Rosas para una Mujer Desesperada

27

Samanta:

La mañana siguiente sigo aquí.

Despierto cansada, agotada y sin ser virgen.

Mierda, ya no soy virgen.

—Uhmmm...

Asher esta despertando, se mueve a mi lado y sus ojos se abren.

—Hey.

¿Ahora por qué siento vergüenza?

—Hola..

—¿Cómo estas?.—Pregunta algo preocupado.

—Aun no he puesto los pies fuera de la cama, así que ya te imaginaras.

El se rie.

Me coge la mejilla.—Lamento si te lastime.

Niego con la cabeza.

—Me ha gustado.

Sus ojos se abren, pero Asher no se detiene ahí.

—¿Y que te gustó más?

Me sonrojo otra vez.

—¿Cual de las tres...?

Las tres.. ¿Se puede contestar eso?

—¿Y a ti?

El sonríe.—La felación es todo lo que me encanta.

—No hice eso.—Comento sonrojada.

—Si hablamos de la vez pasada, lo hiciste muy bien.

Esta vez solo toque su polla y ya.

—Alguien no me dejo esta vez.

—Puedes hacerlo ahora.

—¡Asher!

El se ríe y me besa.

—Mejor vamos a desayunar o voy a terminar cogiéndote otra vez.

¿Y cual es el problema?

—¿Por cuál quieres empezar?.—Pregunto señalando los sandwiches triples que preparamos para el desayuno.

Señalo los panes en rodajas empezando por la combinación de queso, pollo y jamón, luego el de huevo, aguacate y tomate.

Asher termina eligiendo uno de los últimos , mientras yo el primero, le echo azúcar a mi café y bebo.

La puerta se abre y Toby aparece en mi campo visual.

—Samanta.

—Hola.

Se acerca y nos roba uno de los sándwiches.

—Lo siento, no desayune, prácticamente huí de casa de Nina.

Asher enarca una ceja.—¿Qué sucedió exactamente?

—Su esposo llego de viaje.

—¿Nina es...

—La mujer a la que viste con el..

Y así es como se me quitaron las ganas de comer.

—¿Y te metiste con una mujer casada?

—Hice un trato con una mujer casada.—Le corrige Toby.—De todas formas su contrato acaba hoy y si no renueva, adiós. y hablando de eso.. ¿Su contrato?

—Es para siempre.—Responde Asher.

Abro los ojos, mi corazón se acelera mucho y el sonríe.

—¿No es así, Samanta?.—Pide mi opinión.

Sonrojada, asiento con la cabeza.—Si.

Toby nos examina y mientras muerdo mi sandwich, el nos señala.

—Ustedes dos se ven como si hubieran pasado una buena noche.

Ni te lo imaginas, Toby.

—Gracias por traerme, Asher.—Le digo en cuanto estaciona el coche frente a mi casa.

El me sonrie y yo me acerco a darle un beso.

Antes de irme...

—¿Esto... en que nos convierte ahora?

Asher suspira.—Creo que había quedado bastante claro, soy tu novio.

Mi pecho se llena de felicidad.

—De gigoló a novio.

Asher sonríe.

—Me alegra mucho que tus amigas "Nos presentaran"

Me rio.—¿Así lo llamaremos?

Me guiña el ojo.—Así llamemoslo, Lady.

Mi pecho se infla de emoción.

—¿Entonces que sigue ahora?.—Pregunto y el me da una sonrisa picara.

—Mucho sexo.

—Asher.

Se ríe y pronto eso se va para pasar a mirarme muy tranquilo.

—Quizás te envié rosas y chocolates.

Abro los ojos.

—¿Qué te parece?

—Jamás me han enviado nada de eso.

—Definitivamente te las enviare.—Me asegura.

Sus ojos se mantienen sobre los mios.

—Te quiero, Samanta.—Me confiesa una vez más.

Sonrio despacio.—Y yo a ti. Te quiero, Asher.