¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Addison—
Todo esto se está saliendo de control. El grupo se está saliendo de control. Desde el espectáculo que mi hermano dio, todo el mundo tiene una simple conclusión; Rick había perdido la cabeza, la muerte de Lori lo había afectado más de lo que llegué a pensar, incluso...con aquella llamada falsa que recibió, pensé que era algo que en cuestión de días desaparecería. Pero apenas vi lo que sucedió mientras Tyreese, su hermana y los demás de su grupo estaban, sabía que era demasiado tarde para pensar aquello.
Que equivocada estaba.
Me ha costado mantener mis palabras, aquel momento en el que dije «yo tomaré el mando por ahora». Se me ha hecho jodidamente difícil y la verdad no es porque no me sienta capaz de hacerlo, sino porque mi corazón ha estado hecho trizas desde que Dixon se fue, han pasado casi dos días desde eso y yo siento que me estoy desmoronando por dentro. No he dormido bien, mucho menos comido, ¿cómo pretenden que lidere a un grupo en el estado en el que me encuentro?
Pero supongo que es momento de mandar a Daryl a la mierda y concentrarme en esto.
Mi hermano se encuentra caminando por el patio de la prisión, yendo y viniendo sin explicación alguna. Tras pensarlo muchas veces, cuestionándome quién fue la persona que él vio el día de ayer cuando echó a Tyreese de la prisión, no tuve más que concluir que a quien él estaba viendo no era nadie más que Lori Grimes. Lo único es que no encuentro una razón lógica para ello.
Queriendo dejarlo solo por un tiempo, me devuelvo y entro al pabellón. En la sala todos estaban reunidos observando a Glenn, quien desde lo ocurrido con el Gobernador y Maggie, ha estado más furioso y errático que nunca.
—Todo el frente de la prisión es inseguro. Si pudieron entrar caminantes, será muchísimo más fácil para alguien que está armado.
—¿Por qué estamos tan seguros de que va a atacar? —me siento en una de las sillas del comedor y cruzo mis piernas, escuchando a Beth hablar.
—Tenía una pecera llena de cabezas, cabezas de caminantes como si fueran trofeos —abro mi boca, completamente sorprendida ante las palabras de Michonne. ¿Quién putas disfruta tener cabezas de personas muertas en su habitación?—. Y también tenía a su hija pequeña, convertida en caminante, viva detrás de una reja.
—¿Qué? —sentí mi corazón doler.
—Sí, tal parece que no fue capaz de ponerle fin cuando sucedió, así que simplemente la mantuvo a su lado. Él va a venir, sé que sí, más aún cuando le quité un ojo.
—Ataquemos por sorpresa, lo tomaremos completamente por sorpresa; volvemos allí y le pegamos un tiro en la cabeza.
Me levanto—. Nosotros no somos así, Glenn. ¿Qué hay de las consecuencias? ¿Qué hay de las personas que se están quedando allí? Hay niños, debe de haber niños.
