Eres Mi Presa

Capitulo 30

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Capitulo 30

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Pov Rose

-Si nene, estoy lista. - le dije tomando su mano para encaminarnos a donde sea que me esté llevando mi hermoso lobo, mientras caminábamos por el bosque podía ver la hermosa luna llena que daba el reflejo perfecto en los árboles. Ya para este entonces era muy tarde y no se escuchaba nada más que los grillos. - ¿La cabaña? - pregunté encantada al ver como estaba toda decorada con luces pequeñas y blancas, de esas que se suelen usar en navidad.

-Aquí fue nuestra primera cita, así que quería que sea aquí. - me dijo rodeando mi cintura. - Solo que esta vez hice algunos cambios. - me dijo señalando la escalera que iba en caracol hasta el pequeño balcón de la cabaña que estaba frente a la puerta.

-Es hermoso cariño. - le dije dándome un poco la vuelta para besarlo en sus hermosos y posesivos labios, él me devolvió el beso mientras me acariciaba despacio, como si tuviera toda la eternidad para hacerlo.

-Eso no es todo nena. - me susurro con una sonrisa que ya conocía muy bien, era la típica sonrisa confiada y relajada de siempre. - Vamos, hay que subir. - dijo tomando mi mano y llevándome hasta subir todas las escaleras de apoco y con cuidado. Cuando llegamos arriba él me miro unos segundos para después abrirme la puerta.

Todo estaba decorado sutilmente con flores y algunas velas que me encantaron porque desprendían un aroma casi natural. Me di la vuelta y miré al hombre que me estaba mirando atentamente y le sonreí enternecida.

-Cariño, ¿te gusta? - me pregunto escondiendo su cara en mi cuello y no pude evitar morder mi labio para contener una sonrisa que quería tallarse en mi cara, así que solo acaricie su pelo con cariño.

-Es lo más hermoso que han hecho por mí. - le susurre soltando una risita al sentir sus labios en mi cuello. - ¿Tu preparaste todo esto para mí? - le pregunte aun incrédula por ver todo lo que había preparado para nosotros, incluso creo que es la primera vez que hace algo parecido.

-No voy a negar que recibí ayuda. - me dijo sentándose en el sillón y sentándome encima suyo. - Aunque fue mi idea. - dijo orgulloso haciéndome reír completamente enternecida, ya no había dudas, estaba enamorada de este idiota. - Cariño, estos días estuve pensando y realmente me cambiaste la vida, y después de eso pensé "soy un completo estúpido, ¿Por qué no hice eso aun?" - me dijo haciéndome verlo mareada, ¿De qué hablaba? - Solo asómate por la ventana. - me susurro tan bajo que por un segundo dude de haber escuchado bien, pero aun confundida le hice caso y me acerque al pequeño balcón, y antes de ver por el me di la vuelta para verlo a él, y justo lo vi cuando estaba pasando sus manos por sus pantalones en claro signo de ansiedad, pero también se veía un poco tenso.

Sonreí para después darme la vuelta y mirar para afuera, era una espléndida noche con la luna en lo más alto, y aunque en esta parte del bosque era todo mucho más oscuro podía apreciar un poco las sombras de los árboles. ¿Qué se suponía que tenía que v...?

De repente mi corazón dejo de latir por un segundo para a continuación empezar a acelerarse como nunca en mi vida lo había sentido. Sentí unos brazos fuertes rodearme desde atrás mientras entrelazaba sus dedos en mi vientre.

¿Esto no era un sueño, cierto?

Sentía su respiración en mi nuca, y esa era la única señal de que esto no podía ser un sueño, pero nunca me había esperado algo así, incluso tenía que reconocer que jamás paso por mi cabeza.

-¿Quieres hacer esto conmigo? - me susurro haciéndome pestañar, y cuando volví a ver las luces que se habían encendido en medio del bosque sentí las lágrimas en mis ojos, ya que esas hermosas luces daban un mensaje que me hace sentir un zoológico en lo más profundo de mí.

¿Te quieres casar conmigo conejita?

-Si, si quiero tonto. - le dije llorando mientras me daba la vuelta y lo besaba como si se me fuera la vida en ello, me sujeté a su cuello mientras él me abrasaba y besaba emocionado y relajado. -Eres un idiota, pero MI idiota. - le susurré con una sonrisa, y al verlo pude ver que él también sonreía ampliamente, incluso no le importo mi inocente insulto. - Te hubiera dicho que si, aunque me lo hubieras pedido durante un almuerzo. - le dije riendo contenta.

-Es bueno saberlo, pero te mereces lo mejor nena. - me dijo juntando nuestras frentes. - Te amo conejita. - me dijo rozando nuestras narices con cariño, mientras me miraba fascinado y quitaba mis lagrimas con sus pulgares de manera lenta y cuidadosa.

Él soltó una risita contenta al ver cómo me sonrojaba levemente por lo que me había dicho.

-Y yo te amo a ti, mi depredador. - le dije haciéndolo reír para después besarme de esa forma tan peculiar que él tenía, donde me quitaba el aire y dejaba mi corazón en el abismo.

Podía vivir toda mi vida en sus brazos y no me quejaría.

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Estaba en la cama con mi hombre mientras pensaba en el día hermoso que había tenido, y aun no podía creer todo lo que había pasado. Pero, por otro lado estaba agradecida, ya que hace mucho que no íbamos a la cabaña, y eso a pesar de que la última vez que estuve ahí fue horrible para mí, ya que fue la última vez que vi a mi hermana consien... Oh dios mío, que idiota que soy, ya entendí la tarjeta.

Me levanté con mucho cuidado para no despertar a mi lobito y salí de la habitación para después bajar las escaleras e ir directo a la cocina, donde tomé la tarjeta del cajón para intentar descifrarla bien. Así que me senté en la mesa y tomé la computadora de Daniel que estaba en la misma mesa, ya que hace mucho que no practicaba el código morse y algunas cosas no las recordaba.

Unos minutos después me quede viendo el mensaje ya descifrado con lágrimas en mis ojos, ya que todo encajaba... faltaba poco... y al saber eso mi pecho se llenó de una alegría que casi me mata.

Alexa - Cabaña - 3 PM 

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