Capitulo 21

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Capitulo 21

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Advertencia: Este capitulo contiene escenas para mayores de 18 años.

Pov. Rose

Me había quedado viendo el auto por donde se había ido Lisa hace apenas unos minutos. Todavía no podía creer lo que había escuchado, pero sobre todo sus ojos, ¿Por qué estaban tan decaídos?

No sabía que le había pasado, y de cierta forma me inquietaba. Sentí unos brazos rodearme la cintura desde tras y sonreí al percibir su varonil esencia.

-No te preocupes, ella va a estar bien. - me dijo escondiendo su cara en mi cuello mientras me acariciaba con su nariz la longitud del mismo. Soltó un suspiro y me susurro. - Vámonos a casa. - me susurro dejándome confundida. ¿Desde cuándo le dice a la casa de Marck, nuestra casa?

-No creo que realmente sea nuestra casa cariño. - le dije sintiendo como una de las manos que estaba en mi vientre la pone frente de mi cara y quedo sorprendida. -¡Oh dios mío! - chille emocionada dándome la vuelta y saltando encima suyo que no paraba de reír emocionado mientras me sujetaba fuertemente. - ¡No lo puedo creer!, ¿Tenemos una casa? - le pregunte entusiasmada alejando mi cara de él para percatarme de que me miraba maravillado.

-Si nena, tenemos nuestra casa. - me susurro antes de besarme apasionadamente mientras caminaba hasta dejarme contra un árbol. Sus manos recorrían mi espalda y las mías revolvían su hermoso pelo, pero cuando apretó mi trasero gemí sintiendo mis bragas mojarse, y él se aprovechó de esa situación para dejar pasar su lengua a mi cavidad mientras me levantaba una pierna y la ponía alrededor de su cadera. Empecé a jadear completamente perdida mientras el dejaba mi boca e iba a mi cuello que beso y absorbió a su gusto. Por lo visto mis hormonas me estaban dejando muy expuestas a su presencia.

-V-van a vernos. - le quise hacer entrar en razón, pero él me interrumpió besando mis labios que estaban rojos e hinchados por el anterior beso. -Cariño... haa. - solté un gemido al sentir su bulto chocar con mi entrepierna que estaba húmeda y necesitada. El empezó a restregar nuestras partes intima haciéndome cerrar los ojos -Realmente quiero esto, pero ni siquiera salude a Jack. - le susurre mientras él se alejaba un poco haciéndome sentir un leve frio, pero me miraba con los ojos muy oscuros y llenos de lujuria.

-No importa, vámonos a casa porque terminare tomándote aquí frente a todos. - me dijo haciendo mí entrepierna se contragira gustosa, algo que él se percató porque me agarro del trasero y me volvió a pegar a él. - Joder, solo quiero estar entre tus piernas sin que nadie nos joda nena, vámonos. - y con esa insistencia no pude negarme así que asentí y él me tomo de la mano caminando apresuradamente hasta el auto que nos había traído.

Entramos rápido y mi hombre le dio la orden de llevarnos a una dirección que no reconocía, pero realmente no me importaba. Pegue un grito cuando Daniel me agarro del trasero y me sentó a horcajadas encima suyo haciéndome abrir los ojos sorprendida.

-Cariño no estamos solos. - le recordé, pero a él no parecía importarle, e incluso podía decir que le excitaba así que me relaje un poco y empecé a frotarme encima suyo con necesidad, y él escondió su cara en mi escote mientras me besaba los pechos por encima del vestido, cuando me sujeto del trasero y acelero mi movimiento haciéndome mirar para arriba perdida en el placer. Pero lo quería adentro, ya.

-Paciencia nena, ya llegamos. - me susurro besando mis labios con dulzura y un leve toque de desespero. Era obvio que se estaba conteniendo.

-Ya llegamos señor. - dijo el joven chofer un poco incómodo. Y sin bajarme de encima suyo él me saco del auto y me llevo a dentro de una casa que no me tome el tiempo de inspeccionar ya que él se sentó en un sillón al mismo tiempo que me miraba atentamente al sacarme el vestido y dejándome con un conjunto de lencería que lo hizo gruñir.

