Novena Parte.

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El domingo Mikey, Frank y yo la pasamos jugando videojuegos, a la hora de almorzar pedimos 2 pizzas, Frank se comió 9 rebanadas, me sorprendía como ese cuerpo tan pequeño necesitaba tanta comida, después decidimos ver una película, así que Mikey fue por comida chatarra a la tienda, cuando regresó tuvimos un pequeño debate sobre que película debíamos de ver, al final ellos terminaron ganando, vimos una película de terror.

Eran las 9:00 pm, cuando la película terminó, yo decidí ducharme, así que tomé mi ropa y mi toalla para dirigirme al baño, después de 20 minutos salí del baño y Mikey entró en el, apresurado, yo sólo miré como la puerta se cerraba en mi cara, voltee a ver y Frank sonrió.

- Alicia le mandó un mensaje, le dijo que quería ir a cenar con él. - Aclaro el pequeño.

- Uh - sonreí - mi hermano va a engordar si sigue con esa chica.

Frank rió suavemente, después talló uno de sus ojos y bostezo.

- Parece que tienes sueño, pequeño - Susurré.

- Estoy algo cansado, además mañana tenemos que ir a clases y que aburrido, todavía me faltan 2 años de la asquerosa escuela.

- A mí sólo me queda este curso - sonreí.

- ¿Y qué estás estudiando? - Cuestionó Frank.

- Uh, Artes Visuales - dije con algo de pena.

- Oh, ¡Es genial! Yo estoy estudiando para ser maestro de guitarra o guitarrista de alguna banda, uno nunca sabe - rió.

- ¿Y cómo conociste a Mikey? Digo, él está estudiando Leyes... - Pregunté.

- Una larga historia, pero tu hermano me ha salvado el pellejo múltiples veces.

La puerta del baño se abrió, y Mikey salió, corrió al cuarto, se puso los zapatos y algo de perfume, se peinó y por última vez se echó un vistazo.

- Me voy con Alicia, chicos. - Dijo con alegría.

- Bueno, Mikes. Cuídate. - Suspiré.

- Tranquilo, Gee. Me cuidaré, te lo prometo. - Sonrío - hasta luego Frank, cuidas a mi hermano.

El avellana se despidió de mi hermano con la mano, así que Mikey se fue, dejándonos a Frank y a mí, solos.

- Me voy a duchar - dijo Frank.

- Buena ducha - sonreí.

Frank se levantó del sillón y se dirigió a su habitación, después de minutos salió con su toalla y su ropa, caminó por el pasillo hasta llegar al baño, cerró la puerta. Yo me quedé ahí parado, seque mi cabello que aún seguía humedo y después me senté en el sofá, tomé el control remoto de la televisión y la encendí, fui pasando cada uno de los canales y no había nada interesante, así que opté por apagar el aparato.

Frank salió del baño y se dirigió hacía el sofá, se sentó y me miró.

- No me has besado en todo el día - Susurró.

Sentí como mis mejillas se calentaron, y se tornaron color rojo, lo miré de reojo y sonreí.

- Es porqué no había tenido oportunidad.

- Entonces besame ahora - pidió Frank.

Yo sonreí, después ladee mi cuerpo, tomé su cara con mis dos manos y besé a Frank, moví una de mis manos para acaricar su espalda, Frank puso sus manos en mi cuello y lo acarició. Yo metí mi lengua en su boca, él gimió y enterró sus uñas en mi garganta, yo gemí.

Después me separé de él, y lo miré, cuando vi sus hermosos ojos color avellana, sentí que algo dentro de mí se removió de felicidad, las mariposas explotaron y mi corazón palpito fuertemente.

Y entonces, después de tres meses, después de tres largos meses, admití, lo que no quería admitir, me di cuenta de que no servía de nada ocultarlo.

Estaba enamorado de Frank.

Él me miró confundido, y sonrió, después acarició mi mejilla y me dio un pequeño beso casto en los labios.

Yo lo miré, y sonreí.

- Te amo, Frank.

Él me miró fijamente y sonrió, mostrando toda su dentadura blanca.

- Y yo a ti, Gerard.

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- Gerard, el día que te enamores, enamorate de una persona que te pueda hacer feliz, enamorate de la persona que te haga sentir mariposas y sobre todo, enamorate de una persona que esta rota, por tu amor podrá repararla. - Mi abuela Elena me daba consejos de amor.

Yo sólo sonreí, no creía en el amor, yo sólo creía que el mundo era sufrimiento y dolor, los únicos amores de mi vida eran Mikey y Elena, ellos dos eran las personas más especiales en mi vida.

- Abuela, yo creo que nunca podré enamorarme - Susurré.

- Oh, cariño. Claro que lo harás, que te lo digo yo. Y apuesto a que esa persona logrará recompesar todo el dolor que has sentido, lo cambiará por felicidad.

Yo sonreí, siempre creí que mi abuela estaba equivocada, siempre creí que me quedaría solo, sin nadie a quién amar.

- Abuela, todo el sufrimiento fue recompensado cuando te conocí.

- Ay, Gerard. Verás que tengo razón, espero que esa persona te haga muy feliz y que tú lo hagas o la hagas feliz.

Mi abuela se levantó de su silla, se agachó y me dio un beso en la frente.

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Esa noche, Frank y yo dormimos en su recámara y en la misma cama, la luz de la luma se filtraba por la ventana y me dejaba ver su cara de Frank, él aún seguía despierto, aunque su respiración era calma, yo lo miré y sonreí, cuando estaba con él, siempre sonreía. Tal vez Frank era la persona de la que me hablaba mi abuela, siempre que estaba con él se me olvidaba el dolor, y todo era alegría, así que sin más, me atreví a preguntarle aquello que me daba miedo.

- Frank, ¿quieres ser mi novio? - Susurré en su oído.

Los ojos de Frank se abrieron inmediatamente, sonrío y suspiró.

- Creí que nunca me lo preguntarías, pero sí, sí quiero ser tu novio.

Yo sonreí y lo besé, no podía con tanta felicidad, apoyé mi cabeza en su hombro y lo rodee con un brazo, el sueño me estaba venciendo y antes de quedarme completamente dormido, escuché que Frank habló.

- Te amo, Gerard. Y haré todo para compensar tu dolor.

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"Así fue Frank, siempre supiste cómo compensar el dolor".

Something About You | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora