XXVIII

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Ethan

Hola, sí, soy Ethan. El gran caballero Ethan, el chico malo de la película que después de que la chica de sus sueños pasara por delante de él se volvía bueno y caía a sus pies.

Y después de eso, el chico estaba tan enamorado de la chica rubia, tímida, de ojos grandes y labios gruesos, sonrisa perfecta e insegura que, de de ser el chico malo de la película, al final, entendías sus sentimientos y en realidad no era tan malo.

Sí amigos y amigas, hablo de Jessica y de mí.

Lo único, que sí, Jessica me gustaba. Pero no, cuando te cuente esto, no vas a entender para nada mis sentimientos.

Y mucho menos me vas a ver como el chico bueno que se enamoró de la nerd de la clase.

No todos los protagonistas son buenos.

Sé que esta historia era muy bonita, incluso casi un cliché.

El chico chulo y guapo de clase solo se quería tirar a la nerd de clase porque le daba morbo y después, una cosa llegó a la otra y se enamoraron, fueron a la universidad juntos, se casaron, y vivieron felices.

Esto... no fue exactamente así, ni si quiera se le parecía ni un poquito.

Os he mentido. Desde el principio. Espero que me podáis perdonar.

Nunca me hubiera fijado en Jessica, en mi vida, incluso cuando Helena era mi novia y Jessica estaba pegada a ella como una lapa, ni siquiera la miraba. No sabía ni como se llamaba, de milagro sabía que era rubia y la mejor amiga de Helena.

¿Qué pasó, entonces?

Me presté voluntario para ayudar a Helena.

Al principio todo fue sin ánimo de lucro, la ayudé porque me daba igual Jessica. Es más, para mí, iba a ser hasta divertido.

¿Os acordáis de qué hace dos capítulos Helena me dijo que todo esto lo empecé yo? Pues no le faltaba razón. Exacto, fui yo.

Yo di la idea de insultarla a través de Internet. Era cruel, sí, lo sabía, pero se terminaría ahí, Jessica lo pasaría mal dos meses, como mucho, yo y algunos otros se divertirían y Helena se callaría la boca de por vida. Un plan perfecto.

Pero ese plan, se fue de madres.

Helena me chantajeó, sabía mi secreto, y la muy perra me amenazó con contarlo por todo el instituto, a no ser, que le ayudara con un favorcito.

Ya podéis imaginar lo que me pidió.

Al principio lo vi trabajo fácil, tampoco era tan complicado, sabía que era guapo, sabía que tenía buen cuerpo y grandes dotes para conquistar.

Jessica era muy fácil de manipular. Durante un mes, solamente me dediqué a observarla. Necesitaba saber sus gustos, lo que hacia en su tiempo libre, su prototipo de chico...

Y me convertí.

¿De verdad creías que me gustaba Natos y Waor? ¿De verdad creías que aquella vez que la sorprendí diciéndole que sabía que no había desayunado fue por pura coincidencia? ¿De verdad creíste que no conocía a su hermano? ¿De verdad te creíste cuando dije que mi hermana se había golpeado y por eso estaba en el hospital, y que, por casualidad, entré a la cafetería justo cuando ella también estaba? ¿De verdad me creíste que no sabía que le hacían ciberbullying?

Tranquilos, sé lo que estáis pensando, y no, no soy un psicópata, cuando conozcas mi secreto, lo entenderás.

Ahí va.

Verás, el padre de Helena era policía, sí, policía, y ella, la condenada, muy inteligente, (y perra).

A mí me gustaban los ordenadores. No, miento ¡me encantaban los ordenadores! También la electrónica, programar, entrar en páginas prohibidas, y sobre todo esas páginas eran ilegales.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2022 ⏰

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