Cap 30

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Esperaban a Steve y a Tony para la cena familiar de navidad, todos se sorprendieron al ver llegar a Steve con Víctor.

El primero en manifestar su molestia fue el señor Rogers, quien no tenía pelos en la lengua para decirle sus verdades a quien sea.

— ¿Dónde está tu esposo y quién es este?

Steve con la cabeza gacha, comenzó en un hilo de voz:— Yo... Tengo que confesarles algo a todos... Su-su verdadero padre no es Anthony, es Víctor.

Se escuchó el ruido provocado por las sillas ser corridas hacia atrás, los mayores de la familia se habían puesto de pie.

— ¿Cómo? ¿Me estás diciendo que nuestro padrino es en realidad papá?— Preguntaba una incrédula María, intentando que todo fuera una broma. Pero el silencio de Steve y la mirada incómoda de Víctor lo confirmaban— ¿Cómo pudiste? No, no. ¿Cómo pudieron engañarnos así?

— María por favor...

— ¡María nada!— Le gritó en la cara a su padre— Tu siempre estás inculcando los valores y la responsabilidad, pero tu eres el primero que rompe las reglas. ¡Y ya adivine porque hacen esto! porque tu- apuntó a Víctor con el dedo- tu eres un hombre casado, y aún así siguieron teniendo hijos. Son unos irrespetuosos, ¡LOS ODIO! ¿ME ESCUCHAN? ¡LOS ODIO!— Gritó a todo pulmón, con sus lágrimas deslizando sus mejillas. Lágrimas que salían desde el fondo de su corazón. Ella no quiso seguir allí, por lo que a pasos pesados se fue furiosa a la habitación.

— Johnny, llévate a tus hermanos— Ordenó el abuelo, sosteniendo una mirada seria a Steve y Víctor. Él obedeció de inmediato— Tu mamá y yo vamos a  hablar a solas contigo.

...

Steve estaba sentado en la cama, su padre iba de un lado a otro, su madre estaba sentada en una esquina esperando que Joseph se dignara a comenzar.

— No puedo creerlo. Mi único hijo. Es el segundón de otro— Comenzó con distintivo enojo— Sarah y yo no te criamos para que fueras el querido de nadie. Pero aquí estamos, fuimos burlados y no sólo nosotros, sino que también engañabas a tus hijos. ¿Y qué hay de Anthony? ¿Cuánto le pagaste a ese mentiroso por ayudarte en tu farsa?— Steve no respondió — ¡Dime!— Estuvo de apunto de pegarle, pero su esposa lo detuvo.

— Joseph, no.

Él intentó conservar la calma. ¿Pero cómo se podría ante semejantes mentiras?

— Anthony...— Comenzó Steve, por primera vez— Fue idea de Víctor, cuando su esposa vivía descubrió todo pero el le mintió diciendo que Anthony era el padre de mis hijos.

[...]

Steve le contó a sus padres toda la verdad, desde que conoció a Víctor hasta este día. Y con pena, confesó como Tony se había enamorado de él y que tuvo que rechazarlo porque no lo amaba, que quería comenzar con Víctor.

— Es el colmo. Es que no me lo puedo creer, mi único hijo es tan descarado, debería de- otra vez alzó la mano pero por amor a su esposa se contuvo y suspiró — Steven— Él levantó la mirada — Desde hoy mismo, olvida que somos tus padres.
Sarah lo tomó del brazo, una mirada suplicante era suya— Por favor, Joseph. No hagas esto, es nuestro hijo.

— No, Sarah. Este no es mi hijo, mi hijo era alguien fuerte e inteligente que no se dejaba de nadie. Mi hijo, él no es el segundón de nadie y MI hijo se murió desde que supe que era un tramposo. Agarra tus cosas, Sarah. Hoy nos regresamos a nuestra casa.

Sus padres salieron de la habitación, dejando a un Steve destrozado. Llorando en un desconsuelo terrible, un día lo tuvo todo, absolutamente todo y ahora nada tenía.

El SinvergüenzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora