𝕭𝖆𝖉 {Jack Conway}

•31•

Unos agentes encontraron el cuerpo inerte de la chica y de manera desesperada la llevaron al hospital.

-¡¿Donde están los demás?!- Conway observo el ensangrentado cuerpo de la chica en la camilla mientras la llevaban a sala de operaciones- __...¡¿Donde está Torrente?! ¡Quiero a dos unidades vigilando el hospital y el resto de las unidades busquen!

Horacio y Gustabo lograron darle el mensaje a Conway pero este no aceptaba la muerte de Torrente sin ver el cuerpo ni tampoco aceptaría que le digan que __ murió, prefería morir el en esos momentos antes que recibir esa noticia.

-_-__...- Horacio observo como la nombrada entraba al quirófano de urgencias- E-Ella estará bien ¿O no Gustabo?

-No lo sé Horacio... No lo sé.

-¡Llevenme al lugar donde paso todo esto!- Conway estaba al borde de la locura si es que ya no lo estaba

. . .

-Hicimos todo lo que pudimos- el Dr Muerto se acercó al grupo de policías que esperaban fuera del quirófano- La señorita tenía varias heridas de bala, la más preocupante fue encontrada atorada en su cráneo por suerte no logró impactar en el cerebro y otro de los factores preocupantes fue la gran pérdida de sangre.

-¿Como esta ella?- pregunto Conway aguantando a más no poder sus fuertes emociones

-Ella está estable, sigue inconsistente... Como le dije ella perdió demasiada sangre, es un milagro que la hayamos logrado estabilizar, si llegaba unos minutos más tarde seguramente su agente ya estaría muerta.

-¡No vuelvas a decir eso capullo!- Conway tomo del cuello de la camisa al doctor- ¡Ella no morirá! No aún

-Calmese Conway- Volkov alejo a los dos- Salgamos a tomar aire, lo necesita.

-¡Yo no me voy de aquí sin mi agente! ¡¿Aún no han encontrado a Torrente?! ¡Llama al puto equipo de búsqueda marítima!

El superintendente se encontraba de los nervios, las emociones de furia, tristeza e impotencia eran una mala jugada en su cabeza. Horacio se sentó junto a Gustabo en unas sillas de allí, el crestas tomó su prendedor, aquel que le había dado por la mañana la joven, algunas lagrimas salieron de el.

-__ me regalo esto por la mañana- una sonrisa se asomó en sus labios- Es mi chapa de héroe... Pero el verdadero héroe aquí es ella y Torrente, ellos... ellos nos salvaron Gustabo.

-Lo sé... Si no fuera por Torrente seríamos nosotros los muertos... y __, ella... ¿Tu viste como plantó cara al de la máscara?

-¿Que hizo que?- Conway se acercó a ellos escuchando aquella parte de la conversación- ¡Responde!

-Cuando __ vio al calavera cambio totalmente- respondió Gustabo recordando el momento- Se enfureció mucho al verlo y comenzó a provocarle, a joderle, a insultarle con estilo.

-Ella le dijo que el no tenía huevos... Que por eso andaba enmascarado y matando a agentes esposados... Que el no había superado sus traumas del pasado- el crestas se levantó y miró a Conway- Pero el no quería matarla ¡Fue ella quien se puso en el camino de las balas para tratar de salvar a Torrente!

-Ella estaba dispuesta a morir por nosotros- la mirada de Gustabo se oscureció- Ella al igual que usted no quería que ningún agente más muriera, por eso se enojó tanto al ver a aquel hombre porque ella sabía que alguien moriría

-No quiero héroes en mi maya...- hablo Conway con su voz quebrada impresionado por la chica que tanto captaba su atención y con un cargo de consciencia enorme- No tienen que hacerse los héroes

-¡Ni Torrente ni ella se hicieron los héroes!- Gustabo levantó la voz furioso- ¡¿Acaso no ve que ellos lo son por naturaleza?! ¡Lo provocaron para ser ellos quienes murieran y no nosotros dos porque somos unos mierdas!

-__ es mi heroína- volvio a mirar su chapa, la apretó con fuerza y colocó su puño en su pecho- Ella merece esta chapa

. . .

El superintendente se sumergió en su depresión y sus vicios al salir del hospital, la ansiedad lo intoxicaba, más aún con la noticia que le habían dado.

-La transferiremos a una habitación con los cuidados necesario- hablo el EMS- Creemos que se puede estar hablando de un coma... no sabemos cuando despertará.

El superintendente trató de suicidarse varias veces sufriendo por la pérdida de sus agentes y por la posible pérdida de la nueva mujer que le estaba poniendo algo de color a su vida; pero por más de que se estrellara no lograba nada, por más de que se apuntara el arma se encasquillaba. Visito la tumba de sus difuntos hijos y de su difunta esposa sumergido por los efectos del alcohol sin poder aguantar más ninguna de estas mierdas.

-No entiendo porque me odias- el hablaba mirando al cielo dirigiéndose a alguna deidad- Llevame de una puta vez... Ya no aguanto más estas mierdas... Ya no puedo más

Por más de que el fuese el sujeto más duro de todos algunas lagrimas lo traicionaron y se desprendían de él con facilidad.

. . .

Pasaron algunos días y Conway mantenía la misma rutina: visitaba el cementerio, luego iba a buscar a Torrente en el mar y finalmente llegaba al hospital para ver a la chica por un buen rato antes de ir a trabajar.

-Yo sé que eres una chica ruda- el se sentó al lado de la camilla y apoyo sus brazos en esta- Confío en que saldrás de esta... eres la famosa __ Feniks ¿No? La corredora escapista que todos odian pero que yo quiero - acaricio el rostro pálido de ella- Mientras descansas, yo me encargo de protegerte, te cuidaré... Puedo asegurarte que no te pasara nada.

El no era el único que la visitaba, Volkov y Greco también lo hacían y hasta a veces tomaban turnos para poder cuidarla, siempre había uno o dos policías en la puerta de la habitación vigilando. Gustabo y Horario también la visitaban, sobretodo Horacio, el podría llegar a quedarse todo el día allí si tan solo pudiese.

-Mira __, te tengo un trato- Horacio sonrio con tristeza tomando la mano de ella- Si en este momento te despiertas yo me cambio la cresta... Por favor despierta...__

Su amigo, el ruso decidió quedarse unos días más en la ciudad por lo menos hasta que supiera que ella estuviera bien.

-Escucheme Conway- el ruso hablaba con el superintendente en la sala donde estaba la chica- Yo no le caigo bien y usted no me cae bien a mi... Pero se que usted cuidará de __ mejor que nadie en el mundo, yo no puedo estar mucho tiempo aquí ya bastante hago para quedarme en esta ciudad un tiempo más; pero quiero que sepa que yo la seguiré cuidando y juro que si ella... si ella decae o le pasa algo malo, le juro que usted no lo contará

-Si tanto la conoces, gilipollas, deberías de saber que ella saldrá bien de esta...-el mayor la miro fijamente- __ es fuerte...

.

.

.