Frank entró a la recámara y se sentó en la punta de la cama, yo no me moví, cerré los ojos de nuevo y suspiré. Sentí que Frank me veía, yo simplemente estaba esperando a que él hablara.
- Gerard, sé que escuchaste la plática de hoy en la mañana y estás molesto conmigo y con Mikey...
- Ajá - contesté.
- Bueno, quiero pedirte perdón por ocultarte las cosas y cualquier cosa que quieras saber, la responderé, lo prometo.
- No quiero saber nada, Frank.
- Gerard, no te pongas así...
- ¿Y cómo quieres que me ponga si mi hermano y mi novio me ocultan cosas?, ¿quieres que brinque de felicidad? - Medio grité, la molestia se escuchaba a kilómetros.
- Ya te dije que lo siento, carajo, también te dije que me preguntes lo que quieres saber. - Contestó Frank.
- Lo único que quiero es que desaparezcas, vete de mi recámara.
- Perdóname Gerard, pero esto no es así, se supone que debemos de arreglar las cosas - dijo Frank, tratando de controlarse.
- Sabía que no debía de enamorarme jamás, estoy... ¡ESTOY ROTO Y TÚ ME ROMPERÁS MÁS!
- ¡No es mi culpa que tu vida haya sido mediocre! - Gritó Frank, mirándome fijamente.
- Bueno, entonces déjame a mí y a mi mediocridad en paz y vete de aquí - Susurré.
Las lágrimas estaban invadiendo mis ojos, nublaban mi vista, Donna siempre había tenido razón, soy un mediocre hasta para la persona que amo.
- Ge-Gerard, yo lo s-siento - dijo Frank.
Malditas palabras fingidas, como él, tomé un perfume que estaba en la cómoda y se lo avente, aquél esquivo el golpe y me miró atónito, después su mirada cambió a molestia.
- Eres un miserable, y yo... ¡YO YA NO VOY A ESTAR AHÍ PARA TI!
- Nunca estuviste para mí, nunca.
Frank salió del cuarto azotando la puerta, yo me quedé ahí en la cama, sollozando, Frank me había dicho mediocre, y tenía razón, lo era.
Me quedé dormido, al día siguiente desperté con los ojos hinchados, Mikey estaba a mi lado, me levanté procurando no hacer ruido y me fui al baño, hice la rutina diaria, con diferencia que hoy las ojeras eran más marcadas y mis ojos color esmeralda contrastaban con el rojo que tenía. Tomé mi ropa, me cambié y abandoné mi departamento, no quería ver a Frank, para nada, es más hoy mismo terminaría con él, caminé hacía el parque y me senté en aquella banca, mi banca preferida, tomé un cigarro y lo encendí.
Inhale la nicotina.
Relajación.
- Hola "sólo Gerard" - reconocí la voz de inmediato.
- Hola Lindsey - Susurré.
- Oh, suenas apagado, ¿pasa algo? - Cuestionó la pelinegra.
- Muchas cosas, que supongo, no importan - Le sonreí.
Ella frunció su entrecejo, y después alzó sus cejas, mientras acariciaba su sien.
- Si estás mal si importan, ¿qué ha pasado? - Preguntó.
- Mi novio, mi novio piensa que soy un mediocre...
- ¿Y por qué piensa eso?
- No lo sé, me lo dijo ayer mientras peleamos.
- Ah, ahí está el peine. - Sonrió - Estaba molesto, todos decimos cosas malas cuando estamos molestos.
- Tienes razón, supongo... - Reí.
- ¿Cuánto tiempo llevan?
- Bastante, pero apenas nos hicimos novios oficiales, yo lo amo, nunca me había enamorado.
- Cuando uno se enamora, la caga completamente... Pero es lo mejor que te puede pasar, además una relación que vale la pena, pasará muchos problemas.
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Elena siempre decía que si algo vale la pena, siempre tendrás que atravesar los obstáculos.
- Gerard, cuando te enamores no te rindas fácilmente, lucha por lo que quieres. Si vale la pena será difícil, y créeme que tendrás una gran recompensa a lo último.
- Abuela, nunca me voy a enamorar.
- Eso dices ahora porqué estás pequeño.
- Y lo sostengo.
- Ya te veré, derrochando baba por la banqueta.
- Ay, Abuela.
- Cuando ames a alguien hazlo saber.
Elena siempre me daba consejos de amor, siempre. Tal vez ella sabía que el amor que tendría sería complicado.
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Yo miré a Lindsey, le sonreí, está chica era como un ángel caído del cielo.
- Tienes razón, Lynz. ¿Y tú tienes novio? - Cuestioné.
- No, pero estoy enamorada de un chico increíble, aunque no tengo oportunidad - Suspiró.
- Oh... ¿Y por qué no?
- Él ya está enamorado, pero eso no importa. Mientras él sea feliz, yo también lo seré.
- Que tonto aquel chico, eres muy linda.
- Gracias, Gee - Suspiró.
- Deberíamos salir a comer un día de éstos, así te presento a Frank.
- Claro, cuando quieras - sonrió débilmente.
- Me voy Lynz, te veo en la escuela.
- See you later - Contestó ella.
Yo la besé en la mejilla, y ella movió su mano en modo de despedida.
Cuando llegué a casa vi a Frank sentado, yo pasé a su lado y él tomó mi muñeca y me miró, en sus ojos se veía el arrepentimiento.
- Lo siento, Gerard. Ayer no supe controlar mis palabras, y dije cosas que no quería.
Yo sólo lo abracé, y besé su frente.
- Lo sé, Frank. También perdoname, una pelea la hacen dos.
Él me besó, sentí que en ese beso me entregaba todo, yo me aferre a su cabello, pegandolo más a mí, él acarició mi espalda y después me quitó la playera; yo lo cargue y me dirigí hacía su recámara.
Los besos se volvieron más exigentes y lujuriosos, ambos ya teníamos la ropa fuera y estábamos sudados, él tenía una pronunciada erección, y yo, yo ya me moría por estar dentro de él.
- Hazlo - habló.
Yo lo miré y sonreí.
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"Frank, me duele bastante recordarte. Pero recordar es bueno y tú siempre serás parte de mí"
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Something About You | Frerard
Fanfiction"Frank, si yo logrará decir algo de ti, es que eres la mejor persona que he conocido y que has cambiado mi vida."