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Muchas cosas podían ocurrir en dos semanas. O por lo menos, eso es lo que siempre creía. Los últimos catorce días los hemos pasado en la carretera, y aunque estemos exhaustos, lo único que quiero ahora es dejar de preocuparme por encontrar un sitio seguro. Fort Benning, ese era nuestro destino; si bien no estaba muy segura al respecto, era lo único que teníamos.
Han pasado dos semanas desde la CDC. Desde que Jenner y Jacqui se quedaron, desde que Andrea estuvo a punto de quedarse pero Dale lo impidió también. Desde que yo estuve a punto de formar parte del grupo de personas que iba a morir calcinada en cuestión de segundos...si no hubiese sido por William, creo que realmente lo habría hecho.
No podía estar enojada con él. De ninguna manera podía. Apenas paramos la primera vez, él se había acercado a mí y lloró en mis brazos, pidiéndome que jamás hiciese nuevamente algo como aquello. La culpa me carcomió por días, días en los que casi no le dirigí la palabra ni a él ni a mi familia. Si bien antes podría haberme acercado un poco más a Dixon, desde lo ocurrido no hago más que evadirlo, por conclusión, estos días me la he pasado completamente sola.
Hoy seguíamos en el carro. No habíamos parado desde ayer, para cuando buscamos algo con lo que pudiésemos comer. Dixon fue el que cazó algo para nosotros, porque la verdad estaba demasiado perezosa como para siquiera intentarlo. Nos quedaban sólo doscientos kilómetros más, —por lo menos, eso es lo que Rick me ha estado diciéndome, tratándome de dar ánimos, de alejarme de mis pensamientos negativos y suicidas.
Cuando comencé a hablar nuevamente, tuve que decirle la verdad. Le comenté que había decidido quedarme con Jenner y con Jacqui, pero que Will me había persuadido de hacerlo, haciéndome dar cuenta del error que estaba cometiendo. Más eso no quiere decir que mi mente todavía no divague en el famoso si hubiera; si me hubiera quedado, si hubiera...si hubiera. Tal vez no es momento para carcomerme con aquello, más me conocía, y sabía que no era tan sencillo.
—Por favor no me hagas esto —me había dicho, sus ojos azules llenos de lágrimas—. No vuelvas a pensar en hacer eso.
—Tal vez es para mejor, Rick. Si me hubiese quedado...
—Si te hubieses quedado no sé qué sería de mí ahora mismo —toma mis manos—, eres mi hermana, Addison. No puedo perderte, no a ti. No cuando ya perdí a Jeff, perdí a mis papás; los dos los hemos perdido, y sólo nos tenemos a nosotros. Preciosa no puedo perderte ¿sí? ¿Qué clase de hermano mayor sería yo si permitiese que te pase algo? No porque tenga una familia de la cual preocuparme ahora no quiere decir que dejaré de cuidarte y de protegerte, Addie.
—Tienes que agradecerle a Will. —miré al suelo, avergonzada—. Él fue quien me sacó de allí.
—Es cierto, tengo que agradecerle a ese bastardo —y sin más, dimos por terminada aquella dolorosa conversación.
