Capitulo 16

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Capitulo 16

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Pov. Rose

Estaba en la habitación que había alquilado hace apenas dos semanas, resulta que Daniel me había convencido de empacar mis cosas para llevarlas a la casa de Mark antes de mudarnos a una casa que habíamos visto hace poco por internet, y tenia la suerte de que Shannon se había ofrecido voluntaria para ayudarme a empacar todas mis cosas.

Mientras separábamos la ropa y la doblábamos le conté sobre Daisy y su "enamoramiento" con Daniel. Ella se río divertida al escucharme.

-No tienes que preocuparte, ella siempre fue así. - me explico doblando mi ropa y guardándola en una de las maletas. - Daisy siempre estuvo "enamorada" de Daniel, solida decir que era un hombre perfecto y que terminarían casándose. - me dijo mirándome divertida. - pero Daniel nunca se lo tomo en serio, según él, ella solo estaba bromeando. - cuando me dijo eso yo la mire con incredibilidad, y ella se rio por mi cara. - Lose, hombres. - lo dijo en tono de "son unos idiotas" que me hizo reír. - por cierto, ¿Cómo esta tu hermana? - me pregunto y yo hice una mueca.

-Daniel me dijo que es normal que se tome su tiempo para despertase. - le dije un poco resignada. - pero no es fácil verla en esa cama todo el día. - me sincere y ella me sonrió comprensible.

-Me lo imagino, pero estoy segura de que cuando despierte podrán aclarar las cosas. - me trato de animar y yo le sonreí estando de acuerdo. - Que te parece ir a tomar algo esta noche, ya sabes, una noche de chicas. - me giño un ojo con sugerencia. Negue con la cabeza mientras la miraba divertida.

-Me gustaría, pero... - le dije cortando la frase al darme cuenta de que me había sonrojado, y antes de que se diera cuenta miré para otro lado, pero ya era tarde porque ella me miro con curiosidad.

-Suéltalo. - me dijo sentándose en la cama y dándome toda su atención. Suspire rendida al ver como me miraba insistente.

-Daniel y yo... Bueno, se puede decir que estamos planeando ser padres... Y ya sabes... él no se está cuidando. - le dije toda roja y ella me miro pervertida.

-Pero miren a Daniel, un día dice que no quiere hijos y al otro ya está llenando tu barriga de pequeños demonios. - dijo levantando las cejas de forma atrevida.

-¡Shannon! - le grite haciéndola reír divertida.

-Okey, tranquila. - me dijo empujándome juguetonamente, pero sin quitar su mirada pervertida. - y tu no te quedas atrás, nos has engañado a todos con tu cuerpo pequeño e inocente. - siguió mofándose de mí mientras ponía los ojos en blanco.

-Eres una pesada. - le dije terminando de guardar la ropa mientras ella se tiraba en la cama. - el punto es que no creo que sea una buena idea tomar alcohol. - le dije y ella parecido pensarlo unos segundos.

-Tengo una mejor idea. - me dijo con una sonrisa emocionada. - vamos a comprar ropa . - me dijo emocionada y asentí un poco dudosa.

-Bien, pero primero terminemos con esto y luego vamos. - acepte poniendo mis valijas en la puerta de la habitación. - Espero que todo esto entre en tu auto. - dije  y ella hizo una mueca.

-Cariño, no es por ofender, pero nunca conocí a una chica con tan poca ropa. - la mire mal y ella me giño un ojo. - tranquila, hoy eso va a cambiar.

No se porque, pero esa frase me dio miedo.

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-Ya no puedo más Shannon. - me queje cargando las bolsas que según ella era lo esencial.

-Oh vamos, recién empezamos Ro. - se quejó y yo la mire mal.

-¿Recién? - le pregunte incrédula y ella puso los ojos en blanco. - Estuvimos tres horas, y mis pies ya no dan más. - me queje y ella suspiro resignada.

-Bien, pero no nos iremos hasta que vallamos a esa tienda de allá. - me señalo una tienda de lencería y yo la mire cansada. - vamos. - me dijo y yo asentí resignada.

Estuvimos media hora comprando ropa interior con encaje que realmente me gustaron. Por suerte ella respeto mis gustos y mis límites. Después de eso fuimos a la casa de Mark y me ayudo a dejar todas las cosas en mi habitación para después despedirse, pero no sin antes prometerme otra salida igual, la cual no me dejo rechazar.

Apenas se fue a su casa yo me fui directo al baño para darme una ducha caliente y quitarme todo el cansancio del cuerpo.

Cuando me termine de bañar me extrañe del silencio de la casa, así que empecé a buscar por todos lados hasta que entre a una habitación donde estaban Daniel y Daisy juntos.

Pero ese no era el problema, sino que él no tenía remera y ella casi no tenía ropa, pero lo que realmente me molesto fue que la rodilla de esa niña estaba creando fricción en el miembro de Mi hombre.

Pov Daniel

Estaba en un profundo sueño hasta que sentí que un cuerpo pequeño se acostó a mi lado y me empezó a besar el cuello, y yo pensando que era mi pequeña la deje, después de unos segundos empezó a crear fricción en mi creciente erección, y de forma rápida se subió encima mío empezando a rozar nuestras partes, me percaté de que había un olor a excitación que no era de mi mujer, por lo que me alejé rápido cayendo al piso y mirando a Daisy, que estaba casi sin ropa.

- ¿Pero qué demonios Daisy? - le gruñí cabreado y en ese momento me percaté de que mi pequeña estaba viendo todo desde la puerta con lágrimas en los ojos.

Maldición, no.

-Te juro que no sabía que era ella. - me adelante a decir mientras me acercaba a mi mujer que me miraba ausente, la abrase y ella a los segundos me correspondió  el abrazo, haciéndome sentir un poco aliviado, pero todavía estaba desconcertado, por lo que me di la vuelta y mire a Daisy, que no dejaba de ver a Rose con enojo. - Daisy, estoy realmente decepcionado de ti, no puedo creer lo que hiciste. - le dije negando con la cabeza y ella empezó a llorar enojada. - quiero que te vallas de esta casa. - le susurre y ella salió corriendo hacia el baño, donde se encerró.

Yo me di la vuelta y agarré la cara de mi preciosa mujer que aún tenía los ojos tristes y enojados. Joder, no me gustaba verla angustiada, y menos por cosas como estas.

-Cariño, en serio que no sabía que era ella. - le insistí tomando su cara y acercándola a mí.

-Lo sé. - me dijo angustiada. - Pero realmente me ciento celosas. - se sinceró y yo me sentí mal, así que la cargue y la lleve a nuestra habitación donde la recosté en la cama, poniéndome a su lado para abrasarla y recostara en mi pecho.

-Oye nena, eres a la única mujer que quiero encima de mí. -le susurre con la intención de que sonriera, pero no paso. - Escúchame, ella solo es una niña a la que veo como una hermana. - le dije acariciándola y ella asintió abrasándome.

-Si, lo sé. No sé porque estoy tan sensible. - me dijo escondiendo su cara en mi cuello y sonreí apretándola contra mí.

-Si yo hubiera visto algo similar hubiera matado al desgraciado, así que no te disculpes porque me haces sentir culpable. - le dije haciéndola reír un poco. Después me quede abrazándola y acariciando su cintura para que se relajara.

No quiero lastimarla, ella era una mujer increíble que siempre estaba para mi, y estoy realmente agradecido de que confiara ciegamente en mí, era simplemente perfecta, pero lo mejor era que ella era solo mía, mi pequeña.

Eres Mi PresaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora