Octava Parte.

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Esa noche, fue la primera vez que toqué a Frank, aún recuerdo como se sentía su piel, que era cálida y suave, después del beso que él había iniciado, yo pasé mis manos por su espalda, acariciando cada parte de ella, él por su parte sólo apoyo su cabeza en mi hombro, mientras gemía en mi oído. Le quité la playera y miré su pecho, tenía un tatuaje negro en forma de una pequeña llama de fuego y abajo una palabra: "hope". Delinee con mi dedo indice aquel dibujo, y después lo besé, Frank apretó mi espalda con sus manos y después me quitó la camisa.

- No es justo que tú puedas verme, pero yo a ti no. - Dijo con pena.

Lo recoste en el sofá y empecé a besar su cuello, de vez en cuando pasaba mi lengua, le di besitos por todo el abdomen, hasta que llegué al inicio de su pelvis, baje un poco el pantalón de su pijama y besé aquella área, metí mi mano en su boxer y lo toque, lo toque por primera vez. El sólo me miraba, tenía lujuria y amor, una combinación rara en su mirada, yo subí hasta llegar a su cara y lo besé, no quería hacerlo con él, sólo quería besarlo y abrazarlo, quería demostrarle mi amor de otra forma, no teniendo sexo en el sofá.

Así que después de ese beso, me quite de encima y le devolví su playera, él me miró extrañado, me devolvió la playera y suspiró.

- Esa hubiera sido mi primera vez - comentó con algo de pena.

- Frank, yo quiero demostrarte el amor de otra manera, no así.

Los ojos de Frank brillaron, sonrío y sus mejillas tomaron un leve color carmín. Él miró mi mano y la tomó, enredó sus dedos con los míos.

- Cuando te vi por primera vez, sentí que, que tú tenías que estar conmigo. Fue extraño, yo nunca me había fijado en alguien hasta que llegaste tú, Gerard.

- Yo nunca había sentido mariposas y ahora que las siento, no las puedo controlar.

Frank estaba a punto de besarme, cuando escuchamos que la puerta sonó, era Mikey. Así que él se alejo de mí, mientras fingimos que veíamos la película, mi hermano se paró detrás de nosotros y se carcajeo.

- Ese teatrito no sirve conmigo, vi que estaban a punto de besarse.

Yo suspiré, me dio pena que mi hermano supiera que me besaba con Frank, no sé porqué, tal vez porqué era su mejor amigo.

- Como sea, sólo vine a bañarme, hoy vuelvo a salir con Alicia, chicos. Esa mujer está que arde - Mikey sonrió.

Yo me carcajee, creo que a mi hermano le había pegado el amor, me alegre por él y suspiré.

- Al parecer ya no te veremos mucho por aquí - fruncí mi entrecejo.

Me puse triste, yo no quería que mi hermano sufriera de nuevo, y menos por una chica. Bastante había sufrido con nuestra madre y bueno, yo era un hermano sobreprotector y bueno, lo sigo siendo.

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Mi abuela nos enseñó, que el día que nos enamoremos entreguemos todo, sin pensarlo. Pues cuando uno se enamora sólo debe de ver por la felicidad de esa persona y por su bien, recuerdo que cuando mi abuela dijo esas palabras yo creí que estaba enamorado de Mikey, pues siempre veía por su bien y yo daría todo por verlo feliz; pero me di cuenta que era amor de hermano.

Un día Mikey compró un helado en el parque y yo compre uno, a él se le cayó y lloró con todo el sentimiento del mundo. Yo lo vi tan triste que le regalé el mío, para que dejará de llorar, no me gustaba verlo triste.

- Gracias, Gerard. Eres el mejor hermano que alguien podría tener. - Mi pequeño hermano me sonrió.

Cuando llegamos a casa, mi hermano le contó lo que había pasado a mí abuelita, ella me miró con ternura y como recompensa me hizo un chocolate caliente, al cual le puso bombones.

Fue la mejor recompensa del mundo.

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Pero ahora yo ya no podría hacer sonreía a Mikey tan fácilmente, si le rompían el corazón, cuando te desilusionas por desamor sólo el tiempo puede reparlo.

Después de hora y media, Mikey volvió a salir de nuestro departamento, Frank y yo nos miramos.

- Gerard, es normal que él se enamoré.

- Lo sé, pero tengo miedo de que lo lastimen, él ya ha sufrido mucho.

- Gee, te preocupas tanto por los demás... Deberías de preocuparte por ti mismo, desde ahora.

- No, ahora me preocupo por dos personas.

- ¿Y quién es la otra, además de Mikey? - Cuestionó.

Yo suspiré y tomé una bocanada de aire.

- Frank, tú te has vuelto mi otra preocupación.

Él sonrío y sus ojos color avellana reflejaron un brillo especial.

- Eso es porqué ya estás enamorado. - Suspiró Frank.

Minutos de silencio abundaron entre nosotros.

- Como yo de ti, tamarindo.

Mi corazón se detuvo.

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"Frank, yo daría todo con tal de que regresarás a mí".

Something About You | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora