Samanta Smith tiene una vida peculiar, vive sola acompañada de su único gato Felix, quien también parece odiarla.
Tiene amigas y un buen trabajo, pero...
Samanta Smith jamás a recibido rosas.
Tampoco chocolates.
Y así mismo jamás a tenido citas.
Sa...
Dejo que un silencio incomodo nos rodee y Asher lo vuelve aún más incómodo con solo mirarme.
¿Acaba de declararse?
Mierda, jamás se me han declarado.
¿Y Patrick, Samanta?
Es verdad, Patrick también.. solo que ahora no puedo pensar en él.
—No te espantes, Lady.—Me pide.—Me gustan todas mis clientas.
Ahora siento un malestar con esa nueva declaración.
Mis cejas se juntan.—Entonces no entiendo el motivo de porqué decírmelo.
Asher alza las cejas sorprendido.
Luego sonríe.
No, no lo digas.
—¿Estas celosa?
Y lo dijo.
—¿No dijiste que ya te ibas?
Su sonrisa se mantiene.—De acuerdo, de todas formas ya me diste una respuesta.
—No he dicho nada, Asher.
—Lo que tú digas, Lady.
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—¡Smith!
Me sobresalto al oír la voz de Julia, la que queda a cargo cuando el jefe no se encuentra disponible.
Patrick ha faltado al trabajo y no me ha contestado el móvil, he sido muy insistente u tal vez soy demasiado exagerada con mi preocupación.
Julia coloca unos documentos sobre mi mesa.
—El jefe los quiere ahora.—Me dice.—Me ha pedido que yo se los lleve, pero tengo algo que atender, además...—Me mira de pies a cabeza.—Ya que tú y el parecen llevarse bien y son tan unidos, creo que no tendrás ningún problema con ir a su casa.
Abro los ojos.
—Julia..
—No hace falta que lo niegues, ya me fueron con el chisme.
Detrás de ella observo a Nora, intercambiando palabras con otra compañera mientras se sirven dos tazas de cafés de la maquinita, su mirada se encuentra con la mía y sonríe.
Regreso mi atención a Julia.—No sé qué le dijeron exactamente, pero mi vida privado no afecta para nada el trabajo.