-Vas a matarme pequeña. - me susurro pasando sus manos por mi cuerpo, pero cuando le empecé a sacar el saco y la camisa mientras acariciaba su torso, él me miro juguetón con una ceja alzada. Habíamos pasado de ir rápido a ir lento, solo nosotros teníamos la capacidad de aguantar tanto deseo sexual por el otro. Lo mire intensamente mientras mis manos iban bajando por su abdomen hasta su cinturón, momento justo en que se tensó mirándome, ahora sí, con lujuria y suplicia, ya que me apretó el trasero con impaciencia, pero yo me aleje negando lentamente mientras me ponía entre sus piernas dejándolo sorprendido. Le saque el pantalón y sus boxers, dejando su miembro completamente erecto.

Él estaba tenso y cuando lo acaricié con mi mano él dejo caer la cabeza para atrás completamente relajado y dispuesto, empecé a acelerar el movimiento y en un momento inesperado me lo metí a la boca haciéndolo gruñir como un auténtico animal. Cada vez aprovechaba y lo metía más profundo hasta que la tenía casi toda en mi boca y me gustaba como de apoco se tensaba cada vez más, así que empecé a acariciar sus testículos, haciéndolo perder la poca cordura que le quedaba.

-Joder nena... no cr-creo que aguante mu-mucho. - decía poniendo su mano en mi pelo tratando de guiarme, pero cuando intenté alejarlo él me agarró de los brazos y me recostó en el sillón de manera muy rápida. No entendí ese cambio repentino, pero al ver sus ojos pude comprenderlo.

-Maldición conejita, aquí solo yo tomare el control. - me susurro en un tono ronco y lujurioso. Él me arranco el corpiño haciéndome soltar un pequeño grito que callo con un beso muy apasionado y descontrolado que me costó seguir, pero el empezó a bajar hasta mis senos que no dudo en besar, lamer y morder a su gusto, y haciéndome contraer por el anticipo. Después de dejarme marcas en ambos bajo a mi vientre que beso de forma protectora, haciéndome sonreír levemente por lo bien que se sentía. Cuando llego a mi centro respiro muy cerca de mi entrada haciéndome desesperar, pero él me sujeto las caderas para que no las moviera, y con los dientes arranco la delicada tela soltando un gruñido. Yo por otro lado, estaba con los ojos cerrados disfrutando el tacto de sus grandes y callosas manos que no dejaban de recorrer mi cuerpo con cariño y deseo.

Cuando lamio mi zona abrí los ojos soltando un jadeo que demostraba lo mucho me había gustado, algo que él pareció notar ya que sonrió sobre mi centro para después empezar a besarlo y lamerlo de forma muy primitiva y hambrienta, haciéndome gemir y temblar del placer. Su parte animal era tan posesiva que me dejaba marcar por todos mis muslos.

-Mía, eres solo mía. - susurro para él mismo mientras volvía a mi centro para estimular mi clítoris asiéndome temblar y arquearme, todo mi cuerpo estaba experimentando una corriente que nunca había sentido, y que me hacía gemir y soltar uno que otro grito hasta que sentir que mordió delicadamente mi zona haciéndome llegar a un orgasmo único que él no dudo en consumir por completo. - Esto no termina aquí. - me susurro subiendo hasta mis labios, los cuales beso dejándome saborear mis flujos, el beso era intenso e invasivo, como todo él. Cuando sentí su miembro en mi entrada lo miré directo a los ojos, y con esa miraba profunda fue haciéndose lugar en mí, provocando que me arqueara. - Eres muy estrecha conejita. - gruño escondiendo su cara en mi cuello mientras empezaba con estocadas lentas y profundas. Al rato empezó a acelerar el ritmo hasta que se volvió fuerte y constante.

De un momento para otro todo se nublo y mi cuerpo empezó a convulsionar con su segundo y devastador orgasmo, y a consecuencia de eso mi interior se contrajo haciéndolo llegar a él también mientras me mordía el hombro y tensándose durante unos segundos.

-Eres adictiva. - me susurro mirándome a los ojos, yo estaba agotada y él se percató de eso porque me dejo un pequeño beso antes de que cambiáramos de lugar, él abajo y yo arriba, nos tapó con una manta y me abraso posesivamente mientras me miraba con cariño. - Descansa pequeña. - susurro haciéndome mimos en las espalda y vientre.

-Los amo. - susurre haciendo referencia a ambos y él me beso la frente prolongadamente hasta que caí dormida. 

Eres Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora