Eres Mi Presa

Capitulo 7

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Capitulo 7

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Estaba viendo la poca variedad de ropa que tenía y me puse incomoda, no tenía nada lindo o especial, y quería verme linda para Daniel.

Una notificación llego a mi celular sacándome del pequeño estrés que me había agarrado, abrí el mensaje y me paralicé.

No todas tienen su final feliz, así que no lo esperes.

¿Cuándo se iba a resignar a que ya no le pertenezco? Suspiré deprimida y sentí unas lágrimas escapar de mis ojos, que de seguro estaban rojos. Es solo recordar y sentir miedo, miedo a volver a ese oscuro cuarto.

Hace un año.

Estaba sentada en la mesa con mis "padres" y "hermanas", que en realidad no lo eran, a excepción de Alexa, ella y yo si compartimos sangre por parte de madre, pero el resto solo eran mujeres con las que no me relacionaba.

-Estamos por entrar a la etapa del celo, y ya tengo varios clientes. - dijo Peter dándoles a las chicas una hoja que contenía las especificaciones que pedía cada macho. - Cada una de ustedes tendrá que atender a un determinado cliente, y no creo que sea necesario aclarar que tienen que seguir al pie de la letra con las especificaciones que hayan pedido cada uno de ellos, ¿cierto? - pregunto mirando a todas las chicas que tenían la cabeza baja al igual que yo y respondieron.

-Si señor. - repitieron cada una de ellas incluyendo a mi hermana. Sentí mis ojos aguarse al ver a mi hermana en esa posición, y lo peor de todo es saber que la tenían amenazada con que me harían lo mismo que a las mujeres de esta habitación. Alexa solo acepto hacerlo con la condición de que a mí no me tocaran, y por ese motivo la culpa me estaba matando de apoco. 

Ella era mayor que yo por dos años, y hay que aclarar que es todo lo contrario a mí, es extrovertida, o lo era, también era explosiva, divertida y arriesgada. Pero con el tiempo aquí se fue consumiendo y apagando lentamente, aunque enfrente mío trata de camuflarlo.

-Bien, porque han dado una suma muy gratificante. - dijo sonriendo morbosamente. - vallan a ocupar sus puestos. - dijo autoritario y todas se fueron, incluyéndome, ya que si bien no trabajaba en la "atención al cliente", no significaba que tenia tareas que cumplir, y no me quejaba, porque solo era limpiar toda la casa, los baños de las habitaciones y de la comida. El problema estaba en si hacia algo que no le gustara al "jefe", ya que si era así, el castigo era espantoso.

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Un golpe en la puesta me trae devuelta a la realidad, en la que estaba llorando. Me levanté apurada y fui al baño a lavarme la cara con abundante agua.

- ¡Ya voy! - grite secándome la cara mientras corría a la puerta donde estaba Shannon con una sonrisa loca, pero que desapareció al verme.

-Que sucedió, ¿todo está bien? - me pregunto dejando las bolsas al lado de la puerta y abrazándome. Yo me quede petrificada, no estaba acostumbrada a que alguien me abrasara, solo Daniel lo hacía. - ¿Quieres hablar de algo? - volvió a preguntar mirándome atenta.

-N-no, solo... estoy bien. - le susurre sonriendo y ella me miro incrédula. Era increíble que solo nos conociéramos solo desde hace unos días y que ya se esté preocupando por mí, y no me estoy quejando, solo que no sé cómo reaccionar a estos gestos.

- Ven. - me dijo yendo a la cama donde se sentó y me hizo un lugar que acepte incomoda. - Se que te debes de sentir incomoda o desencajada, pero si hay algo que necesitas hablar conmigo, y no importa si es la cosa más estúpida del mundo, voy a escucharte. - me dijo dándome una mirada dulce que me hizo sonreír con los ojos aguados. - Oh Ros, ven aquí. - me abrió los brazos para que la abrazara, y por primera vez me permití desahogarme.