Cap 6

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*Nota:

Quiero decirles que en la película no se aclaró que los personajes eran o no primos legítimos o sólo se decían así.
Así que no si Tony es norteño o no.

— ¡Querido Anthony!— Él se volteó, encontrándose con una hermosa Susan con los brazos abiertos para recibirlo.

Tony se quedó petrificado mientras ella sin esperar se lanzó a abrazarlo.

Y por otro lado, al ver la reacción de su supuesto esposo hacia Susan, Steve se sintió un poco mal, por un momento se sintió importante pero cuando él la vio parece que todos se fueron a segundo plano incluido él.

— ¡Te extrañé mucho! No sabes cuánto deseaba verte. Estás tan guapo, y mira a tus hijos y a tu esposo, todos son realmente hermosos — Dijo apretando fuerte a la estatua que era Tony ahora.

— Susan, ya suéltalo. Lo estás ahogando— Mencionó Von Doom.

Ella se alejó, dirigiéndose ahora a los niños— Ah, que pena. Disculpen que no me haya presentado antes, estoy tan emocionada de conocerlos. Soy Susan Von Doom, su tía.

— ¡Hola!— Saludó la mayor— Yo soy María, él es Johnny, y ellos son los gemelos: Tobey y Andrew. Ah, y él es Jarvis— Señaló al mayordomo que llegaba con una bandeja con té y galletas.

— ¡Muchas gracias, Jarvis! Ven a quedarte con nosotros— Pidió Susan al ver que iba a alejarse.

— Gusto en conocerla, señorita.

— ¿No creen que esto es genial? Antes sólo éramos Pops, nosotros, Jarvis y el tío Doom pero ahora tenemos una tía encantadora y a ¡nuestro querido papá!— Decía una alegre María.

Mientras tanto habían otras reacciones por ahí, Tony no salía todavía del shock de ver a Susan de nuevo y Steve se sentía ridículamente decepcionado, Von Doom estaba pensando en lo sensual que se veía su doncel con aquél suéter blanco suave, y Johnny se estaba escapando de la reunión para irse a su cuarto cuando Steve lo detuvo.

— ¿A dónde vas?

— Quiero dormir, mañana tengo escuela.

— ¿No quieres quedarte en la reunión?

— No. Me siento como un hipócrita en una obra de teatro de la familia feliz— Dijo en voz alta, la escena cálida se detuvo al escucharse dichas palabras. A Johnny no le importó y subió a su recámara.

— Por favor discúlpenlo, ha estado un poco mal últimamente — Se excusó por él.

Susan sonrió leve— Debe de ser un golpe fuerte tantas emociones en un día, discúlpenme a mí por ser insistente para tener esta reunión— De pronto su mirada se fue a Tony que estaba parado en una esquina mirándola y al saberse descubierto fingió estudiar un cisne de cristal que había en la repisa— ¿También te sientes incómodo, Tony?

— ¿Yo? No, no, para nada. ¿Por qué no vamos con los niños mejor?— Inconscientemente la tomó de la mano como siempre quiso hacer— ¿Y a ustedes qué les gusta hacer?— Le preguntó a los gemelos sentados en cada pierna de su hermana, para romper el hielo.

— A mí me gusta columpiarme de la litera, de grande voy a ser acróbata— Respondió Andrew.

— Serás un acróbata sin dientes si sigues columpiándote de la litera— Su hermana le apretó los cachetes, juguetona.

— Yo estudiaré ingeniería mecánica y me casaré con Scarlett Johannson— Mencionó Tobey, Tony le revolvió el cabello.

— Vaya, eso es genial, ¿pero por qué te vas a casar con ella?— Preguntó su tía.

— Porque es el amor de mi vida y estoy seguro de que le gustan los chicos inteligentes.

— Eh, todo un conquistador tú ¿no?— Bromeó Tony— ¿Y tú preciosa?

— Quiero ser doctora pediatra, me encantan los niños  Este año comenzaré la carrera papá.

— Vaya, estoy tan orgulloso de mis niños— Tony se paró al escucharse eso, ¿qué estaba haciendo? ¿y por qué no le soltaba la mano a Susan? Bueno, ella no parecía incómoda con eso. Así que feliz de tener sujeta su mano siguieron conversando con los menores, conociéndose más.

...

En otra parte, Steve y Víctor sintieron que sobraban en su propia reunión.

El primero en irse a su despacho fue Steve y Von Doom lo siguió cerrando con llave tras él.

— ¿Qué éstas haciendo?— Preguntó al sentirlo pegado a él acariciando su pecho.

— Estás hermoso, este suéter te queda bien pero se vería mejor en el suelo— Besos en su cuello hacían suspirar a Steve, Von Doom ya le estaba bajando los pantalones, arrinconándolo contra la pared— Mi cariño, tan hermoso.

Steve ni siquiera se resistió, sólo quería olvidar el raro sentimiento que le causó la decepción al ser ignorado por un desconocido que segundos antes le había mirado como el todo.

— ¡Aah, Víctor!

El SinvergüenzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora