Eres Mi Presa

Capitulo 4

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Capitulo 4

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No podía dejar de pensar que hoy había sido un día increíble, y para ser sincera no sabia hace cuanto, o si quiera si había tenido un día así en mi vida. 

Con una sonrisa embobada entre al hotel y subí las escaleras hasta el 3°er piso donde se encontraba mi habitación, pero cuando llegué a mi puerta la vi abierta, y mi sonrisa se borró dejándome petrificada.

Cuando salí de mi estado tenso me acerqué despacio hasta la puerta y la empujándola de golpe, primero revise que no allá nadie, pero lo único que vi fueron todas mis cosas tiradas por todos lados. Mi corazón empezó a latir desenfrenado sintiendo pánico.

Caminé hasta el baño y abrí la puerta igual de asustada, pero no había nadie. Suspire un poco relajada al percatarme de que él que había hecho esto no estaba.

Me fije en la nota pegada en el espejo del baño y la agarre temblando.

< Te vi tan contenta que me da pena arruinar esa felicidad, pero tú no naciste para eso, tu naciste para ser mi puta, asiqué prepárate, tu dueño va por ti.>

Sentí mis lagrimas caer por mis ojos y me agaché sintiendo miedo, ¿por qué simplemente no me olvida y me deja en paz?, mire todo devuelta y me pare para empezar a empacar todo en mis bolsos de forma rápida y con mis manos temblando. En cuestión de una hora estaba pagando la habitación y devolviendo las llaves.

-Disculpe señora, ¿pero conoce otro lugar de hospedaje? - le pregunte esperando que no se ofendiera y por suerte no parecido importarle.

-A veinte minutos hacia el sur, encontraras un hotel 24/7.- me dijo mirándome aburrida mientras me daba el recibo de hospedaje.

-Perfecto, muchas gracias, ¿podría hacerme un favor? - le pregunte viendo como asentía bufando. -si un hombre llamado Daniel pregunta por mí, dígale donde iré por favor. - le pedí y ella asintió. Con eso salí de ahí y empecé a caminar arrastrando mis cosas mientras recordaba el fetiche extraño que tenia mi dueño. Siempre supe que le gustaba eso de "cazar" a su victima, pero nunca pensé que yo me convertiría en una de ellas.

En cuestión de media hora llegué al hotel y pedí una habitación, por suerte quedaban algunas vacías y tenían código de seguridad. Seguro me saldría caro, pero por lo menos voy a estar segura.

-Señor, le voy a pedir un favor. - le dije después de que me diera la llave mirándome atentamente. -Si alguien llamado Daniel pregunta por mí, dígale el número de mi habitación, pero si es otra persona evite decirle cualquier información mía. - le pedí sonriendo apenada y él me sonrió relajado.

-No se preocupe señorita, cualquier problema solo dígame y la ayudare. - me dijo haciéndome sonreí agradecida. Fui a mi habitación y era mucho mejor de lo que creí, pero no tenía fuerzas de nada más que no sea darme un largo baño.

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Estaba en un sueño profundo cuando sonó mi alarma y tuve que levantarme para ir al baño e higienízame. Hoy tenia que conocer a los amigos de Daniel y eso me tenía nerviosa. Por otro lado también estaba lo de anoche, ¿tenía que decírselo? Creo que lo mejor será evitar el tema, y no es que no valla a contárselo, sino que no quiero hacerlo ahora que ya tiene muchos problemas.

Estuve una hora arreglándome cuando de repente tocan la puerta de mi habitación repetidas veces. Yo mire la puerta un poco asustada y me acerque para ver por el pequeño orificio que tenía y pude ver a Daniel con una expresión asustada y ansiosa.