Capitulo 11

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Capitulo 11

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Advertencia: Este capitulo contiene escenas de violencia, leer bajo su propia responsabilidad.

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Pov. Rose

Me había despertado en una habitación distinta en la que solo había una cama, eso y una mesa oxidada. Me levanté y pude percatarme de que estaba vestida con un vestido blanco. 

¿Quién me había cambiado de ropa?

La puerta se abrió y por ella entro Peter con unos papeles. Camino por la habitación y se apoyó en la mesa, solo me miraba y sonreía.

-Debes de estar confundida, pero tranquila, te voy a explicar las nuevas reglas. - dijo revisando los papeles y yo ya no podía esperar para cortarle el cuello. - Seguro te acuerdas que el día anterior a la muerte de mi esposa te dije que empezarías a trabajar con las demás mujeres, pero que yo tendría el placer de poseerte por primera vez. - me dijo dejando los papeles a un lado de la mesa mientras se sacaba el reloj y el anillo. ¿Ah donde quería llegar? - Bueno, quiero que sepas que hay muchos hombres preparados para follar a la hermosa conejita. - me hablaba riéndose descaradamente.

-Eres un enfermo. - le susurre con evidente enojo y asco. - Dime donde está mi hermana y hare lo que quieras. - trate de negociar y él parecido pensarlo.

-No sé porque aún la defiendes cuando ella te abandonó aquí, dejándote sola para que ocupes su lugar. - me dijo confundido y yo sentí lágrimas en mis ojos.

-Porque no puedo culparla de querer irse de aquí, es más, yo la hubiera convencido de irse mucho antes. - le aclare sacándome las lágrimas. - Así que dime donde esta. - le volví a insistir y el me miro aburrido.

-En el sótano. - dijo simplemente para después sacarse la camisa. - pero eso ahora no importa, solo quiero follar a la niña que tanto me ha tentado. - dijo gruñendo para empujarme devuelta en la cama sucia sacándome un grito. Se puso encima para empezar a manosearme mientras me besaba el cuello, lo empuje con todas mis fuerzas pero no logre nada, mis ojos empezaron a desprender lagrimas de miedo mientras intentaba zafarme de su agarre, pero debido a la desesperación termino arrancándome el vestido y dejándome solo con ropa interior. Empecé a gritar desesperada mientras lo intentaba alejar, algo que pareció enojarlo porque me dio un golpe directo en la cara. - QUEDATE QUIETA MALDITA ZORRA. - me grito enojado al mismo tiempo que sus garras y ojos negros salían a la luz. Yo asustada me hice la pequeña y empecé a llorar, y justo en ese momento pude ver un cuchillo en el cinturón de sus pantalones. pero él me agarro del pelo y me hizo extender el cuello para dejarlo expuesto.

Se quedo petrificado al ver que tenía la marca de mi compañero y aproveche ese desliz para a agarrar su cuchillo y clavarlo en su garganta. El abrió los ojos ampliamente y cayó encima mío ahogándose con su propia sangre.

Me alejé y empecé a llorar desesperada, lo había matado. Otra vez había matado a alguien. 

Lo mire tendido en esa sucia cama mientras absorbía la sangre del hombre que había arruinado la vida de mi hermana y la mía. Me fije en la camisa que había dejado tirada y me la puse solo para salir de ahí y dirigirme al sótano mientras me sentía descolocada, mis piernas temblaban hasta el punto de que las sentía ajenas a mi.

Cuando abrí la puerta temblando por el inminente miedo, pude ver en el piso al lado de las escaleras a mi hermana.

-Alexa. - le susurre bajando apurada y sosteniendo su cabeza. - despierta hermana, tenemos que irnos. - le susurre, pero ella no respondía. - no por favor, tu no. - le suplique llorando al ver que no reaccionaba. - Iré por ayuda, solo... solo espérame. - le susurre corriendo hacia la habitación de Esmeralda, pero al entrar me derrumbe en el piso. - No, no no.- repetía angustiada al verla tirada en el piso con mucha sangre a su alrededor, ella tenía los ojos abiertos dejando una expresión de horror en sus verdes y hermosos ojos. Me acerque para poder cerrarlos y cuando ya me había dado cuenta de que no me quedaba nada, baje devuelta al sótano donde estaba mi hermana en el piso. Volví a poner su cabeza en mis piernas y me quedé viendo la oscuridad.

Hace un año.

Estaba durmiendo en el piso del sótano cuando la puerta de este se abre de golpe dejando ver a Peter enojado, se acercó a mí y se puso a horcajadas encima mío, yo para ese entonces estaba tapando mi cara para evitar los golpes.

-Dime donde demonios se fue la zorra de tu hermana y te dejare salir. - me gruño con los ojos negros. - ¡DIME! - grito impaciente mientras me sacudía.

-No... no lo sé, ella no me d-dijo nada, lo juro. - le suplique llorando, pero él no cedió.

-Se fue con él cliente que le tocaba a la ultima hora, pero el maldito dio información falsa, asique dime quien era ese pedazo de basura o tu tendrás que pagar por las consecuencias. - me susurro entre dientes.

-En serio no sé nada. - le dije en un grito de desesperación que callo con el primer golpe del día.

-No te hagas la santa, ella era tu hermana. - me recrimino y yo no sabía que decir. Justamente eso era lo que más me dolía, ella era mi hermana, pero se fue dejándome sola, ¿Por qué no me llevo? ¿será que me culpa por lo que le hicieron?

Esperaba que no fuera por eso, porque ya bastante mal me sentía como para saber que mi hermana ahora me odiaba.

-Bien, tu decidiste esto. - dijo para después irse dejándome tirada en el piso.

Después de eso pasaron ocho meses encerrada en ese sótano oscuro, en el que solo me traían un plato de comida y de vez en cuando la esposa del jefe venía a castigarme por mi comportamiento.

-No sé qué ve Peter en ti, eres una cualquiera. - me dijo enojada mientras me miraba con odio. - ¿Seguro ya te revolcaste con él cierto? - me dijo con los ojos llenos de lágrimas.

-No, y tu no deberías estar a su lado, solo te está usando. - le dije intentando de que recapacitara después do todos los golpes que me había dado. - Todavía puedes irte y empezar de n-nuevo. - le decía mientras ella lloraba con evidente odio en los ojos.

-NO TE HAGAS LA BUENA CONMIGO, TU ME QUIERES QUITAR A MI HOMBRE. - me grito enfurecida agarrando un arma y apuntándome, pero antes de que me disparara me lance encima suyo haciéndola perder la estabilidad y terminamos las dos en el piso forcejeando, pero de una manera inesperada se disparó y ambas nos quedamos quietas. Yo la miraba a ella y ella a mí.

Me aleje de apoco viendo su abdomen lleno de sangre. Cuando volví a su cara ella estaba con los ojos cerrados. Me levante lentamente sin entender lo que había pasado, o, mejor dicho, lo que había hecho. Asustada agarre las llaves del sótano y salí corriendo hacia mi habitación donde tenía plata que me había dejado mi hermana. Pero no pude evitar despertar a mi compañera de habitación.

-Esmeralda levántate, tenemos que irnos. - le susurre con la intención de no dejarla sola.

Presente

Miraba la oscuridad mientras sentía mis lagrimas caer por mis mejillas. Estaba llena de sangre que no era mía. Yo había matado a Peter y a su esposa, y realmente solo me sentía culpable por la pobre mujer que vivió manejada por esa basura, pero tenía que reconocer que también tenía la sangre de Esmeralda, una chica inocente que tenía ganas de formar una vida fuera de aquí.

Todo esto era culpa mía. Mire a Alexa y estaba toda golpeada.

- ¡ROSE! - se escuchaba una voz masculina que me llamaba a lo lejos, pero yo ya no tenía ganas de nada.

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Eres Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora