Hace seis meses.
-¿Qué haces con eso? -me preguntó Helena.
-¿Con qué? -me miré confundida.
-¡Esos pantalones! Te hacen unos muslos gigantes -me dijo sin reparo.
Me gustaban esos pantalones. Eran unos de mis favoritos. Eran blancos y de tiro alto. Lo llevé todo el verano casi siempre que Helena y yo salíamos a tomarnos algo. Nunca me había dicho nada hasta ahora.
-Yo no los veo así, no sé... -empecé a decir pero me cortó.
-Bueno, no lo verás tú. El resto de la gente sí, Jessica -puso los ojos en blanco y volvió su mirada hacia su móvil.
-Vale, ¿qué hago? -le pregunté. Quería llevar estos pantalones a mi primer día de clases, pero, en parte era cierto lo que me decía Helena, se me veían mucho los muslos.
Quería llevar mi mejor vestimenta, bachillerato no se empezaba todos los días. Quería ir perfecta, tanto como Helena.
Ella llevaba una camiseta blanca de tirantes con algo de escote, enseñando sus bonitos pechos. También llevaba una falda negra de volantes, dejando a la vista gran parte de sus muslos.
Sus piernas, a diferencia de las mías, eran delgadas y preciosas.
Traía unas Convers negras y su pelo teñido de blanco con las raíces negras recogido en una coleta alta
Ella me miró con incredulidad.
-¡Ponte otros! Joder, Jessica, rápido, vamos a llegar tarde por tu culpa. Arg, siempre es por tu culpa -me gritó. Cogí unos pantalones negros y me los puse lo más rápido posible.
En realidad, tampoco pasaba nada por no ir ese día con esos pantalones.
-¿Mejor? -demandé a Helena con una sonrisa para que me diera su opinión. Ella volvió a rodar los ojos.
-Sí, mejor, lo que sea, vámonos ya -dijo agarrando su mochila y tirandome la mía-. Oye, ¿y no has pensado en adelgazar un poquito?
Me miré al espejo, nunca había parado a pensar eso, yo me veía bien, aunque, en realidad, sí que era verdad, pero no veía tanta necesidad. ¿Era normal tener algo de grasita, no?
-No sé, yo me veo bien... -empecé a explicar pero, de nuevo, me volvió a cortar. Era costumbre en Helena, lo dejaba pasar, sabía que no se daba cuenta.
-Lo que tú digas, Jessica -terminó la conversación.
Llegamos al instituto por fin. Sabía lo que eso suponía, un montón de gente a mi alrededor saludando a Helena.
A veces también me saludaban a mí, pero la mayoría de las veces me dejaban de lado y se ponían a hablar de cualquier cosa. Yo solo escuchaba. Me encantaba escuchar.
-Hola, Helena, estás muy guapa -saludó Ethan, el ex de Helena.
Apareció de la nada delante de nosotras.
-Gracias, tu también -le respondió Helena sonriendo y acercándose demasiado a él. Yo bajé la mirada. Ethan era bastante guapo y me daba vergüenza nada más sentir su presencia. Lo pasé algo mal a final de curso, cuando acompañaba a Helena y a Ethan a sus citas, solo por el simple hecho de que, a Helena le aburría estar a solas con Ethan. La verdad que era un chico bastante callado.
-Hola a ti también, Jessica -me saludó y seguidamente me miró de arriba abajo, acto del que me sentí algo incómoda.
Respondí con un tímido hola y se fue.
-¿A qué ha venido eso? -le pregunté a Helena divertida.
Ethan y Helena acabaron algo mal cuando decidieron cortar, no me esperaba para nada que los dos estuvieran igual de pegados que estaban siempre el anterior curso.
-Ay, Jessica, no molestes ahora con tus preguntitas absurdas -se quejó y me dejó allí plantada para ir a saludar a sus otros amigos.
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Etéreo
Teen Fiction¿Había algo más delicado que ella? ¿O algo más ligero que él? Ella escondía un gran secreto. Él quería descubrirlo como sea, aunque, al saberlo, le rompiera el corazón en mil pedazos. Su amor era algo fuera de este mundo. Etéreo: extremadamente deli...