• Capítulo II •

870 170 38
                                    

Tres toques a la puerta de la habitación se habían oído, sabía que era mi papá quien había llegado por nosotras así que me levante de la cama para dirigirme a abrir la puerta.

—¡Hola, paa'! – Me lancé sobre él, lo había extrañado mucho no me acostumbra a estar tanto tiempo separa de él.

Soltó una pequeña risita mientras me tomaba en peso – ¡Hola, mi pequeña! – Acaricio mi espalda. – ¿Cómo estás?

—Muy bien, ¿y usted, como está?. – Nuevamente me encontraba en el piso.

—¡Papi! – Bryennis, se había lanzado sobre él al igual que yo lo había hecho antes.

—Mi Bryen. – Rió.

—Bueno, yo voy por las maletas.

Tome mi bolso junto a mi maleta.

— Mamá, ya mi papá llego por nosotras. -–Hable tras la puerta del baño, ya que mi mamá se encontraba duchandose.

La puerta se abrió de la nada dejándome ver a mi madre con una toalla sobre su cabeza y una bata de baño.

—Esta bien mi niña. – Dejó un beso en mi frente. – Te quiero, cuídate mucho, te voy a extrañar.

— Yo también. – La abracé.

Volví nuevamente a la puerta donde se encontraba mi papá hablando con mi hermana.

—Voy por lo mío. – Entró.

Mientras esperábamos a Bryennis, estuve hablado con mi papá de algunas cosas sin importancia, después de todo mi padre y yo siempre hemos tenido buena comunicación.

Después de unos segundos vimos a Bryennis, salir y tras ella venía mi mamá.

—Bryan. – Sonrió un poco al ver a mi papá.

—Nadia. – Le dio un asentimiento de cabeza. – Bueno niñas vamos.

—Adiós ma'. –  Tanto Bryennis, como yo dijimos unísono.

—Adiós, mis niñas.

Por suerte mi papá nos había ayudado a bajar las maletas por todas aquellas escaleras porque sino hubiéramos quedado más que cansadas.

—No sabes la falta me hiciste, pa' – Dije abrazándolo después que metió las maletas en el auto.

—Y yo te extrañe bastante. – Dijo Bryennis, uniéndose al brazo.

— Yo también las extrañe, nenas. – Dejo un beso en nuestras frentes.

Después de tanto afecto de amor nos montamos en el auto y nos fuimos directo a nuestra casa, no veo la hora en que lleguemos tengo demasiado sueño. En el vuelo no pude dormir nada gracias a mi hermana que habla más que una radio prestada.

—¿Cómo se la pasaron con su madre?.

—La pasamos bien, aunque mamá se la pasaba más trabajando pero cuando tenía tiempo de compartir con nosotras la pasábamos bien...

—Más no nos pasamos con nuestros hermanos que con mamá. - Dije rodando los ojos.

—No me sorprende que Nadia, no esté todo el día en el trabajo y le reste importancia a lo que en verdad tiene importancia.

—Que más da, en fin, la cosa es que la pasamos bien pa'. – Sonreí un poco y recosté mi cabeza sobre el vidrio de la ventana del auto.

No me quejo.

Llegamos a la casa y al entrar me fije en que estaban los amigos de mi papá en la sala tomando, jugando mientras escuchaban escuchando música, etcétera.

Un Amor Diferente A Los Demás. - [Re-Publicando] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora