Eres Mi Presa

Capitulo 10

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Capitulo 10

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Pov. Rose

Sentía un dolor espantoso en mi cuello que al moverlo me hizo gruñir, abrí mis ojos e intenté no moverme para evitar el dolor. Al ver el lugar en donde me encontraba se me aguaron los ojos, esto tenía que ser una pesadilla, no podía volver a estar aquí encerrada, no otra vez.

- ¿Rose, eres tú? - me pregunta una vos completamente destruida. Miré en esa dirección y me encontré a Esmeralda, solo que no estaba preparada para ver todo su cuerpo destruido.

-Esmeralda, ¿Qué te hicieron? - le devolví la pregunta espantada al verla llena de cicatrices y golpes. - Oh dios mío, ¿Qué paso?, ¿Cómo te encontraron? - le preguntaba asustada intentando levantarme de apoco. Estaba mareada y asustada, pero sobre todo desorientada.

-Me habían puesto un rastreador, me encontraron el mismo día que me fui en la terminal de micros. - me dijo llorando angustiada. -Lo siento, intente soportar, pero ya no podía más. - se disculpó confirmando mis dudas, ella era quien les había dicho dónde estaba. -Tienes que irte antes de que sea tarde Ro, Peter quiere venganza, no está dispuesto a dejar pasar que hayas matado a su mujer. - Dijo apresurada en susurros. - Y para empeorar todo me entere que después de nuestra huida todas hicieron lo mismo.

Yo me quede de piedra al enterarme de eso, ahora entendía el odio de Peter por mi, y estaba segura de que no era por haber matado a su mujer.

-Dios mío, esto va de mal en peor. - susurre soltando algunas lágrimas pero luego recordé a Alexa . - Mi hermana... ¿La viste? - le pregunte sintiendo mi corazón acelerado.

-No, eres a la cuarta que veo, pero a Alexa no la eh visto. - me dijo escondiendo su cara en sus piernas, ella parecía atormentada y eso me hizo sentir muy culpable.

- ¿Y las demás? - no podía dejar de preguntarle con la intención de apagar la ignorancia de la situación que me abarcaba la mente, solo quería terminar con esta situación.

-El... las m-mato. - dijo sollozando. Me quede de piedra al escuchar eso. Cuando pensé que esto no podía empeorar, simplemente lo hace. - Pero es bueno verte viva, todos estos días pensé que estabas muerta y por eso no me acerque. - me dijo aliviada al mismo tiempo que absorbía su nariz. 

Espera, ¿días?, ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- ¿Cómo que días? - le dije levantándome con esfuerzo.

-Si, llevas aquí tres días Ro. - me explico triste. Esto era una puta mierda.

Perdí el control y me acerqué a la puerta para empezar a golpearla con fuerza mientras le gritaba como una loca. Al rato abrieron la puerta de la habitación y apareció Peter con una sonrisa que me daba asco.

- ¿La princesita ya despertó? - dijo burlón haciéndome sentir odio puro. - por un momento pensé que debía darte un beso, a ver si de esa forma te despertabas. - dijo riendo mientras entraba a la habitación cerrando la puerta, antes de mirarme de pies a cabeza miro a Esmeralda e hizo una mueca de asco, que me hizo sentir un enojo incontrolable, pero no podía hacer nada, no por ahora.

- ¿Dónde está mi hermana? - le pregunte conteniéndome las ganas de golpearlo, algo que sería inútil ya que la única que terminaría herida seria yo.

- Ella está un poco ocupada, pero le daré saludos de tu parte. - dijo riéndose. Esmeralda estaba contra una esquina con los ojos cerrados. - Y te lo aclaro, tu lobito no podrá venir por ti. - me dijo haciéndome alarmar.

- ¿Qué le hiciste? - le pregunte sintiendo mi corazón acongojarse.

-Nada, solo tenía que asegurarme de que no se haga el héroe. - me hablaba mirándome de pies a cabeza. - Van a pagar tanto por ti pequeña.- No podía controlarme, primero Esmeralda, después mi hermana, luego a mi compañero. Lo iba a hacer sufrir tanto que se arrepentiría. - Te dejo acomodarte, no me extrañes. - dijo para después irse.

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Habían pasado dos días y no había vuelto a "visitarnos", y no estoy reprochándolo, en realidad fue algo beneficioso para mí, tuve tiempo suficiente para afilar una estaca de madera que había quitado de la cama. 

Lo primero era dejar a Peter inmóvil, después buscar a mi hermana y salir de aquí lo antes posible.

-Estas loca Ro, pero tienes mi apoyo. - me dijo apenas sonriendo forzosamente, le devolví la sonrisa de la misma forma ya que no habíamos comido nada en todos estos días y no teníamos mucha fuerza, solo esperaba que esto no jugara en contra nuestro.

Me puse a pensar en Daniel y algunas lágrimas salieron de mis ojos, últimamente sentía un dolor insoportable en el estómago, pero yo estaba bien y eso era lo que me preocupaba. 

Resulta que había escuchado que el dolor que sintiera tu compañero luego de la unión lo sentirían ambas partes, lo que quería decir que Daniel estaba lastimado y que se estaba esforzando, solo esperaba que estuviera bien y que no pensara que me había escapado de su lado. 

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Esta es mi primera historia y se que no es lo mejor del mundo, pero les agradecería que la votaran para saber que no esta tan mal.

Saludos!