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Al volver de su encargo, lo primero que hizo __ fue visitar a sus amigos, primero fue con Horacio viendo que el estaba bien, algo más relleno pero estaba bien, le había comentado que estaba pensando en estudiar lo que ella le había recomendado, también se alegro de que las pequeñas mascotas estuviesen bien; luego fue a ver a Gustabo, el médico de este le dio una gran alegría diciéndole que el estaba más comunicativo a la hora de sus sesiones; por último, pero no menos importante fue a visitar a Volkov.

-Perdon por abandonarte unos días pequeño ruso- ella acaricio los cabellos blancos del sujeto- Pero tuve que encargarme de unos asuntos... He recibido una bala en esos asuntos y también me lastime un poco el hombro... Pero nada que el CNP no me haya acostumbrado a aguantar... Que tiempos

Ella se quedó hablando con Volkov o más bien ella sola; desde que todo esto pasó __ vestía con la misma gabardina oscura y ancha, esta cubría casi todo su cuerpo buscándolo ocultar de los demás, también usaba unas gruesas y oscuras gafas de sol a todos lados, buscaba darle algo de color a su cara usando un discreto labial rosado, no solía arreglarse mucho ya que realmente no tenía tiempo y no le interesaba. En el único momento donde __ se quitaba su gabardina o sus gafas era estando en la habitación de Volkov o en su despacho.

__ se despidió de Volkov como típicamente hacía, le daba un pequeño beso en la frente y luego se marchaba camino a su despacho. Llego a su despacho, suspiro pesadamente, se encontraba realmente agotada, se quitó su gabardina y sus gafas, dejó sus pertenecías sobre el escritorio, se sentó en su gran silla y dejó caer su cabeza sobre sus brazos a modo de almohada.

-¿Cuanto tiempo puede estar una persona sin dormir?- se cuestiono para ella misma prendiendo el ordenador que se encontraba a su disposición- Porque creo que estoy rompiendo un gran récord

Ella comenzó a teclear encargándose de los papeleos de su asunto, de redactar aquellos pesados informes que al fin y al cabo no servían para nada ya que después los quemarian para que no haya evidencia de nada. Alguien llamó a la puerta de su oficina, ella no prestó demasiada atención como era de costumbre.

-Puedes pasar Michelle- la puerta se abrió- Tengo que pedirte novedades

-Puede ser después- respondió la pelirroja- Ahora tienes algo que hacer

-¿Más trabajo?- cuestiono ella dejando lo que hacía para prestarle atención- Pero hace poco llego

-Lo sé, Jack puedes entrar- la mujer se quedó de piedra al observar como el nombrado se adentraba a su oficina, la pelirroja sonrió- Bien, los dejó solos

La mujer alta se fue cerrando la puerta de la oficina. Ambos individuos se observaron detenidamente, estáticos, la mujer no sabía si esconderse debajo del escritorio o tirarse por la ventana. __ observo al hombre, como parte de su cuello tenía cicatrices de quemaduras que aún seguían rojas, algunas vendas con seguramente pomada para aliviar el ardor cubrían sus brazos, ella lo había visto antes en la camilla de la enfermería pero no lo había visto parado y con sus ojos abiertos, despierto. Conway observo a la mujer notando su perdida de peso debido a su mala alimentación, su pálida piel y sus cansado y rotos ojos sobre dos grandes ojeras; Conway quedó anonadado, nunca había visto a la joven así y de cierto modo se lo esperaba luego de que Michelle le contara todo.

-__... - ella trago saliva al volver a escuchar aquella voz- Michelle ya me ha contado todo...

-Michelle...- habló bajo recostando su cuerpo sobre la silla con media sonrisa- A veces llega a ser una hija del infierno... Escucha Jack y-yo yo puedo explicar todo no tienes que echarte la culpa, soy una mujer adulta que sabe lo que hace con su vida y tienes que respetar mi decisión...- suspiro- No te quedes así sin decir nada...

𝕭𝖆𝖉 {Jack Conway}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora