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Hace mucho tiempo escuchó por parte de su madre que los problemas empiezan luego de que uno se casa.

No sabía si estaba exagerando en ese momento, pero ahora, quizás si tenía un poco de razón.

Se encogió en su asiento al sentir el ambiente algo tenso.

Desde que abordaron el avión, Cross había mantenido su mirada en la ventana como si fuera lo más interesante, le echó un vistazo solo para comprobar, podría estar equivocado y no, en verdad que no había nada interesante, solo nubes.

Soltó un hondo suspiro al pensar que estarían sentados juntos sin decirse nada hasta que lleguen a su destino.

¿Cómo terminaron de esa manera?

Alrededor de las cuatro de la mañana, Cross recibió una llamada, cuando quiso preguntar quién era, al final no dijo nada cuando vio la expresión del mencionado.

Al parecer la madre del monocromático como regalo de bodas, les dio un viaje todo pagado a no sabe dónde, pues lo único que escucharon fue que el avión salía a las siete de la mañana.

Dejaron de estar somnolientos y se apresuraron en empacar lo necesario.

Estuvieron tan ocupados en estar en el aeropuerto a tiempo, que no pudieron hablar sobre lo de anoche.

Al final, no intercambiaron muchas palabras hasta llegar a donde están ahora.

Dos horas después del despegue y seguían sin decirse absolutamente nada.

No aguantaba esta situación, incluso ya estaba imaginándose muchos desenlaces trágicos de este viaje.

Talvez Cross se dio cuenta que casarse no fue una buena idea, en el camino al hotel encontraría a alguien mejor que él, le pediría el divorcio y fin.

¿Qué haría entonces?

Su madre en cuanto lo supiera seguro que lo llamaría para decirle una y otra vez que ella siempre supo que lo suyo con Cross nunca habría funcionado.

Otra vez estaría solo e incomprendido.

Sería difícil volver a poder confiar en el dichoso amor luego de su segundo fracaso en su vida sentimental.

Es un desastre total.

—¿Ink?

De pronto regresó a la realidad al sentir la mano del contrario sobre la suya.

—¿S-sí? —Preguntó y por fin dejó salir todo el aire que tenía acumulado en su pecho.

—No te ves bien.

—¿Ah, en serio? —Cuestionó desviando la mirada.

Nunca se había sentido tan inseguro como en esos instantes y...

—¿Cross, me acompañas al baño, por favor? —Preguntó levantándose abruptamente de su sitio.

—De acuerdo —Respondió con dudas y se apresuró en pararse para ayudar al de bufanda, quien estaba tambaleándose, agarró su mano por si acaso.

Una vez estuvieron en el baño, Ink se dirigió directo al inodoro y se apoyó en éste.

—Es la primera vez que me subo a un avión —Confesó riéndose aunque dejo de hacerlo cuando vomitó sin previo aviso.

—Me hubieras dicho —Dijo para acercarse y acariciar la espalda del mayor.

La azafata no tardó en tocar la puerta y preguntar si necesitaban algo.

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Ser el primer amor •●Crink●•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora