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Samanta:

Una vez que empieza la función, no estoy completamente conectada con ella y eso que tiene mucho para conectarme, la perfecta vista desde el palco, los colores y el mismo hermoso y enorme teatro.

La música y la escenografía tambien, pero más allá de la belleza que puede transmitirme, mi mente no deja de pensar en el y en "eso".

Asher me ha besado.

¿Es ridículo que sienta mis labios arder como si hubiera almorzado comida picante?

O quizás solo esta en mi imaginación.

Por algo no dejo de pensar en eso.

Que ridículo, Samanta.

Finalmente tienes una cita con un hombre, un hombre que te gusta mucho.

¿Por qué no estás concentrada?

Tomo un respiro.

Patrick me observa preocupado, se acerca a mi oído y mi corazón se acelera.

—¿Estas bien?

Asiento con la cabeza. —Lo estoy.

Mentirosa.




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—¿Te gusto la obra?. —Me pregunta Patrick mientras cenamos.

Se a ofrecido a invitarme a cenar, como yo lo hice al invitarlo al teatro.

Y creo que este será el mejor restaurante en el que he comido y aunque trate de ser limitada con lo que ordenaba, Patrick se dio cuenta y aún con toda confianza, me pidió que pidiera lo que más me apetecía en la cara.

Lo hice, pero moderadamente.

Lo poco que le presté atención si.

—Si.

—¿Y tu parte favorita fue..?

Mierda.

—No hubo una en especifica, me gustó todo.

Patrick sonríe. —A mi también.

No he dicho una mentira, hablo de que si me gustó a lo que le presté atención.

—Deberíamos hacerlo..

¿Ah?

Patrick sonríe. —Salir, Samanta.. no al teatro, pero si salir.

Siento mis mejillas roja, se ha dado cuenta.

—Lo lamento..

—No lo hagas, me ha gustado salir contigo, es por eso que te lo estoy pidiendo otra vez.

Quiere volver a salir conmigo.

—¿Y con el trabajo?

—No hay una ley que lo prohíba ¿No?

Es cierto, si fuera así hasta no permitirá que llegaran los regalos de Nora.

—No, no la hay. —Pronuncio con una sonrisa.






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—La cena estuvo deliciosa. —Pronuncio cuando Patrick detiene su coche frente a mi casa.

 —Gracias por invitarme a salir, Samanta y esperemos que si se repita.

—Será así.

El sonríe y yo no puedo contener mi felicidad.

—Adiós..

Me acerco a besarlo y no se porque hice eso, mis labios quedan cerca de su rostro y sus ojos bajan a mi boca, sin embargo por alguna razón y pienso que es cobardía, giro el rostro y termino besando su mejilla derecha.

—Buenas noches, Patrick.

Hecha toda un tomate salgo del coche y me cubro los labios, me giro para despedirme con la mano y suelto un suspiro.

—Parece que fue una buena cita.

Giro la cabeza hacia los costados, Asher camina deteniéndose justo delante de mí.

—¿Lo fue?

Aún estoy sorprendida.

—¿Cómo sabías..

—No lo sabía, pero esperaba llegar y ya encontrarte, tuve suerte de hacerlo justo ahora.

Me muerdo el labio.

—¿Y no vas a decirme?

En lugar de eso, yo..

—¿Por qué me besaste?

Asher abre los ojos con sorpresa y luego me da esa sonrisa característica de el.

—No sonrías.

—¿Por qué no?

Porque me pones nerviosa.

Porque tu estúpida sonrisa hace acelerar mi corazón extraño.

Ignorando esa pregunta, digo una vez más. —¿Por qué me besaste, Asher?

—Lady, la pregunta es...

El se acerca un paso a mi, me mira directamente a los ojos.

—¿Por qué no iba a besarte?

Este hombre no deja de causar sensaciones extrañas en mi.

¿Qué me está pasando?

Rosas para una Mujer DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora