El día en que Frank dijo que gustaba de mí, sentí que algo dentro de mí encajo; sentí un pequeño 'click', mi corazón se había unido de nuevo.
Pero también me espanté.
¿Cómo rayos podría enamorarme de una persona que quiere suicidarse?
Estaba loco, supongo.
Terminé de preparar los panqueques y mientras Frank hacía el jugo, me tomé la molestia de despertar a Mikey.
Los 3 nos sentamos a desayunar, entre miradas sospechosas de Mikey y la risa de Frank, terminé mis panqueques.
Decidí que no estaba en el ambiente adecuado, así que después de darme una ducha, tomé las llaves de mi departamento y me despedí de Mikey, también de su amigo.
Cuando regresé a al departamento, encontré a Bert sentado en el sofá, sus codos recargados en sus rodillas y las manos le cubrían la cara. Él volteo y movió la mano, invitando a que me sentará enfrente de él, yo asentí y obedecí.
- Gerard, yo lamento lo de ayer, yo lamento todo el mal que te he hecho durante estos cinco años... Yo realmente, yo realmente creo que nunca te quisé más que como a un amigo - Bert buscaba mi mirada.
Sentí como la culpa se quitó de mi pecho, yo tampoco quise a Bert cómo algo más. Sin embargo, seguí con él porque tenía miedo de lastimarlo, lo miré y le sonreí.
- No importa, Bert. De todas maneras, gracias por los lindos momentos, después de todo yo te tengo un gran aprecio.
- Gerard, lamento que las cosas terminarán así, yo realmente me enamoré de esa chica. Realmente lo siento, hoy mismo me voy del departamento.
- No, no, no, yo me iré Bert, tengo donde quedarme.
Me levanté del sofá y preparé mi maleta, puse toda mi ropa, mis colonias, los zapatos y algunas de las cosas que me servían para dibujar, me despedí de Bert y le dije que después regresaría por lo que me faltó.
Camine unas 5 calles, para después doblar a la derecha y llegar al edificio de mi hermano, toque la puerta como la vez pasada, él abrió, cuando me vio sonrío y me invitó a pasar.
- Como en los viejos tiempos - dijo él, mientras sonreía.
- Como en los viejos tiempos, hermanito - sonreí.
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Recuerdo que una tarde mi abuela llegó a la casa en donde vivíamos con mi madre, mi hermano y yo estábamos en el patio jugando, mientras mi madre estaba recostada en el sofá, sufriendo un terrible dolor de cabeza a causa de la resaca que tenía. Cuando mi abuela entró a la casa y vio a Donna tirada en el sofá, la regaño.
- Donna, entiende que ya no eres una muchachita de 15 años, ya tienes dos hijos. - Le reprendió mi abuela.
- Esos mocosos, ojalá se murieran - respondió mi madre.
Mikey al escuchar eso se puso a llorar, a pesar de todo él la quería, porque era su madre.
No era como yo, yo no quería a Donna, no quería a nadie más que a Mikey, yo consolaba a hermano, lo abracé mientras limpiaba sus lágrimas y acariciaba su cabello.
- Tranquilo, Mikey. Donna no sabe lo que dice, sabes que ella está de mal humor. - Le dí una excusa.
Mi hermano me miró mientras hacía un puchero con su boca, ambos volteamos cuando escuchamos los gritos que provenían de la casa.
Mi abuela había golpeado a Donna, y esta la había corrido de la casa, mi abuela salió y nos miró, se acercó a nosotros, nos miró con lástima.
Y entre una lucha interna sobre si hacía lo correcto; tomó nuestras pequeñas manos y nos guió hasta su coche.
Michael no dejaba de llorar, tuve que cantarle para que se calmará. Mi abuela apreciaba aquella escena con ternura, casi no la conocíamos pero por su mirada pude descifrar que era buena persona, que ella fue una buena madre.
- Me llamo Elena -sonrío.
- Me llamo Gerard.
- Sé como te llamas, cariño -ella me miró y yo me sentí seguro, por primera vez- no volverás a sufrir, al menos no, mientras yo este viva.
Cuando llegamos a su casa, nos dió un recorrido, también nos mostró nuestra habitación. Mikey y yo compartiríamos habitación, no había problema, estábamos acostumbrados.
Los primeros días, mi hermano era un manojo de llantos, él quería regresar con Donna y mi abuela se sentía triste ante ello, pero aún así con mucho esfuerzo y dedicación, logró ganarse el cariño de Mikey.
Mi abuela y Mikey eran las personas que más quería en mi vida.
Hasta que apareciste tú.
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Cuando estaba acomodando la ropa en el closet de mi hermano, alguien tocó la puerta. Mikey había salido con una de sus amigas, de la cuál tenía seguridad que era su novia pero él aún no lo aceptaba. Así que tuve que atender, cuando abrí la puerta, me encontré con aquel chico de tatuajes y ahora que lo tenía de frente, me di cuenta de su poca estatura.
- Mikey no se encuentra, Frank. -dije en modo de disculpa.
- Lo sé, Gerard. No vine a verlo a él, te vine a ver a ti.
Sentí que mi corazón se detuvo por un largo instante.

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Something About You | Frerard
Fiksi Penggemar"Frank, si yo logrará decir algo de ti, es que eres la mejor persona que he conocido y que has cambiado mi vida."