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Samanta:

Estoy tratando de mantener la calmada mientras me encuentro atrapada en una cena con el hombre que contrataron mis amigas y mis compañeros del trabajo, incluido mi jefe.

—Amo la comida china.—Comenta Asher a mi lado, lleva un poco a sus labios y se vuelve hacia mi dandandome una sonrisa.—Relájate, Samanta. Pondrás en evidencia que soy tu gigoló.

—Es extraño que te refieras a ti mismo de ese modo.

El encoge los hombros.—Es mi trabajo ¿No?

—Pareces disfrutarlo mucho.

—Me pagan por mis servicios, obtengo dinero, sexo.. ¿Cómo no podría ser feliz?.—Bromea.

—¡Feliz cumpleaños, jefe!.—Escucho que gritan mis compañeros.

Los del mismo restaurante traen un enorme pastel y lo colocan sobre nuestra larga mesa, cantamos "Feliz cumpleaños" y aplaudimos, Asher se une también y al acabar, el jefe sopla las velas.

Volvemos a aplaudir.

—Quiero agradecer a todos ustedes.—Empieza mi jefe y una sonrisa débil cruza mis labios.—Es grandioso en lo que nos hemos convertido...

—Patrick, por primera vez no hables sobre la empresa.—Bromea uno de los chicos.

Mi jefe se ríe.—De acuerdo, entonces quiero agradecerles por esta cena. Tengo suerte de tenerlos.

—Si, lo tienes.

Me rio con los comentarios de algunos de mis compañeros, algunos se acercan a abrazarlo y otro como yo, avergonzados nos quedamos en nuestro lugar.

Aunque solo soy yo.

—¿No vas a saludarlo?.—Me pregunta Asher.

Siento mis mejillas acaloradas, entonces Nora lo abraza y no puedo evitar poner toda mi atención sobre ellos.

Asher coge el vaso con alcohol y lo lleva a sus labios.

—Que interesante.

Mis mejillas se acaloran.



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—¿Los llevo a casa?.—Pregunta mi jefe y antes de que Asher se me vuelva a adelantar.

Yo lo hago.

—No, gracias.—Siento mis mejillas rojas.—Podemos tomar el autobús.

—No es ninguna molestia para mi.—Insiste y enciende su coche.—Vamos, suban.

Intercambio una mirada con Asher, quien esta sonriendo y no me queda de otra que esperar que no diga nada durante el trayecto.

Me mantengo callada hasta que siento la mirada de Patrick en el espejo retrovisor, también observa a Asher, que todo el tiempo parece disfrutar de la situación.

Rosas para una Mujer DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora