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Samanta: 

—¿Quieres que te ofrezca algo para tomar?. —Me pregunta Asher mientras recorro su departamento.


—No, gracias.


Me vuelvo hacia el con una sonrisa.


—Estoy bien.


—Dijiste que tenías que hablar conmigo ¿Qué sucede?


Me pongo nerviosa.


—Creí que estabas enojado..


Asher alza las cejas.


—¿Enojado por qué?


—No lo sé, solo lo sentí así.


Suspira. —No estoy enojado, Lady.


Eso me hace sentir mejor.


Asher me cae bien, aunque las condiciones en las que nos conocimos fueron raras y fuera de lo común, al final nos caímos bien.


—Solo no me agradó que me dejaras de lado después de contestar esa llamada.


—Entonces si estabas enojado.


Asher arruga el gesto.
—No, aunque ahora sí siento algo de fastidio. —Comenta el acercándose a mí. —Tal vez debas hacer algo para hacerme sentir mejor.


Abro los ojos, Asher me coge de las mejillas y sus labios tocan los míos.


—Asher...


Me sujeto de su pecho y le devuelvo el beso, mi cabeza da vueltas mientras su beso me tele transporta, gimo sobre sus labios y termino con él.


—¿Qué sucede?


—Asher.. esto..


—Quedamos en que iba a enseñarte ¿no?. —Me recuerda. —Además... soy tu gigoló.


Bueno, si..


Me besa una vez más, continuando donde nos quedamos.


—Tengo que irme. —Pronuncio.


—Es tarde.


Si, lo es y aún así decidí venir.


—Mi casa es tu casa ¿Lo olvidaste?


—Asher..


—Y mi cama también es tu cama.


Me sonrojo y él se ríe


—¿Te quedaras..? 


Muerdo mi labio y luego de ver ese rostro, no puedo negarme.

—Lo haré.



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—¿Y dónde vas a dormir? .—Pregunto una vez que me ha dirigido a la habitación.


—En la cama también.


Abro los ojos.


—¿Por qué pensaste que no?


Siento el calor en mis mejillas, Asher se dirige hacia el armario y abre un cajón, de el saca unas sábanas y me la entrega.


—Entonces... ¿Qué lado de la cama prefieres?


Alzo las cejas.


—O si prefieres dormir en un solo lado..


—Derecho. —Interrumpo poniéndole fin a sus pensamientos pervertidos.

—El derecho será. 





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Me quedé dormida.


Completamente dormida.


Me levanto de la cama de Asher y observo mi móvil, queda poca batería, pero aún tengo tiempo de ir a casa y cambiarme, aunque lo de llegar tarde nadie lo detiene.


—¿Ya te vas?. —Me pregunta Asher apenas levantándose , se rasca los ojos y bosteza.


—Sí, es tarde. Debería estar de camino al trabajo.


—Te llevo si deseas.


—No, estoy bien. —Le aseguro. —Pero...


Muerdo mi labio.


Dudo un poco, pero finalmente me decido.


—¿Recuerdas el día que te conocí?


—Cuando me confundirte con un Brownie.

Todavía es vergonzoso recordarlo.

—Sí, ese mismo día.


El me escucha atento.


—Era la despedida de soltera de Eliza.


Alza las cejas y me observa con una expresión sorprendida.


—¿Te gustaría acompañarme a la boda?


Si antes estaba dormido ahora está muy despierto.


—¿Quieres que te acompañe como tu pareja a la boda?


No como pareja, pero si me gustaría que me acompañe.


—¿Y qué hay de Patrick?


Patrick.


—¿Segura que no quieres invitarlo a el? .—Pregunta con una ceja arqueada, si él no lo menciona, yo ni me acuerdo.


—No.


Vuelve a observarme con sorpresa.


—Te lo pedí a ti ¿No? quiero que vayas tú..conmigo.


Asher pasa de verme con sorpresa, a tener una sonrisa en los labios.


—Así no puedo rechazar esa oferta.— Responde manteniendo su expresión. —Encantado de acompañarte a esa boda como tu pareja, Lady. 

Rosas para una Mujer DesesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora