*Anne*
Me apasionaba bailar. Mamá decía que yo estaba destinada a ello. Desde pequeña lo había demostrado. Según ella, cuando emitían algún programa sobre ello, me ponía a imitar a los bailarines en el salón. Quizás fue por eso por lo que mis padres decidieron apuntarme. Fue su mejor decisión. Para mí, la danza siempre ha sido tan esencial como respirar.
Con los años había asistido a multitud de eventos y demás sinfines de cursos que me habían ayudado a perfeccionar mi técnica y a convertirme en lo que era en aquel momento, una bailarina con un sueño por cumplir: poder dedicarme a ello.
Por desgracia, había aprendido que era un oficio duro y difícil de lograr. Por eso, tras el instituto, decidí estudiar en la Universidad de Catrine mi plan B: periodismo y comunicación audiovisual. Me gustaba, no os voy a mentir, pero no era a lo que quería dedicarme el resto de mi vida. Yo quería bailar, quería bailar toda mi vida sola o acompañada, pero bailar.
Estaba cursando mi primer año de carrera, estaba muy contenta y me gustaba. En muchas ocasiones, había perdido horas de ensayo debido a los trabajos que debíamos hacer en grupo. Era una carrera exigente y atractiva con asignaturas y talleres interesantes, pero algunos profesores hacían que la teoría fuera muy pesada y aburrida cuando la realidad era muy diferente.
El ambiente universitario era muy distinto al del instituto. Había estudiado toda mi vida en Barcelona, en un instituto humilde, pero incluso antes de acabarlo ya tenía mis ojos puestos en Nueva York. Había una academia de baile muy buena allí y, tras insistirles mucho a mis padres, ellos decidieron que lo mejor sería que me presentase a la prueba de acceso. El día de la convocatoria estaba nerviosa. Toda mi carrera como bailarina se resumía en esos dos minutos y juro por Dios que di lo mejor de mí misma, guiándome por el corazón, mi más fiel aliado. Muy en el fondo pensaba que no estaba a la altura (mis años de competiciones se habían quedado atrás tras una lesión) y por eso me sorprendió que me aceptaran.
El siguiente paso fue buscar una universidad que tuviera el grado que quería hacer y que estuviera medianamente cerca del estudio. Tras revisar un sinfín de propagandas dimos con las UC, mejor conocida como Universidad de Catrine, y en el mío instante en el que mis ojos se posaron en su programa, me cautivó. Tenía el grado que yo buscaba y las instalaciones eran muy buenas. Además, la matrícula no era tan cara para estar ubicada en Nueva York y ofrecía como añadido un servicio de residencia.
El cambio de aires me vino de perlas. El ambiente universitario era tan novedoso y adictivo para mí que todos los días iba contenta a clase, excepto aquel, estuve haciendo un trabajo hasta tarde y me quedé dormida. No he corrido más en mi vida.
Poco antes de que dieran las nueve, entré y me senté al lado de Eva en una de esas mesas del fondo. No me gustaba llamar mucho la atención en clase y mucho menos hablar en público. Por suerte, el señor Graham, el profesor de periodismo social no había llegado aún.
- Dios, casi no llego --- jadeé.
Parecía que había corrido una maratón. Tenía el pelo desordenado y la respiración entrecortada. Puse una mueca. La puntualidad no era una de mis virtudes.
- ¿Otra vez te has quedado dormida? --- Eva me miraba divertida.
Me hice la ofendida.
- ¡No es mi culpa que las clases empiecen tan pronto!
Puso los ojos en blanco.
- El horario es mucho mejor que el del instituto.
- Ya, pero aún así...
Se estuvo quejando de que deberían ser más considerados con los estudiantes que trabajaban a la par que estudiaban. Ella hacía turnos de tarde en una cafetería muy cercana al campus. Iba de seis a diez y media de la noche. Muchas veces, la sorprendía con alguna visita cuando volvía del estudio. Aprovechaba para cenar y así volver juntas a la residencia.
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Perfecta Sincronía || Gèrard y Anne
Fiksi PenggemarSinopsis ¿Pueden dos almas distintas volver a encontrarse? Anne Lukin ha vivido toda su vida siguiendo un único objetivo: convertirse en una gran bailarina. Para ello no le ha importado hacer grandes sacrificios como no salir con sus amigos o perder...