Rosas para una Mujer Desesperada

25

Samanta:

—Viniste. —Pronuncio viendo a Asher de pie sobre la puerta de  la casa de mi amiga.

—No había forma alguna de que no asista.

Sonrio.

Le abro la puerta, sus ojos recorren la sala , la cual se encuentra llena con algunos invitados, los compañeros de trabajo de Eliza y los amigos de estos, todos han venido a brindarle su apoyo, le pido a Asher que me acompañe a la cocina y saco dos vasos vacíos de la repisa, la coloco sobre la encimera y sirvo la bebida que se encuentra en la jarra.

—Es sangría. —Pronuncio enseñándole. —Especialidad de Ivy, al no haber alcohol.

Y al decir que no hay alcohol me refiero a los tragos que suele comprar listos y hechos.

Ruedo los ojos.—Le gusta improvisar.

Sirvo los dos vasos y le entrego uno, Asher lo lleva a sus labios y hace un gesto.

—¿Demasiado dulce?

Asiente con la cabeza y pone la mirada en la sala, mira a Eliza.

—Ella esta bien.

Asher se gira hacia mi, dejo el vaso con sangría sobre la encimera de mármol.

—Eliza va a denunciar a Richard y voy a .. apoyarla. Logre convencerla.

—Eso es excelente, Lady.

Lady…

Me sonrojo y mucho más cuando su mirada recorre mi cuerpo, llevo un vestido, nada provocador creo yo, aunque mis piernas se notan muy bien.

—Te ves hermosa.

—¿Por el vestido?

—No, tu.. aunque te va excelente para la ocasión.

Sonrio despacio. —No fue mi idea, aunque ayuda a que Eliza no piense sobre lo que paso. Eso queríamos.

Su mirada baja.

—Lo lamento, Samanta.

Trago saliva.

—Debí decirte mis sospechas.

—Ella ya me dijo que se lo advertirte, gracias.

Asher abre los ojos.

—Y aunque no me lo dijiste, eso ya es algo que ya pasó. No quiero pensar en eso.

—¿Y nosotros?

Nosotros..

—¿También nosotros somos pasado, Samanta?

El corazón se me encoge, Asher tiene una mirada tierna.

Por primera vez la tiene, aunque también hay preocupación y temor en su mirada, es difícil imaginar que una vez tuviera esta expresión, cuando todo el tiempo está dirigiéndose a mi con sus expresiones y/o palabras pervertidas.

—Dijiste que teníamos que hablar.

—Si…¿Quieres hacerlo aquí o en algún lugar privado?

—Contigo en cualquier lado, Lady. —Pronuncia dándome una sonrisa pícara.

Siempre Asher siendo Asher.

Yo sonrio. —He estado pendiente de la reunión todo el día, no creo que me extrañen apartir de ahora.

Sus ojos se abren, pero enseguida sonríe.

—¿Nos vamos?

—Tu mandas, yo soy tu gigoló. —Pronuncia provocándole otra sonrisa. —Iré hasta el infierno solo por ti.

—¿Cómo Asher o como mi gigoló?. —Pregunto con una ceja alzada.

Es el claro y bastante. —Como el hombre que está enamorado de ti, Samanta.

¿Será que por fin habrá acción?

Ajajjajajaja.

Nos leemos.

>> Yiemir.