Capitulo 6

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Capitulo 6

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Estaba corriendo por el bosque llena de sangre que no me pertenecía, y las lágrimas salían solas de mis ojos solidarizándose con la reciente muerte, que yo misma había provocado.

-Él va a ir por ti. - me susurro una mujer sin rostro que estaba parada frente a mí. - y está cerca. - susurro mientras se reía fuertemente.

-No, por favor, NO. - me desperté de golpe toda sudada y con el corazón alterado. - Maldición, solo fue un sueño, un sueño. - trate de convencerme mientras me revolvía el pelo, pero yo sabía que ese sueño no era nada más ni nada menos que una realidad. Él ya sabía dónde estaba y si venia por mí no iba a poder defenderme, por lo que, lo único que me quedaba era contárselo a Daniel, pero tenía miedo de que el me juzgará por todos mis errores. - Basta Rose. - me levante enojada conmigo misma intentando despejarme. - mejor voy a bañarme. - me susurre con la intención de callar ese silencio que me aturdía.

Fui al baño con la intención de darme una ducha y relajarme, en este momento era lo único que necesitaba, bueno, eso y un té de tilo, pero eso lo dejaría para más tarde, ahora solo me prepararía para dar un paseo por el bosque.

Estuve media hora en la ducha hasta que me sentí más tranquila, así que salí del baño y fui a mi mesita de luz, donde tenía las pastillas que me había recomendado el médico para mi estrés.

Me tome dos y me mire al espejo intentando de no sentirme culpable, ¿Por qué?, ¿Por qué justo ahora que estaba empezando mi vida?, era injusto ver como alguien intenta quitarte lo poco que has logrado solo por motivos egoístas y psicópatas. Además, solo habían pasado unos pocos días y no estaba preparada para abandonar mi nueva vida, en la que se podía decir que tenía una amiga y un compañero amable, amoroso y comprensivo.

Suspire quitando esos pensamientos de mi mente y fui directo al placar de donde saque un vestido verde que me puse sin dar muchas vueltas, después elegí unas sandalias que combine con un pequeño bolso donde puse solo lo esencial.

Ya estando lista así que salí en dirección al bosque hasta llegar a una preciosa cascada. Cerré los ojos escuchando solo el agua cayendo y chocando con las rocas, al mismo tiempo que respiraba profundo. Era curioso cómo podía oler las flores que se encontraban a más de 100 metros de distancia.

Sonreí sintiendo la paz que hace mucho no sentía, y no sabía si eran las pastillas o simplemente estaba relajada por la naturaleza que me había privado durante años, pero era reconfortante. Un poco dudosa decidí dejar mi parte animal salir a flote para apreciar la naturaleza como se debe, sentí como mi cuerpo se encogía dejando el vestido caer encima mío por lo pequeña que era, removí mis patas de coneja para sacar las sandalias que se habían quedado atoradas.

Cuando ya estaba libre miré en todas las direcciones y empecé a dar pequeños saltos mientras me acercaba a la cascada donde el agua me devolvía el reflejo de mi pequeño cuerpo.

Yo era de un gris opaco y con ojos muy oscuros, y muchos de mi especie me admiraban por lo pequeña que era, ya que eso era una ventaja que me permitía esconderme donde quisiera, mi olfato empezó a percibir un olor nuevo, y mis instintos de supervivencia se activaron al percibir un olor diferente y amargo. Cuando me di la vuelta vi que era un lobo que no conocía y que me miraba con claras intenciones de cazarme, empecé a correr mientras lo sentí detrás de mí, cuando de repente salto encima de mí para después gruñirme de forma primitiva.

No pensé que convertirme en coneja en un clan de lobos sería tan mala idea, y aquí estaba por pagar las consecuencias.

Cuando pensé que iba a morderme otro animal mucho más grande lo saco de encima mío, y aproveché ese momento para poder esconderme detrás de un árbol, y al ver que los gruñidos no cesaban, me asomé por un lado del árbol para ver que el lodo que me había defendido era Daniel y que estaba gruñéndole enojado al otro lobo que agachaba la cabeza mientras gemía arrepentido.

Le pasaba por cavernícola.

Cuando se fue sonreí conforme mientras salía de mi escondite y corría hasta el gran lobo que me miraba como si estuviera enojado.

Que gruñón.

Me pare en dos de mis patitas y estire mi nariz con la intención de que se agachara, algo que hizo después de un rato de estar ignorándome. Puse mis manitos delanteras a los costados de su asico y empecé a darle besitos inocentes, pero el me empujo levemente haciéndome caer de espalda, y yo empecé a reír por su comportamiento.

Me di la vuelta y empecé a correr con la intención de que me siguiera, algo que si hizo. Empecé a esconderme, pero él siempre me encontraba, eso era lo malo de que sea mi depredador, siempre iba a encontrar a su presa.

Y cada vez que lo pienso no puedo evitar pensar que yo sería su presa si es que no fuera mi compañero. Deje de correr y me acerque a él que se había acostado al lado de la cascada, yo me acosté entre sus patas delanteras y él acerco su asico a mis orejas para empezar a lamerlas haciéndome sacudirlas. Al rato me deje llevar por el cansancio y me quede dormida entre el pelaje de mi lobo.

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Alguien estaba acariciándome lentamente y sonreí al saber que era Daniel, abrí los ojos y vi que él estaba en su forma humana mientras que yo todavía conservaba mi forma animal.

-Ve a cambiarte perezosa, te llevare al hotel. - me dijo dejándome en el piso, y a paso lento y adormilado fui donde estaba mi ropa y la arrastre hasta detrás de un árbol, donde me tomé el tiempo de vestirme.

Ya era de noche por lo que hacía mucho frio, y yo solo tenía el vestido que apenas me cubría. Camine hasta Daniel que al verme temblar me abrazo rodeando mi cuerpo.

-Joder estas helada cariño. - me dijo sacándose su campera para dármela. - Vamos, hoy me quedare contigo. - me susurro haciéndome sonreír.

-Me gusta la idea. - le respondí mientras tomábamos rumbo hasta el hotel al que habíamos llegado en cuestión de media hora. - No puedo creer que allá dormito casi todo el día. - le dije al mismo tiempo que me acostaba en la cama después de cambiarme.

-Eres una perezosa. - me dijo riendo al mismo tiempo que se acostaba al lado mío, pero antes de acomodarse su teléfono sonó. Lo saco de sus pantalones y lo reviso enfrente mío dejándome ver el mensaje.

Lisa: Gracias por aceptar la propuesta Daniel, estamos en contacto. - ¿Propuesta? ¿Qué propuesta?

-No sabía que seguías hablando con tu ex prometida. - le dije sin poder evitar la angustia en mi pecho, y él me miro sorprendido.

-Estamos hablando solo para evitar la guerra entre nuestros clanes nena, no tienes que preocuparte, soy solo tuyo. - me susurro con una sonrisa divertida que trate de devolverle. Se acostó a mi lado y me abraso poniéndome sobre su pecho. - Confía en mí. - me pidió acariciando mi pelo y termine suspirando.

-Lo siento, no quiero parecer una controladora, pero no puedo evitar sentirme inquieta. - le confesé haciéndelo saber cómo me sentía. - pero te juro que pondré de mi parte. - le prometí besando su pecho que estaba desnudo.

-Eso ya es suficiente cariño, solo tenemos que confiar en nosotros, no importa el resto del mundo. - me dijo acariciando mi pelo haciéndome relajar, pero de igual manera seguía sintiendo un mal presentimiento con respecto a esa mujer. ¿Me estaré confundiendo? 

Eres Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora