Capitulo 23

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Capitulo 23

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Pov. Rose

Estaba terminando de preparar la cena cuando el timbre de la casa sonó de forma inesperada, así que baje la temperatura del fuego y me acerque a la puerta cubriéndome más con el abrigo, que por cierto, era de Daniel.

Y al abrir la puerta me encontré con un Noah completamente angustiado e inseguro, lo mire confundida sin poder evitarlo le pregunte:

-Noah, ¿Estas bien? - le pregunte con un tono relajado para que no se fuera, pero él solo me miraba inseguro. - Ven entremos que hace frio. - le sugerí corriéndome de la puerta para que entrara, algo que hizo de forma lenta, y cuando ya estaba adentro no dijo nada, solo analizaba la casa de forma desinteresada. - Daniel debe de estar por llegar, si quieres puedes esperarlo. - le dije señalándole los sillones donde se sentó refregando sus manos con clara ansiedad.

-En realidad quiero hablar contigo. - me dijo sosteniendo un sobre que antes no había visto. Me senté en el sillón un poco incomoda a la espera de que prosiguiera. - Realmente no quiero hacer esto, pero hace una semana fui a visitar a un amigo, él es policía y había encontrado estos papeles en una casa que estaba completamente quemada.  - me dijo tendiéndomelo, yo confundida y curiosa la agarré para a continuación abrirlo.

Me quede de piedra ya que estos papeles, por deducción básica, solo podían estar en la casa de Peter. Pero, ¿Por qué estaba quemada?

- ¿Alguien más lo vio? - le pregunte tomando una apariencia más fría y distante, él solo negó mirando mis expresiones. - ¿Y porque me lo has traído? - le dije curiosa por esa última parte, pero él aun parecía inquieto con algo.

-No quiero acorralarte ni incomodarte, pero ese sobre lo tenía un policía, y si no lo vio fue porque yo se lo quite antes de tiempo. - me dijo mirándome sutilmente, como si pidiera algo a cambio. - ¿Daniel lo sabe? - me pregunto haciéndome soltar una risa. Por lo visto solo quería respuestas.

-Noah, puedo entender tu curiosidad, pero esto no te incumbe, es asunto mío. - le dije lo más amable posible. - y te agradezco que no hayas dejado que nadie vea esto, pero necesito saber en que casa lo encontraron. - le dije viendo como él me miraba disconforme con mi respuesta.

-En una casa en medio del bosque que estaba al nombre de una mujer, pero resulta que ella murió hace un año, y por lo que me dijeron su marido murió en el incendio. - me dijo mirándome con desconfianza. - Creo que Daniel necesita saber de esto, necesita saber con quién va a formar una familia. - me dijo acusadoramente.

-Noah, este documento no es lo que parece. - le dije recostando mi espalda en el respaldo del sillón. - y me gustaría poder contártelo, pero es mucho más complicado de lo que crees. - le dije con sinceridad mientras terminaba suspirando, pero él no parecía creerlo.

Realmente me gustaría contarle todo a Noah, pero lo que tengo para contarle es peor que este documento. ¿Cómo se tomaría el hecho de que asesine a alguien? O peor aún, de que viví en un prostíbulo donde me trataban como mercancía.

- ¿Quieres quedarte a cenar? - le pregunte intentando cambiar de tema, pero él siguió viéndome mal, así que suspire rendida. - Se que debes de pensar que soy una mala persona, y no puedo decirte que no lo soy. - me sincere avergonzada. - pero amo a tu hermano con toda mi vida y te prometo que no le hare daño nunca. - le asegure para después verlo levantándose del sillón.

-Bien, voy a creerte. - me dijo suspirando mientras caminaba a la puerta. - pero hoy no puedo quedarme a comer, vendré otro día. - me dijo sin mirarme a los ojos, y sin despedirse salió por la puerta cerrándola en el proceso. 

Camine hasta la cocina con un millón de preguntas.

¿Por qué no podía simplemente seguir todo tranquilo como estos últimos meses?

Un sonido que venía del teléfono me saco de mis pensamientos, que no tenían una conclusión clara, por lo que solo apague el fuego.

-Maldición. - susurre estresada yendo hasta el teléfono para contestarlo. - ¿Hola? - pregunte acariciando mi vientre como ya se había vuelto una costumbre.

-Hola, ¿Hablo con Rose Bennet? - me pregunto una vos femenina y muy aguda del otro lado.

-Si, si soy yo, ¿Quién habla? - pregunte confundida escuchando un suspiro de lamento que solo logro  preocuparme.

-Soy la secretaría general del hospital - hablo con pesar. - Y realmente necesitamos que venga. - me decía de manera amable. -  es sobre su hermana Alexa Bennet. - dijo dejándome muy preocupada.

- ¿Esta bien?, ¿Ha despertado? - le pregunte recibiendo solo silencio durante unos segundos.

-Es una situación un tanto delicada. - me comunico haciendo que mi corazón se alterara un poco.

-¿No puede decírmelo por teléfono? - le pregunte indignada, pero ella no respondió inmediatamente ya que parecía estar consultándolo con alguien.

- ¿Está seguro doctor?... bien, ahora se lo comunico. - dijo haciéndome perder la paciencia, pero solo respire profundo tratando de contenerme. - Señorita Bennet, realmente lamento no poder decírselo en este momento, pero me acaban de decir que no puedo decirle nada por teléfono. - me informo asiéndome desesperar. - Lo mejor es que usted misma venga mañana en la tarde, para que así podamos explicarle la situación con claridad. - me dijo la mujer apenada.

-Bien. - me limite a decirle rendida mientras me presionaba la parte superior de la nariz.

-La esperamos mañana. - dijo despidiéndose y cortando la llamada.

Escuche a Daniel entrando a casa mientras dejaba las cosas en la mesa de entrada. Pero él al verme frunció la seño, empezó a quitarse el abrigo y me miro confundido.

- ¿Esta todo bien? - me pregunto acercándose y sentándose en el sillón, después me hizo una seña para que me sentara en su regazo y eso hice. - Estas tensa. - me susurro recostándome en su hombro y acariciando mi vientre mientras rodeaba mi cintura.

-Si, me acaban de llamar del hospital. - le dije cerrando los ojos sintiendo una opresión en el pecho. - Me pidieron que mañana valla para hablar de mi hermana. - le dije inquieta.

-Tranquila cariño, todo va a estar bien, pero tienes que estar relajada. - me susurro besando mi cabeza haciéndome suspirar. - Mañana te acompaño, no quiero que vallas sola. - me dijo seguro mientras me acariciaba.

-Bien, gracias amor. - le susurre sintiéndome un poco mejor. No sé qué sería de mi sin Daniel, él era mi apoyo para todo y no me puedo imaginar como seria esto sin él. 

Eres Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora