Cap 17

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La guerra apenas comenzaba. Cuando fue hora de dormir, todo bien. Steve y Tony estaban durmiendo en la misma cama, cada uno muy alejado del otro, un sueño tranquilo hasta que Tony se despertó en plena madrugada por la sensación de la sábana resbalándose  a un lado y el intenso frío que hacía, cuando se volteó era Steve quién había estado jalando para arroparse cómodamente y calentito. Tony bufó, en una noche tan fría como esa, eso era sabotaje estaba seguro.

Así que decidió jugar también.

Steve sintió como jalaban con fuerza la sábana, perturbando su dormir, al voltear, un desaliñado Tony estaba con una cara de pocos amigos, sentado en la cama tirando de las sábanas.

— ¿Qué está haciendo?

— Eso pregunto yo. Estaba durmiendo como querubín hasta que una oleada de frío me cubrió ¿y por culpa de quién? Ah, pues del lindo señorito que piensa que duerme solo— Manifestó un molesto Tony.

— Yo no tengo la culpa de que usted no tenga una sábana propia— Se defendió Steve.

Tony entrecerró los ojos— Sepa esto, esta sábana-La tomó para señalar su punto- Es lo suficientemente grande para los dos, por algo es una cama matrimonial. Y ahora, yo pienso que esto es sabotaje.

Steve rió divertido — No me diga, osea que yo voy a interrumpir mis horas de sueño para hacerle maldades a usted ¿eh? Que dramático — Steve volvió a acostarse, tomando su parte de la sábana— Ya duerma.

Tony se quedó con la boca abierta, en un gesto ofendido, ¿cómo osaba llamarle dramático? Sin más, decidió acostarse también un poco rencoroso con aquel doncel.

...

Después de un animado desayuno en familia, transcurrido entre risas, travesuras de los gemelos, conversaciones triviales entre los abuelos y los dos hijos mayores y Jarvis, mas las miradas de odio a muerte que Steve y Tony se mandaban.

Su anfitriona, Mónica Lee llegó con ellos. Colocándose detrás de Tony, poniendo sus manos sobre sus hombros— Buenos días a todos.

Todos le correspondieron el saludo.

— Ya que desayunaron, y espero que les haya encantado. Desearía que me acompañen todos— Pidió. Todos aceptaron gustosos la invitación, parándose de las mesas, agradeciendo la atención. Siguieron a la señorita Lee que les iba mostrando en el recorrido las instalaciones y respondiendo cada pregunta que le hacían. Claro que todo esto lo había hecho pegada del brazo de Tony, pues ella lo deseaba cerca.

— Y aquí es a dónde quería traernos— Todos soltaron un asombrado "woah" al ver el hermoso escenario que se alzaba frente a ellos, con carrozas alegóricas muy coloridas, arreglos florales con motivos navideños. Algunos bailarines que estaban practicando para su presentación, por otro lado, podían ver en las torres a algunos empleados preparando los fuegos artificiales y un montón de atracciones más que resultaban bastante interesantes — ¿Qué les parece? ¿lindo, no ? Pero creo que este será mejor en la presentación final cuando usted cante señor Stark — Ella le sonreía coqueta.

Todos los demás estaban perdidos en el ambiente mientras que Steve estaba mirando la escena frente a él de Tony y la señorita Lee muy juntos.

No sabía de donde venía ese desagrado en su pecho; como la bilis se le atoraba en la garganta, mientras veía a Stark compartiendo sonrisas cariñosas con ella, la señorita Lee tocándolo tanto. Steve intentaba desviar sus pensamientos, no quería darle un nombre a lo que estaba sintiendo.

— ¡Pops! — Andrew jalaba su brazo, Steve se agachó a su altura.

— ¿Si, mi amor?

— ¿Podemos ir a la piscina? Es que tengo muchas ganas de ir, también quiero que me enseñes a nadar, pops— Steve le sonrió, tomó a Andrew en sus brazos para volverse hacía donde sus padres y los demás niños— Hey, ¿qué tal ir a la piscina un rato? Enseñaré al pequeño Andrew a nadar. ¿vienen?

— Por supuesto.

— ¡Claro que si, hijo!

Todos salieron del gran salón, dejando a Tony atrás con la señorita Lee que intentaba distraerlo para pasar mas tiempo con él. Pero Tony sentía ganas de irse de ahí a con su "familia" así que declinó la oferta de Mónica para invitarlo a comer, para correr a la piscina.

Muy dentro de su pecho, ya sabía que estaba jodido por encariñarse con aquellas especiales personas.

El SinvergüenzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora