• Capítulo XXXVII •

337 65 4
                                    

Diciembre 18, Del Año 2019.

Mi madre trabajaba, mis hermanos se encontraban en casa de Demien y mi prima no había venido el día de hoy al igual que mi tío, por lo que quiere decir que me encontraba sola en casa y eso no me ayudaba en nada por cómo me sentía emocionalmente.

Caminando por cada rincón de la hermosa casa de mi madre con tantos sentimientos encontrados no sabía qué hacer.

Ya había pasado un mes y cuatro días desde que me había venido a Rusia, días los cuales a veces solía sonreír.

No entendía…
Me encontraba bien, sonreía, reía, me divertía con mis hermanos, Demien y mi prima, pero en el fondo sentía un vacío tan enorme que no desaparecía.

Estaba ocultando el dolor con sonrisas las cuales eran falsas y eso no me ayudaba, me encontraba en un momento tan caótico que estar feliz por solo segundos o minutos me daba miedo.

No sabía si podría soportar este dolor que me estaba consumiendo poco a poco buscando el desgaste hasta llegar a su punto final.

Aún me encontraba de rodillas en el suelo buscando fuerzas para levantarme, sonreír, sacudirme y seguir como si nada pasara.

Mi padre le hizo varias llamadas a mi madre desesperado por saber dónde me encontraba pero entre súplicas le pedí que no le dijera que me encontraba con ella, no quería que me viniera a buscar. Si me vine para Rusia fue para olvidar todo lo que pasó aquella noche, para olvidar su rechazo, para olvidarme… de Raúl, a quién extraño más que a nada a quién deseo locamente cada minuto.

Espero poder lograr mi objetivo.

Subí a mi habitación, tomé mi libreta la cual se encontraba en la mesa de noche y me senté en el centro de la cama con mis piernas cruzadas. Esto era lo que últimamente me estaba ayudando, escribir, dejar mi dolor plasmado en hojas con tinta. Tinta la cual quizás con el pasar de los años se vayan borrando.

Una vez más, era hora de desahogar mis penas.

Con el lapicero entre mis manos suspiré hondamente contenido el nudo encontrado en mi garganta.

|| Sinceramente te escribo en esta carta todo lo que mi corazón no se atreve a decirte en persona. Le agradezco tanto a la vida que me haya permitido conocerte, eres la mejor persona que conocí ...
La única que me hizo sentir viva de verdad y me hizo creer que solo eramos tú y yo, me hiciste saber que el mundo se podía ver de una manera totalmente diferente y que sin duda, podía ser feliz.
Hoy me arrepiento tanto de haberte dejado corazón,
porque sin ti no puedo ser feliz,
no sé si hubiéramos podido arreglar las cosas.
Ahora con ansias deseo volver a tu lado, pero ya no estás.
Hice de todo para que volvieras a mi lado pero tu no quieres,ya no ocupó un lugar en tu vida, no puedo obligarte a que estes a mi lado,
eso me duele mucho y me está matando poco a poco.

Hay veces en que solo pienso en morir,
no te das una idea todo lo que sufro por ti...
Si tan solo pudiera retroceder el tiempo para poder estar a tu lado nuevamente,
creo que no te arrepentirás y valdría la pena,
pero se que no hay marcha atrás, y ya no se que hacer con todo lo que te amo.

Tal vez fue tarde para darme cuenta que te amo, y me estoy muriendo.
Me siento una basura por no querer aceptar que te amaba tanto como para arriesgar cualquier cosa para poder estar a tu lado,
Pero fui cobarde, demasiado cobarde para enfrentar la situación,
Perdón.
Ahora estoy sufriendo como nunca,
Te amo con todo mi corazón y te siento cada vez más lejos...
Te necesito a mi lado, ya no aguanto más.

Un Amor Diferente A Los Demás. - [Re-Publicando] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora