El Sinvergüenza

Cap 29

Una vez solos en el camerino, Tony no dejaba de besar a Steve. No con interés de sexo, sino que sólo tenía muchas ganas de besarlo y ya.

— E-estuviste maravilloso— Steve se separó de él, estaba un poco nervioso y eso no pasó por alto.

— ¿Estás bien? Te notó algo exaltado.

— No, no. Todo va bien, todo bien— Soltó una risa nerviosa, Tony volvió a acorralarlo para abrazarlo muy fuerte.

— Sabes que puedes contar- Antes de terminar su frase, tocaron a la puerta. Tony fue a abrir.

— Señor Stark, en recepción está el cartero esperándolo para que firme el recibo y entregarle una carta que dice; es de urgencia.

— Oh gracias, ya voy para allá— Tony le sonrió a Steve y le mandó un beso volador— Stevie, ahora vuelvo. Te quiero.

...

En la recepción, el cartero lo esperaba. Cuando firmó el recibo y le entregaron la carta se sorprendió al ver la dirección de Houston, él no conocía a nadie allí.

Para ponerse cómodo, se sentó en una de las mesas con sombrilla que había fuera. Entonces abrió la carta y se dispuso a leer.

"Querido Anthony, te escribo desde Houston para informarte de una gran noticia, ¡Voy a ser mamá!

He tenido ese anhelo desde que era mas joven, tu lo sabes.

Estoy tan emocionada. Creo que si Steve y tu, deciden tener otro bebé serían muy buenos amigos.

Bueno, no tengo mucho tiempo. Sólo quería desearte una cálida y feliz navidad junto a tu querida familia.

Te quiere con todo el corazón, Susan"

Tony estaba asombrado, su querida Susan había decidido ser mamá por fin, en un tiempo diferente sin haber aún conocido a Steve, hubiera deseado ser el padre de ese niño pero ahora estaba enamorándose tanto del doncel que se alegraba por ella.

Se puso de pie y se aflojó la corbata, iría con Steve, le pediría matrimonio. Una vez que posiblemente acepte, escribiría una carta en respuesta para contarle sus buenas noticias.

...

— Steve, ya volví — Tony cerraba la puerta tras él, al voltear, se consiguió una sorpresiva vista.

Víctor también estaba aquí.

— Primo, ¿qué haces aquí?— Preguntó con evidente sorpresa.

Víctor que estaba sentado en el mesón del camerino fumando, le sonrió — Ah, es muy simple, querido primo: vine a volver con mi familia, tus servicios como padre sustituto ya no son requeridos— Soltó con ponzoña.

Tony frunció el ceño— ¿qué? Disculpa, pero yo creo que estás siendo muy descarado al venir aquí a decir eso, en vez de estar con tu mujer preñada en Houston.

Víctor se quitó el puro de la boca y exhaló todo el humo a un lado. Se acercó a él y fingió un gesto triste — Oh, aún no te enteraste, mi querido primo; Susan falleció.

El rostro de Tony se desfiguró en una mueca que se negaba a creerlo. Pero la presencia de Víctor se lo dejaba en claro, por supuesto. ¿Quién era lo suficientemente de sangre fría como para dar tan poca importancia a la muerte de una mujer tan dulce como Susan?

Steve miraba todo en silencio, no podía decir nada y eso le estaba rompiendo el corazón. Ver como Tony se desmoronaba ante la crueldad de Víctor.

— Quiero que sepas, que me voy con Steve y los niños. Nosotros nos hemos propuesto volver a empezar, ¿no es así, mi amor?

Tony miró a Steve y no se lo podía creer cuando en un hilo de voz le respondió: Sí, Víctor. Una risa sarcástica se escuchó — Claro, claro. Ustedes siempre estuvieron juntos, esto era sólo una pausa— Tony se palmeó la frente— Cómo pude ser tan estúpido— A pasos largos y pesados, tomó a Víctor del cuello de la camisa y lo estampó contra la pared— ¡Por tu culpa, desgraciado! ¡Ella seguiría viva sino fuera por ti! ¿para eso me la arrebataste? ¿para burlarte de ella?— Le gritaba.

— ¿Y qué le ibas a ofrecer tú? ¿un lugar en la mesa de apuestas?— Se burló. Tony no lo aguantó más y le atestó un golpe certero en el rostro.
Caminó hasta la puerta.

— Yo hubiera hecho todo por ella. Y tu- Señaló a Steve- Tu nunca vas a dejar de ser el amante, me das tanta lástima.

Una vez dicho esto, antes de irse buscó en su bolsillo y tiró contra el suelo una pequeña caja de la que salió rebotando un anillo.