Epílogo

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Tres años después:

Samanta:

Sujeto la caja en mis brazos y Asher corre a mi lado.

—Déjame a mi, yo lo llevaré. —Me pide.

Le entrego la caja y el me besa los labios, ingresa a nuestro nuevo hogar y yo me quedo de pie afuera observando el exterior.

Es un buen vecindario, tranquilo y cerca a mi trabajo, además la casa que conseguimos es más grande que la mía y si, costó, pero finalmente estamos aquí.

Ingreso a la casa y Asher lleva está de pie conversando con los hombres de la mudanza, termina con ellos luego de darle unas indicaciones y mientras ellos salen pasando por mi lado para meter más cosas a la casa, Asher se acerca a mi.

—No puedo creer que tuvieran que pasar tres años para que decidieras mudarte conmigo.

—No es una decisión de la noche a la mañana. —Pronuncio y me observa con una expresión burlona. —Sabes que primero debíamos conseguir el dinero y escoger una buena zona.

Es verdad, aunque esa misma noche le di un "Si" definitivo y el saltó de alegría, yo acabé con eso en cuanto le dije que si nos mudamos juntos quería que fuera algo fijo y no, no me refería a la palabra con "M"

Si no que quería mi propio hogar con el para siempre, sin más mudanzas, solo aquí.

—¿Entonces estrenamos la cama?

—¿Eso es lo único en lo que piensas, no?

—Si.

Me río.

—Además la mudanza me tiene estresado.

Me coge el trasero.

—Asher, los chicos de la mudanza.

—Ellos van a ocuparse de la mudanza, nosotros vamos a divertirnos en el segundo piso.

—Ashe..

—Deja de poner excusas, mi amor.

Suelto un pequeño grito y me cubro los labios avergonzada en cuanto me levanta y me coloca sobre su hombro.

Ruego que los chicos no hayan entrado y vieran la escena, pero cuando pongo la mirada en la puerta, están ahí.

"Que vergüenza".

Y para colmo, Asher. —Si no quieren una sorpresa, no suban y gracias por su ayuda.

¡Por dios!




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Rosas para una Mujer DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora