Cap 22

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— Ya conocerás a Natasha, es la persona más dulce y delicada del planeta. Es como un osito.

Le había dicho Tony.

— ¡Nat!

Una hermosa pelirroja se acercó a ellos, Tony iba sonriente a su encuentro hasta que ella le soltó una cachetada.

— ¡Tonto, imbécil! ¿Cómo te atreves a volver?— Decía ella, mientras le hacia una llave. Parecía una boa constrictora envolviendo a un ratón para matarlo.

— Nat... Ya su-suelta— Pedía en un hilo de voz, ella por fin lo dejó ir. Después de un ataque de tos y recuperar el aire, volvió a sonreír — Sigues tan fuerte como siempre.

— Te olvidaste de mí. Y de Luna — Natasha tenía los brazos cruzados sobre su pecho — Y aún así, volviste con tu cara lavada.

— Ya, ya. No me he olvidado, tenía unos compromisos y casi no tenía tiempo para respirar... En cambio, he venido por cuestiones de trabajo al hotel Vengadores... Y ahora, quiero presentarte a alguien— Steve que se la había pasado siendo ignorado por el par, ahora era el centro de atención — Él es Steve... Mi... Amigo.

Natasha le ofreció su mano— Natasha Romanoff, para ti Nat, guapo doncel — Le guiñó.

— Steve... Rogers.

— Oye Nat, quiero que me prestes a Luna. Quería presentarle los paisajes a Steve y no hay nadie mejor que ella.

Nat soltó la carcajada — ¿Tú? ¿Con MI Luna? Jamás.

— ¿Por qué?

— Porque perdiste tus derechos sobre ella al irte de aquí.

Tony dramatizó un gesto ofendido— ¿Me estás negando mi paternidad?

Steve observaba todo con confusión.

—Sí.

— Pues no. Ella es mía y me lo voy a llevar de paseo... Por favor, Nat— Suplicó.

Ella suspiró resignada—Bien, la quiero aquí en dos horas máximo... Iré a traerla.

— Gracias, mi amor— Le dio un sonoro beso en la mejilla.

— ¿Luna? ¿Quién es?

— Es una yegua, la ayudé a nacer.

—Ah, eso.

Nat llegaba con una hermosa yegua negra, a la que Tony corrió a abrazar apenas la vio— Mi vida, te extrañé mucho.

— Ya sabes, Tony. La quiero aquí en dos horas.

— Ajá, lo que tu digas.

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Era la primera vez de Steve montando a caballo, y se sentía nervioso no tanto por el ir en el animal, sino por que Tony estaba sentado detrás de él.

— Steve— Al escuchar su nombre siendo murmurado y con el aliento de su acompañante en su cuello, provocándole cosquillas.

—¿Sí?

— ¿Te gusta el lugar?— Se refería a donde estaban, lleno de vegetación, tantos árboles grandes, flores en el camino mas el agregado cielo azul y el canto de los pájaros.

— Me encanta. Es muy tranquilo.

Tony sonrió — Aún no hemos llegado a la mejor parte.

— ¿Hay algo mejor?

— Mucho mejor— El tono suave y cuidadoso de Tony, le hacía temblar las piernas. No sabía por qué, él no debía estar pasando por esto. Pero se sentía tan bien.

Tony intentaba distraerse mirando a los lados o diciéndole palabras de aliento a su yegua. Porqué, joder, ir con un doncel tan hermoso como Steve era una tortura no poder tocarlo.

— Mi amor— Susurró, provocando que Steve volteara a mirarlo confundido— Se-se lo decía a Lu-luna... Mi amor, para aquí. Ya está bien— Le pidió a la yegua que paró su suave caminar.

Tony fue el primero que bajó, Steve seguía montado sobre ella— Ven. Se supone que tu eres el alto, no te vas golpear al bajarte. 

Al final también descendió, suspirando de alivio porque no pasó nada.

— Cierra los ojos— Le pidió Tony, el obedeció. Tomó su mano para guiarlo con él. Steve sentía el calor de su mano sobre la suya, y deseó por un momento que permanezca así por siempre.

Tony aprovechó también en su guía, para observar el rostro de Steve y mirar mas de cerca sus labios. Tan rojos, perfectos para cometer el pecado de un beso.

Lastimosamente ya habían llegado a su destino. Muy rápido para su desdicha.

— Ya puedes ver.

Al despegar sus párpados, se quedó asombrado. Un paisaje realmente de ensueño

Un lago con el agua tan pura, su borde rodeado puramente de Narcisos, verde de los hermosos árboles. El sol iluminando cada parte, dando un toque tan mágico. El sonido de paz y tranquilidad que llevaba y traía el viento.

— Completamente maravilloso.

Tony sonrió con orgullo.

— Lo sé, es precioso— Y no se estaba refiriendo precisamente al paisaje.

...

¡Actualización doble!

El SinvergüenzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora