Cap 15

690 108 9
                                    

— Con cuidado, familia. ¡Niños cuidado!— Tony estaba organizándolos a todos para montarse en los autos que los llevarían al hotel Vengadores. El orden era que en la camioneta iban los cuatro niños junto a los abuelos, con Jarvis y en el auto de Tony, él y Steve— Bueno, señor Rogers, nosotros iremos adelante. Así que deben seguirnos ¿ok? Por favor a paso lento, no quiero que suceda nada malo. Cualquier cosa, detengan el auto no importa lo insignificante.

— Ya, ya. Hijo, pareces mamá gallina. Relájate un poco— Decía el señor Rogers, montándose en el auto, listo para arrancar— Adelante, capitán.

...

El transcurso del camino era silencioso, al menos en el auto donde iban Steve y Tony. Porque atrás se escuchaba claramente música a todo volumen y los gritos de los niños.

— Están eufóricos ¿no?— Comenzó Tony, no recibió respuesta. Steve sólo miraba por la ventana, callado y parece que sin ánimos. Por lo que decidió insistir pero mas directo— Si le molesta mi compañía, Jarvis y usted pueden cambiar de lugar, estoy seguro de que él me hablaría más.

Steve se volvió a él — No me molesta.

— Vaya, si tiene voz— Ironizó.

— Es sólo qué... ¿Por qué está haciendo esto? ¿Por qué nos trata cómo su familia?

Tony desvió un segundo su mirada de la carretera para mirarlo a él y luego volver a lo suyo— No lo sé... Creo que estoy loco— Respondió.

— ¿Es todo lo qué va a decir? Usted pudo perfectamente dejarnos en casa, para irse solo pero en cambio nos lleva con usted. ¿qué es entonces? ¿Por qué lo hace? ¿Víctor aún le esta pa- Tony golpeó el volante en una clara señal de enojo que lo hizo callar.

— Ya dije que no lo sé. Y si no quiere venir con nosotros  puede devolverse a casa y ya. Pero no quiero arruinar las cosas, ¿qué no puede olvidar por un momento toda mi idiotez?... Mire, haremos una tregua durante nuestra estadía en el hotel, no discutiremos sobre esto allí ¿entendido?

Steve lo miró con enojo— ¿me está ordenando?

— Lo estoy pidiendo. Pido una tregua de paz, por los niños, por los suegros y por usted y yo... ¿podemos?

—Bien...

Luego de esa discusión, a Tony se le quitaron las ganas de hablar con él por lo que todo el camino fue silencioso y lleno de tensión.

El SinvergüenzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora