún recordaba el número de habitación y el camino que me llevaba hacía ella, cuando estuve enfrente de la puerta, me quede parado ahí por segundos, después tomé la valentía y abrí la puerta.

Something About You | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora